lunes, 19 de diciembre de 2011

ADMITIMOS MENTIRA, COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA

ADMITIMOS MENTIRA, COMO ANIMAL DE COMPAÑÍA

Tito Ortiz.-

Hubo un momento histórico en que la policía, contrató a delincuentes convictos y confesos para que les enseñaran a conducir en situaciones extremas. Persecuciones, escoltas, blindados, o sea, que tuvo que recurrir al “vaquilla” de turno, para saber como se hacía un puente a un coche para robarlo, y como se hacían trompos para despistar a los maderos, y eso fue un éxito. Desde entonces - que vestían de marrón - las cosas no han cuadrado nunca. Baste recordar, que el fichaje estrella que el Partido Popular hizo para ganar las elecciones, fue el padre de Mari Luz Cortés, gitano, analfabeto, en calidad de asesor de los populares para la reforma del Código Penal. Claro que después de discernir algún asunto familiar a tiros, Rajoy ya no quiso hacerse ninguna foto con él, y no sabemos como irá el informe de una criatura que, sin el Certificado de estudios Primarios, pretende enmendarle la plana a los magistrados de la Corte Suprema española. Porque la obra lo ha querido, ha hecho todo lo posible para acabar con otra Iglesia evangélica, pero no lo han conseguido, porque el padre de la niña asesinada, encumbrado a los cielos por los populares, en vista de que su iglesia no le “echaba cuentas “, ha terminado por inventarse y crear la suya propia. Eso es arte. Viva el pepé y la madre que lo parió, y a sus veedores, también, que ésta es la gentuza que tienen que fichar, para sacarnos de la crisis.

Es éste un hecho tan sólo comparable con el letrero que se ve en los estancos: El de, ¡Se prohibe fumar!. Que en casa del que vende el tabaco, mueve a chacota, que diría un ilustrado. Lo único que siento del padre de Mari Luz, es que tuviera un vecino mal nacido, que dio con un juez tontorrón que se fió de un psicópata, y lo dejó en la calle siendo un peligro público, pero eso no me impide discernir entre un patán, y demagogo, que no entiende de Patria, ni dios ni rey. Un “chanelaor” que toma por tontos a los payos señoritos, y se hace el mártir, pero a mi no, compadre. Que entre caló y caló, no vale la güena ventura. Lo tuyo es puro teatro, y no lo de Olga Gillot. Que yo nací en el Albayzín, me crié con los del Ave María y tenía Familia en Haza Grande y en el Sacromonte. A mí no me la das tú... “artista”. Yo estoy muy escaldado. Cansado está mi cuerpo de soportar como se les prohibe la entrada a los perros en las clínicas veterinarias, que es que ya no puedo más. Esto es tan sólo comparable con aquel capitán de barco que se mareaba. Dicen las malas lenguas que el del Titánic era de estos, y que por eso estaba en su camarote la noche que el iceberg hizo de las suyas, hace ya un siglo. Estoy hasta el gorro, de los que ponen a los “dionis” de turno, a vigilar la caja fuerte del Banco de España, algo de lo que en éste país tenemos grandes especialistas en todos los bandos, pues no hay que olvidar, que aquí pusimos a un Roldán, que no tenía el Graduado Escolar, a dirigir nada más y nada menos que a la mismísima Guardia Civil, y nos quedamos tan anchos, porque aquí, cuando decimos de equivocarnos, lo hacemos a lo grande, aunque falte para pan, oiga. Ésta ciudad tiene el único ayuntamiento del mundo, capaz como hizo hace algún tiempo, de poner una denuncia a un cuerpo de costaleros por ensayar en la calle, y conseguir que su semana santa sea –por el contrario - declarada de Interés Turístico Internacional, que ya tiene delito la cosa. La denuncia rezaba así: ...vehículo de tracción animal, que circula por la vía pública, de noche y sin luces de situación ó emergencia. Esa acta de infracción la tuve en la mano, y no se como no le puse un marco para la historia. Algo parecido ocurre con las bandas de música, denunciadas por hacer ruido mientras ensayan, pero cuya presencia se reclama desde la institución municipal, para cualquier acto que la casa organiza. También es histórico el hecho denunciado por la autoridad municipal, de aquel paso que se llevó por delante farola y letreros en la calle Salamanca, porque el ayuntamiento no los había retirado con la antelación debida, al paso de los cortejos del Domingo de Ramos. Esto me recuerda aquel concejal de pueblo costero, que pasado de copas se cayó de la moto, y no dudó en denunciar a su propio ayuntamiento, del que cobró suculenta indemnización, aludiendo a un bache en la calle, como causa del accidente. Espero que se sonroje al leer esto.

Ésta ciudad es capaz de poner a Carpanta, como vigilante de seguridad en el banco de alimentos, multar a un graffitero por “ensuciar” las paredes, y luego, patrocinarle una exposición con dinero público en institución oficial. Conozco algún paracaidista con vértigo, y un caballero legionario, que lleva años de baja por depresión, al no soportar el color verde del uniforme, o sea, un asunto cromático, como salta a la vista. Son granadinos los dos. Como las almas caritativas, que el otro día invitaron a champagne francés y caviar de Río Frío a mi perro, cosa que no me extraña, porque mi Duke, es de lo más listo y cariñoso, con decir que ladra por señas, para no molestar a los vecinos y que además, lo entiendan los sordos, con eso está todo dicho. Pero que conste, que lo del caviar al perro, aunque sea el mío, me parece un desperdicio. Es como decorarle el dormitorio a Serafín Zubiri, con los mejores desnudos de Marilyn Monrroe. A ésta sociedad hay que meterla ya de una vez, en un ente de razón, darle el poder a los indignados, y echar del país a los políticos. Hoy estoy sembrao... ¿no?

martes, 22 de noviembre de 2011

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

Tito Ortiz.-

Desde que a los gabachos les dio por albergar etarras y volcarnos los camiones de fruta en la frontera, en Europa hemos pintado menos que “follatabiques” en Bilbao. Los alemanes vienen a nuestras islas baleares a miccionar y pelearse, los africanos a quedarse por el morro. El candidato a las elecciones marroquíes dice que España no sabe elegir a sus amigos, y que para ellos somos un estorbo que los separa del viejo continente. Los ingleses se ríen en nuestra cara y en nuestra casa, pues siguen sin devolvernos el peñón. La selección pierde todos los amistosos. Los rumanos nos han mandado lo mejor de cada casa. Con esto de la caída del muro y el asunto Gorbachov, la desintegración de la UU.RR.SS, nos ha proporcionado la élite de la delincuencia mundial, que reside en nuestro país, como Alá en el paraíso. Sigo sin conocer a un solo argentino que abra zanjas a pico y pala, o barra las calles de sol a sol. Y eso si que es el arte de nos dar un palo al agua, pues todos siguen siendo – como hace treinta años-, psicólogos o “artistas”. Vos tenés que escucháme. Soy artista, ché. No boludo. Mientras, para pasar el rato, los países del Este nos surten de prostitutas, sudáfrica de dependientes para el top manta, y china de una invasión latente y progresiva, que comenzó a modo silente con rollitos de primavera, arroz tres delicias y cerdo agridulce, y terminará con todos nosotros, en menos que canta un gallo. ¿Qué queda de España,?, ¿qué fue de Las Españas de Felipe segundo?. ¿ para qué colonizamos Guinea, si ahora no tienen bemoles de sacar a patadas a Obiang Nguema. ¿Por qué seguimos sin hacer nada con los saharauis?, parece que con traer a los niños en vacaciones ya tranquilizamos las conciencias. Unos radicales oportunistas han prohibido los toros en Cataluña, mientras los borrachos e inconscientes siguen muriendo en las innombrables sueltas de vaquillas. Seguimos admitiendo el boxeo como deporte, pero que nadie maltrate a un perro. Esto es un país de despropósitos, donde se prohibe fumar en los estancos, es como si en las clínicas veterinarias, estuviera prohibida la entrada de perros. Legislamos gilipolleces para unos pocos, y la gente sigue durmiendo en el metro y viviendo de la caridad. Ya lo decía mí tío: Mesúa la polla a garbancillos: ¿Quiere usted unos poquillos?.

Espero que al senador socialista escupe-piedras, comedor de ancas de rana, le haya quedado claro, que las elecciones no se ganan a base de insultar, coaccionar, presionar y cesar, a los periodistas de trayectoria ejemplar e independientes. Tampoco de esa forma se consigue un partido cohesionado, con democracia interna y libertad para disentir. Semejante patán cejijunto, derrochador del peor talante autoritario y ruin que pudiera sospecharse en un militante de izquierdas, presuntamente democrático, debería haber sido apartado de un partido prestigioso e histórico como el suyo, que él mancilla con su militancia de tic dictatoriales. Pero no sólo no ha sido expedientado, sino que se le ha premiado poniéndolo en puesto de salida, para rascarse las ingles en Madrid durante los próximos cuatro años. Pero en el PSOE de Granada se ha perdido tanto el Norte, que no sólo no se reprende la actitud de semejante semoviente, sino que su ejemplo ha cundido entre los cargos públicos, permitiéndose el lujo algunas individualidades, de llamar al orden a periodistas, para que abandonen la ética y sean parciales al mejor postor. El escándalo alcanza dimensiones desproporcionadas, sin que la actual responsable del partido, consiga desterrar éstos comportamientos deleznables de sus pupilos más cercanos, adquirido durante el mandato provincial de su antecesor, un individuo que se significó en más de una ocasión, como de dudosa catadura democrática, y cuya larga sombra, a juzgar por algunos militantes, aún se proyecta como acreedor del reparto de favores, para pagar silencios que escandalizarían al menos progresista de sus votantes.

La herida del socialismo granadino, se lleva cerrando en falso desde hace tanto tiempo, que se hace urgente una regeneración desde la base, para poder volver a confiar en los herederos de Pablo Iglesias. Los compañeros y compañeras deben ingresar con urgencia en la unidad de diálisis, con el fin de someterse a una purificación imprescindible de su sangre política, de tal manera, que vuelva a emerger la riqueza de las ideas, emanante del mejor talante democrático, coadyuvado con la mayor formación académica y educativa de sus miembros, que destierre para siempre la mediocridad, y los menos capacitados, no copen los puestos de responsabilidad, mientras que los experimentados y juiciosos, son desplazados a sus casas, para ver en lugar de privilegio, como una analfabeta revolución del proletariado, se adueña de siglas, banderas e historia, llevando a un partido histórico de la política española, a las cotas más bajas de credibilidad democrática, gracias a la bisoñez de sus incapaces dirigentes, ayunos de visión de futuro, o de proyectos ambiciosos con los que ilusionar a un electorado que ahora les da la espalda por millones.

Ocultando de los órganos de debate y decisión el fenómeno del 15M, no hace el PSOE más que enquistar el problema, encapsulándolo, atrincherándose en la ignorancia y la incapacidad, para afrontar tema tan imprescindible si se quiere tener discurso político en los próximos años. Esconder la cabeza bajo el ala, o enterrarla como el Avestruz, no soluciona nada, y el psoe granadino, hace ya tiempo que tiene agotado su discurso, y la galería fotográfica de quienes lo defienden, anquilosados e incapaces retratos reiterativos, del todo ineficaces para afrontar los desafíos del tercer milenio, que agoniza en las cifras del paro y las hipotecas impagadas, con una generación completa, que por primera vez en la historia moderna, no posee experiencia laboral, porque no ha firmado aún, a sus 25 años, el primer contrato de trabajo de su vida. Hundidos en la catetez de sus discursos, ´los actuales responsable están más pendientes de pararle una obra pública al ayuntamiento, que de terminar con los verdaderos problemas de ésta provincia, tercermundista en infraestructuras, última en renta percápita, abanderada del los primeros puesto del ránking del desempleo. O hacemos borrón y cuenta nueva, o el PSOE no volverá gobernar en treinta años. Y ya para entonces, a mi me la sopla.

jueves, 10 de noviembre de 2011

DON FRANCISCO Y DON JUAN

DON FRANCISCO Y DON JUAN

Tito Ortiz.-

Fue mi padre, un humilde barnizador del barrio del Realejo, a cuya asociación de vecinos nunca agradeceré bastante, que muy cercano al fin de sus días, le otorgara el premio de Vecino Ilustre, como artesano ejemplar de los greñúos. Mi padre era todo un artista en el tratamiento del barniz y la madera. Desde los siete años que entró como aprendiz en el taller de su tío, aprendió el oficio que nos inculcó a todos mis hermanos, y que los tres practicamos con mayor o menor acierto. Tras su infancia y adolescencia en una portería de la calle, Jesús y María, criado por su abuela, restauraba con sabiduría las piezas más valiosas de cualquier ajuar granatensis, pues no en vano, la mayoría de los anticuarios eran sus clientes y amigos. Abordaba el barnizado de toda índole, que podía ir, desde el tratamiento con barniz de barco, llamado así por aguantar a la intemperie la cubierta de una nave, o una baranda externa en el carmen de la dinastía Rodríguez Acosta en el Albayzín, el suelo en barro del restaurante, “La Vidrieras”, en la esquina de Recogidas con el Camino de Ronda, hasta el artesonado y mobiliario de Las Tinajas, en Martínez Campos. Lo mismo barnizaba estuches de tararea, que guitarras, a la goma laca y muñequilla, como sólo los luthiers del siglo XVII, dejaron prescrito en la tradición oral de sus alumnos. El barniz tapaporos, las anilinas de todos los colores, la sosa cáustica para dejar limpia la madera de otras impurezas, la lija del cinco o los dos ceros, y todo tipo de disolventes, eran sus productos de droguería, con los que llevar a cabo su arte. Se independizó antes de marchar al servicio militar a Melilla, y a su regreso, montó el primer taller en la calle Solares, junto a la fábrica de sombreros de mi amigo Miguel, y más tarde recaló en la calle Cuartelillo, en un lateral del Hospital Militar, donde la parca le abordó con zarpa de fiera, y aunque se zafó del primer cáncer de pulmón, producido por la aspiración de los vapores del barniz desde la infancia, en un regate, la señora del más allá, vino a por él, con un triple tumor de pulmón, cabeza de páncreas y duodeno. Se fumaba al día un paquete de Ducados y otro de Fortuna, por aquello de tentar la suerte. El último capotazo, no se lo pudo echar, ni su amigo “Rubito”, tranviario de profesión durante la semana y Charlot del toreo cómico los domingos, ni Vaquerito, ni El Diamante Rubio. Vino la de negro, y no tuvo piedad conmigo... se lo llevó.
Y atrás quedaron las conversaciones nocturnas en el Club Taurino con, Ricardo Puga, “El Cateto”, Juan Fandila, el abuelo del Fandi, los hermanos Cambil, “El Palomicas”, con Ricardo Bernedo “Bojilla”, que un día le prometió en el café de Pellejero, que iba a dejar de ser banderillero, para apoderar a un chico de Granada que merecía la pena: José Julio Granada, y fue y lo cumplió, y entonces pudimos vivir aquel Corpus de los setenta, como a media corrida y a petición del respetable, José Julio, en compañía de Curro Romero y Luis Miguel Dominguín, daban una vuelta triunfal al ruedo, luciendo el que cazaba con Franco, un terno verde manzana, bordado en blanco, con las medias blancas, diseño de su amigo Pablo Ruiz Picasso. Me concedió una entrevista en el patio de cuadrillas a cambio de que le buscara un pitillo rubio, que me dio sorprendido, mi compañero y amigo de Ideal, Pepito Cortés, con quién compartí tantas tardes en el tendido, también con su padre, don Antonio. Cuando salimos de la plaza, mi padre me dijo... Niño, ya has visto toros para toda tu vida. Y tenía razón, porque se cuentan por cientos las corridas que he visto después, y ninguna tan redonda.

Fue en ésta época, cuando un emergente dibujante humorístico, Paco Martín Morales, comenzó a frecuentar el taller de mi padre en el Realejo. Ambos no se conocían, y aunque la amistad se prolongó hasta 1995 cuando mi progenitor pasó a mejor vida, siempre de manera chusca y en plan chascarrillo, se hablaron de usted y de don. Mi padre le decía a Martín Morales, don Francisco, y Paco a mi padre le llamaba don Juan. Cada vez que el dibujante gráfico aparecía por el taller de la calle Cuartelillo, lo hacía con el mueble más viejo, desvencijado y harapiento que pudiera imaginarse, ante lo cual, mi padre le decía... Don Francisco, usted no quiere que yo restaure ésta ruina, lo que me está pidiendo es un milagro, y yo sólo soy barnizador. Ante eso, se escuchaba la voz abovedada de Martín Morales, que con grandes risotadas que se escuchan en “Los Altramuces” le respondía... Usted puede, don Juan, usted puede, si lo sabré yo. El asunto es que sobre el banco de trabajo, el humorista había dejado un palanganero con su aguamanil, que había conseguido en un derribo, y mi padre se encargó de que lo estrenara como nuevo, en la casa que Paco se estaba haciendo en La Alpujarra. Otro día era un baúl del siglo XVII, que había pertenecido a un almirante viajado al nuevo mundo. Alguna tarde apareció con la foto de boda de sus bisabuelos, en un marco tallado del XVIII, y también recuerdo el día en que apareció con un espejo de salón, en el que se habían mirado y conjurado las brujas de Salem, cuando eran quinceañeras. Las conversaciones posteriores en “El Faquilla”, del humorista y el barnizador, eran dignas de ser enmarcadas para la historia, como aquellas que se producían en “Los Mariscos”, entre “Frapuci”, gran humorista gráfico de la época, hermano del torero apodado “El Cateto”, y padre del actual y archifamoso “Mago Migue”, y el cantautor Luís Cerón, que ya por entonces, visitaba en su casa madrileña al poeta, Luís Rosales Camacho, preparando lo que tiempo después sería un gran concierto con canciones hechas de sus poemas, para cualquier casa encendida.

lunes, 31 de octubre de 2011

VOLVERÁN BANDERAS VICTORIOSAS

VOLVERÁN BANDERAS VICTORIOSAS

Tito Ortiz.-

De cómo es la talla mental de nuestros políticos granadinos, de su gran formación académica y humanística, de su capacidad como grandes estadistas, tenemos ejemplo en las facturas que pasan a costa de la sociedad que los votó en su día. Tan lejos en tierra extraña, es lógico que sientan nostalgia y quieran hacer un “Kis-Kas”, y para eso, que mejor que una chocolatina, una bolsa de ganchetes, unas ruflex, unos doritos, que más da, lo importante es que siempre piensan en nosotros, porque nos pasan la factura. Dije en su día que las alfombras provinciales nos darían sorpresas en sus bajos, pero el que ría el último, reirá mejor. Que nadie piense que en la Plaza del Carmen, no encontraremos muertos en los armarios, eso sólo es cuestión de tiempo, y para eso, nada como dejarlo pasar. Dije también haceaños, y lo mantengo, que si en Izquierda hundida se daban menos casos de corrupción, era porque no gobernaban, porque creo que está más que acreditado, a éstas altura de la democracia, que para delinquir, prevaricar, o llevárselo calentito, no es necesario más que poner al político de turno cerca del cajón del pan, que tarde o temprano, y sin distinción de partido, ya habrá alguno/a que la meta y hasta el fondo. Pagar los viajes de Tetuán dos veces, no es más que un gesto de “honradez” suprema, ya que, no sólo se paga, sino, se “repaga”, para que nadie vaya a decir... Es muy fácil ser honrado, cuando no ves pasar los billetes por tu nariz. Y lo curioso es que estas cosas las hacen los de izquierdas, y es lo que me subleva. La derecha cuando delinque, lo hace a lo grande. Mario Conde, brillante, -por lo de la brillantina,- telepredicador de la cadena facha en la actualidad, todavía no ha devuelto los millones que se llevó de Banesto. El valenciano de los trajes, no sabe quién los paga, pero se los pone. Al ex-amante de La Pantoja, sólo le han quedado unos tirantes, después de haber dejado el ayuntamiento de Marbella en la ruina, siguiendo la doctrina del difunto Gil, o sea, sacando los billetes en bolsas de basura, algo muy parecido a lo que son ellos.

Ésta ciudad, centenariamente blasonada, que fue la flor más preciada de Al-Andalus, donde Jusuf I, fundó la primera Universidad, creando una estela que después continuaría Carlos V, ese pobre eternamente mutilado sobre pedestal en la plaza de Derecho. Éste reino de Granada, donde se forjó el hecho más importante de la era moderna, que dio paso al descubrimiento de un nuevo mundo. Éste lugar del monumento más visitado de todas las Españas y, de la sierra más hermosa imposible de ser inventada, tiene la desgracia de estar representada políticamente, por algunas individualidades, que si yo fuera “El Tío La Vara”, de José Mota, no tendrían país para correr. Ya que ellos no tienen vergüenza de lo que son y lo que hacen, ya va siendo hora de que alguien les de un zurriagazo, aunque sea de linotipia, pero eso sí, al plomo candente. No se puede ser más analfabetos, ni más delincuentes. ¿Con qué ilusión vamos a ir el día 20 a las urnas?, si de lo que de verdad entran ganas, es de retirarse al desierto, a ver como construimos el AVE que va a la Meca. Que para más escarnio, se da la paradoja, de que siendo obra nuestra, llegará antes al paraíso musulmán, que a Granada. Claro que, de qué vamos a asustarnos. Nosotros, para vergüenza de nuestros representantes sin distinción de color o bandera, si hemos visto antes la caída de ETA, que el metro circulando por Granada, ¿cave mayor felonía?

A nuestros políticos no les preocupa – salvo alguna honrosa excepción – que sean ya casi cinco millones los parados, que las pensiones estén congeladas, los sueldos reducidos, y los desahucios se cuenten por centenares cada semana, dejando un reguero de familias en la calle sin techo. Las propuestas ante eso son claras. Un ascensor para subir a La Alhambra, eso es lo que va a dar de comer a los granadinos que ya han agotado la prestación por desempleo. O la reforma de la Ley del Aborto, anunciada a bombo y platillo por Rajoy, como una de las estrellas de su programa de gobierno. Según el Partido Popular, éstas son las grandes preocupaciones de los granadinos, y ellos nos las van a solucionar a partir del día 21 de éste mes. La que Ledesma nos tiene preparada con el IBI, es otro obsequio de quienes nos gobiernan, sin saber si podrán pagar las nóminas el mes que viene. Mariano ha camuflado en su programa, privatizaciones, copagos, reducciones institucionales, tipo... diputaciones fuera y autonomías menos y a menor coste. Puntuará la procreación, con beneficios a los matrimonios que se animen a poseer el extinto carnet de Familia Numerosa, de la España católica más rancia, los homosexuales casados, quedarán divorciados ipso facto, por decreto ley de urgencia, y Franco redivivo, volverá a entrar en las catedrales bajo palio, mientras el Pazo de Meirás, cerrará sus puertas a cal y canto, para que la sociedad de a pie, no vuelva a mancillar el suelo que pisó, quién bajo la losa del Valle de Los Caídos, - todos los caídos, no sólo los suyos -, permanece incorrupto, a la espera de que en el día de su aniversario, que también lo es de José Antonio, -al que él se negó a salvar,- vuelva con su nueva gaviota azul, cuán bandera victoriosa al paso alegre de la paz. Que dios, si es que existe, se apiade de nosotros.

martes, 11 de octubre de 2011

AMIGOS DEL LUNES

AMIGOS DEL LUNES

Tito Ortiz.-

Aquella vieja televisión en blanco y negro, de un solo canal en el Paseo de La Habana de Madrid, estaba tomada por extranjeros, con mucha más experiencia que nosotros, en eso de hacer producto para la pequeña pantalla. Aquí desembarcaron, por ejemplo, los llamados “vieneses”, que entre otras individualidades muy acreditadas, contaban con Herta Frankel, y su perrita Marylín, que fue la primera ventrílocua a la que tuvimos acceso en España, los inseparables Franz Johan y Gustavo Re, presentadores a dúo de multitud de programas, de entre los que destacó, “Amigos del Lunes”, espacio de variedades, presentado con humor, para toda la familia, que se emitía como su propio nombre indica, la noche de los Lunes, después de que todavía tuviéramos en el recuerdo, el programa por excelencia, presentado por Laura Valenzuela y Joaquín Prat, llamado, “Galas del Sábado”, y que como pueden imaginar, se emitía la noche de la víspera del domingo. Entonces los programadores no se estrujaban mucho el cerebro para titular un espacio. Baste recordar el pionero de los infantiles, “Silla de Pista”, con los inconfundibles Boliche y Chapinete, que tocados con un canotier, desde el que se balanceaba un pájaro, hacia atrás y adelante, y utilizando como decorado en plató, una simulada pista circense, abordaban todos los contenidos propios de la tarde infantil con gran éxito.

Tenía los ojos más grandes y profundos que he conocido en mi vida, la sonrisa más señorial conocida, y el porte de una gran señora, que había sabido adaptarse a los tiempos. Doña Luisa, en su casa de La Almanzora, me preparaba cada noche para ver la tele, unas natillas exquisitas, que jamás he vuelto a probar, con almendra picada y tostada por encima, y mientras Luís Mariano cantaba “violetas imperiales”, en aquella primera televisión en blanco y negro que llegó al barrio, mi mano de infante de algo más de un lustro, iba socavando el plato, dejando hoyos al paso de la cuchara, y deleitándome con aquel sabor dulce e irresistible. En el dormitorio cercano, ensayaba siempre con la puerta cerrada, sin cesar, el discreto clarinetista de la orquesta del Rey Chico, con el que doña Luisa compartía vida y honor, y al que nunca vi la cara. Notaba su presencia, pero nunca lo vi, doña Luisa lo guardaba como su secreto más preciado. Mujer de torero afamado, al que la parca partió en dos en la antigua plaza, a tan sólo unas horas de su alternativa, rezumaba en su semblante y porte, la estela noble del abolengo más preciado, junto a la sencillez más absoluta. Todavía no he encontrado una mujer con su clase, pese a la terrible tragedia vivida, digna de ser cantada en romance y vista en la gran pantalla como drama nacional al más puro estilo patrio. Amazona de rejoneo clásico, galopó por la senda de la viudedad, con el señorío de una Emperatriz atarfeña, y yo tuve el privilegio de ser mimado por tan gran señora, que no sólo nos permitía ver la televisión de la que carecíamos en casa, sino que nos trataba, pese a nuestra condición humildísima de inquilinos de su finca albaicinera, como si de su propia estirpe fuéramos. A doña Luisa le debemos en mí casa, descubrir por primera vez lo que era un televisor, verla hasta que llegaba “El Alma se serena”, y se interrumpía la programación hasta el día siguiente, momento en el que doña Luisa, parsimoniosa y metódica, dejaba caer sobre aquel extraño mueble, una impecable funda de franela, con la que el instrumento quedaba protegido hasta otro día, en que a las dos de la tarde, comenzaba de nuevo la programación de aquel único canal. El UHF, fue un invento muy posterior.

Y así fue como entre natillas de doña Luisa, y hazañas del cabo Rusty y su perro Rin tin tin, llegamos a la muerte de Pío XII y vimos pasear en silla gestatoria a mi inolvidable y admirado Juan XXIII, el Papa del Concilio Vaticano II. Con él, se murió para mí, el último Papa de Roma. Por eso nunca agradeceré bastante a esa gran señora, el haberme permitido a través de su televisor Vanguard de madera barnizada, que tardaba una eternidad en encenderse, haber sido un niño más abierto al mundo y a las cosas, en un tiempo que la tele no estaba en todas las casas, vamos, a la mía tardó muchos años en llegar, pero es que además, la tele enseñaba, educaba y entretenía. Yo me aficioné al teatro, con programas como, “Estudio 1”, donde conocí a los clásicos. Y a la zarzuela, por las retransmisiones en directo desde Madrid. A la música clásica, por los excelentes conciertos sinfónicos. Yo he aprendido durante mi infancia tanto de la televisión, que ahora no comprendo, como hay padres que se atreven a tenerla encendida en casa a determinadas horas, con sus hijos sentados ante ella. Lo mismo que se les enseña a leer y a escribir, a los hijos hay que decirles que pueden ver en la tele, y a que horas. Asusta la última estadística en la que se advierte de que, casi dos millones de niños entre los dos y nueve años, ven la tele cada noche hasta después de las doce. ¿Y luego queremos que rindan en el colegio, y nos damos golpes de pecho por el fracaso escolar?

miércoles, 5 de octubre de 2011

TERTULIA FLAMENCA "MANUEL SALAMANCA"

TERTULIA FLAMENCA “MANUEL SALAMANCA”

Tito Ortiz.-

La calle del Rosario, entre san Matías y La Plaza de Los Campos, fue el sitio elegido por Antonio Trinidad, “Fosforito de Graná”, para levantar altar y santuario a Manuel Salamanca, platero universal y fundador de la sinagoga jonda que ahora tiene mirador frente a La Alhambra en la placeta de Toqueros, que incomprensiblemente, es una calle. Estaba yo una noche, en la antesala del bar platero, y observé que mi chache ya no estaba sirviendo aquel caldo con yerbagüena, y en su lugar, lo hacía el Tato, que durante el día repartía bombonas de butano, por la noche vino indescifrable del tonel, y los Jueves Santos, portaba la Cruz de Guía de La Concha. El Trinidad decidió llevarse el caldo a otra parte, y darle un homenaje al fundador de la platería, en presencia aquella mágica noche, del escritor José María Garrido Lopera, el poeta, Miguel Ruiz del Castillo, “Miguelón”, Pepe “El de Jun”, y Manuel Celestino Cobos, “Cobitos”. Sentado a mi derecha, mi hermano, Miguel Ángel González, tomaba nota cuán notario flamenco de todos los tiempos.

Mientras Victoriano del Cerro, se acercaba cauto al mostrador para pedir un “Tumbalobos”, yo seguía leyendo con parsimonia, aquel cuadro colgado en el que se registraban los cantes prohibidos, aquellos que no podían ejecutarse en La Platería, por ser considerados, menores, de poco fuste, bastardos en relación al tronco vivo del flamenco puro, en definitiva, los que Salamanca y los fundadores, habían decidido, que sólo entonarlos por bajini, debían ser merecedores de inmediata expulsión del recinto. Y fiel a sus dictados, estaba don Manuel escuchando en la tertulia del Trinidad, a un chico que empezaba lleno de ilusión su carrera, y que en honor al homenajeado, - de manera espontánea y desconociendo la intransigencia del platero – se atrevió con la interpretación de un fandango personal, en el que, todo hay que decirlo, echó los belfos por la boca con enjundia y flamencura. Al acabar, el muchacho se acercó tímido y cauteloso, hasta donde se encontraba Salamanca, deseando escuchar su opinión a cerca del cante interpretado, a lo que el fundador de la platería, espetó sin misericordia: ¡ Niño... eso son diarreas!, dejando chafado a quién con tanta ingenuidad, recababa el plácet del sabio anciano flamenco. Intercedió en el violento instante, la educación personificada en el mundo de los aficionados al flamenco granadinos, que siempre se llamará, Emilio Fuentes Laguna. Conocedor del flamenco como el que más, pero repartidor de una educación y comportamiento, no habituales en éste mundillo.

Cantaba José Carlos Mochón, con toda la añejura que sabía captar de quienes le enseñaban. Él era sólo un niño, que se fue pronto, pero venía de una casta de aficionados de altura, la de su abuelo, José María, el popular tabernero del Campo del Príncipe, habitual de festivales, concursos, y peñas, de zona cercana a otro inolvidable, “El Faquilla”, y la asociación de vecinos del Realejo, donde el profesor de la Universidad, Juan Antonio Rivas, o su amigo Arsenio, el de la cafetería de “Las Flores”, tanto han hecho por cultivar el flamenco. Todos enseñaban al pequeño cantaor, al que se procuraba emparejar por razones de juventud, con el ya veterano, Javier Montenegro, docto y fiel, a los cánones del saber y del estar, o el no menos habilidoso, José Carlos Zárate. Rosa Mercedes, sigue teniendo los ojos más bonitos y expresivos que ha tenido la bata de cola en Granada. Y mientras el Trinidad, le atiza a la Farruca, Beatriz Martín, se retuerce en el arabesco de Carmen Amaya, en una expresión del baile granaíno, no experimentada hasta entonces. A Beatriz... Sevilla la espera.

En el Cortijo “Las Cruces “ de la calle Recogidas, donde la venencia es de caña y te ponen fino “forzudo” en cata vinos, sobre urna de cristal conserva el vestío de torear con el que Frascuelo tomó la alternativa, un autógrafo con tiza en la tinaja del fondo, donde se lee muy claro al poeta, Jorge Guillén, y una desvencijada guitarra, colgada de la pared, que al igual que la del mesón de Serrat, aguardaba al meritorio ejecutante, para dejar sonar sus sones lastimeros. Melchor de Córdoba, la rasgueó más de una vez entre cabales, y utilizando a modo de cejilla, un lápiz y una cuerda, el vecino del barrio de san Matías, armó los compases necesarios, entrecruzando alguna falseta marca de la casa, para acompañar al médico otorrinolaringólogo de Loja, que aunque nacido egabrense, se doctoró como rociero en Granada. Su barba pelirroja y su conocimiento vasto, sobre Cayetano Muriel, Niño de Cabra, lo hicieron derramar buen cante, alguna noche sobre mi hombro, en esa noche de Luna, que sólo tiene Granada, mientras recordábamos al sordo, Manolo Ávila, a su presentador Emilio Navarro, a Miguel El Santo, en las Hermanitas de Los Pobres, después de haber acompañado a la sonanta a Frasquito durante toda su vida. Ay, que quejío más flamenco, tiene mi Granada.

martes, 4 de octubre de 2011

LA VENTA DEL ÁLAMO

LA VENTA DEL ÁLAMO

Tito Ortiz.-

Con la muleta de la vida, y un pernil de más, sus gafas oscuras y un torrente de voz inalcanzable, Guzmán Albea cantaba aquella noche por derecho, en La venta El Álamo, entre la carretera de Murcia y la Puerta de Fajalauza. Sentados en la mesa camilla, los señoritos paganini, daban buena cuenta de un pollo frito con ajos, manjar sublime de aquellos años, y media damajuana de tinto Pasto Espinosa, la coñac y el aguardiente, vendrían después. “El Chispitas”, con el cuello doblado sobre la curva menor de la guitarra, acompañaba al corpulento cantaor, especializado en captar la atención del auditorio, por mor de sus salidas espectaculares, a pecho descubierto, sin red ni paracaídas. Cantaor valiente, Albea sé hacia rodear de otros que no lo eran menos, tal era el caso del Niño de Osuna, o Chiquito de Osuna, o Manolo. Tampoco andaba falto de voz, Miguel Mariscal, que cuando abandonaba su escalera de pintor, se transformaba en decires de quejíos lentos y jondos.

Llegaban los coches del punto hasta la puerta, y de ellos salían cantaores, guitarristas y bailaoras recién peinados, con olor a brillantina, mientras Pepe Albayzín, antes de cruzar el tranco de la entrada, se abrochaba pinturero el botón de la chaqueta, y se tiraba con el índice y el pulgar, de los picos del pañuelo de bolsillo, para mostrarlo a las gentes con orgullo flamenco. Los artistas tienen también que parecerlo, no basta con hacer bien el oficio, el flamenco tiene una imagen, y entre los vecinos del Albayzín y el Sacromonte, a nivel de imagen, existe una diferencia clara de los que son artistas y los que no. Y si tienen la suerte de ser fijos, como los que Manolo Gómez mantiene cada noche en “El Rey Chico”, entonces el privilegio es grande, como la voz de La Carmela, o el baile de Angustillas. No hay que olvidar, que entre las ventas y las cuevas, Granada ha tenido una época de gran flamenco, con estilo propio y sin imitar a nadie, dando lo mejor de nosotros, lo singular y genuino, que en ninguna otra parte de Andalucía se ha hecho, o se ha sabido hacer... bien. Jerez tiene muy buenas bulerías, pero nada saben del Tango Falseta, de los Merengazos, o simplemente... del Camino. Pocos son los cantaores de fuera, que saben hacer la Granaína y la media como dios manda, sin confundirlas con la malagueña, o meter un fandango abandolao de los montes de Málaga, confundiéndolo con la media, o hacer los cantes de Frasquito Yerbagüena con aires de Huelva, que ya es el colmo de los colmos. Vamos, tal y como hacía nuestros cantes, Juan Antonio Cuevas Pérez, “El Piki”. Granada tiene pocas cosas singulares en el arte flamenco, pero las que tiene, son inimitables e inconfundibles, sobre todo lo concerniente a la zambra y el ritual de la boda calé.

Y hablando de calé, buen cante gitano lucía en primera persona Juan “El Canastero”, hermano de María, propietaria de la más famosa cueva del camino. Juan se dedicó a sus negocios de telas y nunca se hizo profesional, pero el gusto y el deje de su voz, eran cotizados entre los aficionados de paladar fino, y bien que lo dejó grabado en aquel “Mosaico de los Cantes Granadinos”, que se registró en los estudios de Radio 80, en el edificio La Pirámide, dirigido por Pepe Delgado, con el acompañamiento de Rafalín “Habichuela”. Muchos bebieron en aquel kiosko, tasca, taberna o catedral del cante, que en el Zaidín tenía el guardia municipal más flamenco que ha dado la historia, y que por muchos años fue esa escuela donde aprender. Francisco López Aguilar, “Niño de Curro” o Curro El Guardia, albergó en las entretelas de su afición flamenca, a todo aquel joven o menos, que quería aprender el flamenco y no sabía dónde. Granada tiene una deuda eterna con éste hombre, que desde el uniforme honrado de municipal, dispersó el arte flamenco, abonando a no pocas almas que después lo han engrandecido. Sin que podamos olvidar a los que cada madrugada, en la soledad acompañada de un reservado, ante los señoritos de postín, y las señoritas de medias de cristal con costura y, boquilla para fumar rubio americano del estraperlo, soltaban “dukelas” de muerte por su garganta, en la venta “Los Rosales”, donde Granada se escapa en dirección a Madrid. Ay, cortijo de “Los Mimbrales”, si yo pudiera cantarte como lo hacían, “Chocolate de Graná”, Morente Cotelo, o mi amigo ferroviario, Currro Vega “El Parrales”, con la guitarra de mí admirado profesor de autoescuela, Juan de Pinillos. ¿Para cuando ese homenaje en Granada, a sus segundones de oro? Para cuando, el reconocimiento del magisterio impartido desinteresadamente, por aquellos maestro anónimos, que han llegado a forjar lo mejor de nuestro arte desde el anonimato, en cante, toque y baile. Lo mismo que existe el Oscar, para los actores de reparto, no protagonistas, en flamenco deberíamos inventarnos aunque fuera, la llave de bronce, para reconocer a tantos maestros que impartieron su humilde saber gratuitamente, formando a los que después, incluso, han llegado a ser artistas de postín. Que quiten ya de los bares el cartel de... ¡Se prohibe el cante!, y que las administraciones, dejen de subvencionar a los de siempre, que hay más artistas en el mundo del flamenco.

lunes, 3 de octubre de 2011

LA VENTA DEL LORO

LA VENTA DEL LORO

Tito Ortiz.-

Estábamos sentados en corro, en sillas y mesa de tijera, abrigando una botella de anís impreciso, rellenada con vino blanco y gaseosa, tapada con un corcho agujereado, del que sobresalía una caña del grosor de un carrizo de zambomba navideña, que disciplinadamente a garganta abierta, ocupaba la mano diestra de los presentes, pasando de uno en uno, en el sentido de las manillas del reloj, aquel viejo Longines de bolsillo, encadenado al chaleco, que mi padre me había regalado, por mi primera paga entregada en casa. El asunto discurría correspondiente a un día de San Miguel cualquiera, en el que los albaicineros, peregrinaban por la puerta de la famosa venta, para ir ocupando sus lugares en el cerro del aceituno, o la popular “bolilla”, por su parecido a un sombrero, de ahí, también su denominación popular. Mi compadre, Angel Rodríguez “Chanquete”, se lanzó espontáneamente por fandangos de la tierra, haciendo un homenaje, primero a, Frasquito “Yerbabuena”, abordando después su flor más preciada, en la que no tiene rival, los fandangos de nuestra costa, hablo de Jete, Otívar, cualquier modalidad de éste palo, en el que la mar esté cerca, mi compadre lo conserva con el quejío más puro y añejo que pueda imaginarse.

Tras refrescarse el gaznate y mordisquear un raspa de bacalao, Isidro Alba, dejó con parsimonia la botella sobre la mesa, entrándole con enjundia a la soleá apolá del “Niño de Jun”. La voz laína de tan cabal aficionado, rasgó el cielo taciturno de Septiembre, mientras los romeros camino de la ermita, volvían sus caras de asombro, para fijar la mirada en aquella reunión de parroquianos, que ante un cuenco de aceitunas zapateras, a golpe de lingotazos y nudillos sobre la madera, en ausencia de guitarra, desgranaban lo mejor del cante granaíno. En la puerta de la venta, cada vez eran más los que se paraban, haciendo un alto en el camino, para saborear lo más jondo del cante de la tierra, en la voz de quienes mejor lo han conocido y practicado. Quienes lo conocemos, sabemos que esto ocurriría: No pudiendo contenerse, Miguel Burgos Única, “El Cele”, dió un brinco desembarazándose de la silla, y ensacando una buena cuerda de su macuto, hizo al instante un columpio en el cercano olivo, y al vaivén del artilugio, fue diciendo los cantes pertinentes aprendidos de sus abuelos, aportándoles lo mismo que las madres al buen vino, rematando el asunto con unos cantes de trilla.

Fue Curro Andrés, quién después de haberle dado un buen mordisco a un membrillo, hizo la salía de la “seguiriya”, con el mutis asombrado de todos lo presentes. Ante las “duquelas” de muerte expresadas por el de la calle Imprenta, agotada la segunda botella, Pepe Delgado, salió a la puerta de la venta, con un porrón recién mezclado en la mano, ofreciendo a los presentes, que cada vez en mayor número, agrandaban el corro para que empuñando su guitarra, el gran Adrián, el guitarrista ciego de Granada, maestro de Ochando y tantos otros, acompañara con temple de campana, el decir ajustado a los cánones de Francisco Andrés al cuadrado. Alguien sacó una petaca de caldo de gallina, que puso sobre la mesa junto a un librito de papel “Bambú”, y el cante siguió brotando, al paso de fiambreras y manteles de cuadros, junto a hogazas de Alfacar, camino del cerro. Es día de San Miguel, es día de tortilla de patatas y pimientos fritos, de acerolas y azofaifas, de almencinas y maholetas, cuyo hueso diminuto, lanzado por el ánima de un canuto de caña, hará blanco en el cogote del incauto, mientras en cante de los otros, habla.

Animando el corro estaban, Pepe “El de La Campsa”, Angelillo, Martín Liñán,.. y en esto, llegó de Alhama, la tierra de los baños, Paco Moyano, que improvisando una letra contra Franco, hizo soltar las carcajadas, y los rápidos vistazos a uno y otro lado, por si había ropa tendida. La media granaina la puso, Juan Antonio Cuevas Pérez, mientras Juanillo “El Gitano”, daba la auténtica dimensión, de lo profundo que es el pozo sacromontano del flamenco, echando al aire con peso de plomo en la garganta, los tangos de “Los Merengazos”. Asentía echando bocanadas de humo de su excelsa pipa, el padre de la Rosarito, que tenía su santuario frente a los Hospitalicos en la calle de Elvira, mientras su yerno, Francisco Manuel Díaz, hacía sonar su guitarra de cristal, cuya imagen exportamos a todo el mundo, como el único luthier de la Cuesta de Gómerez, capaz de tal hazaña. Soltó al viento en el momento, sus versos más preclaros, el granadino-murciano Fernando Lastra, y raudo como un relámpago, le acompañó la guitarra de Vicente “El Granaino, que desde la sombra, sigue aportando la luz más flamenca, al rasgar de la prima y el bordón. Era otro día de San Miguel, desde Haza Grande.... a la Alhambra.

lunes, 26 de septiembre de 2011

LISTAS PARA PARDER

LISTAS PARA PERDER

Tito Ortiz.-

Cuando todos los indicadores de a bordo, coinciden en señalar que lo venidero está oscuro, las ratas son las primeras en abandonar el barco, pero en todo partido, existe un fondo de armario del que tirar, para que la travesía del desierto futuro, sea lo más llevadera posible, pero en esto como en todo, la experiencia de los años vividos en democracia, nos siguen demostrando que la democracia interna, es una quimera lejana en el tiempo, y que ya, ni los de izquierdas, se atreven a plantear en serio unas primarias, para que la verdad de lo que piensa la militancia, sea la que ponga a los candidatos en las listas, aunque sea para perder. En Granada, el PSOE ha llevado a cabo una pantomima, una especie de entremés a lo Enrique Jardiel Poncela, en el que a lo largo de una semana, los militantes han “elegido” a quienes deberían encabezar las listas al Congreso y El Senado, para las próximas elecciones del 20 N, fecha en la que José Antonio, dijo adiós a la vida, al no ser impedido el fusilamiento por Franco – que lo podía haber hecho – y luego el general de infausto recuerdo, también se despidió, a pesar, o gracias a los cuidados de su Marqués de Villaverde.

Me cuentan desde dentro, que del resultado que tenían en mente, al que nos han vendido después en el provincial, va un trecho como del blanco al negro. Hay un tufillo muy desagradable, al comprobar que no hay ni una mujer en cabeza de lista, ni a la cámara baja, ni a la alta. Y eso teniendo en cuenta que el partido lo dirige una mujer, y no una mujer cualquiera, sino una mujer con experiencia y cargos tanto públicos como orgánicos, a la que por lo visto, tienen atenazada, y hacen recaer sobre su espalda, la época de mayor agravio con su género, para que alguien interesadamente recuerde, que el anterior responsable del partido en la provincia era más partidario de promocionar a las mujeres. Cosa curiosa, tratándose de un misógino, cuyas fobias y filias, han marcado la época más triste del socialismo granadino, a base de pagar adhesiones inquebrantables, como la de su doberman, el senador que no tiene quién le escriba, que para escarnio de la militancia, y desprecio a los votantes, vuelve a encabezar en las próximas, la lista al senado. Un destripaterrones analfabeto, especializado en amenazar a los periodistas independientes que no le siguen el juego, que se permite hablar de libertad de expresión y defensa del artículo 20 constitucional, para mayor mofa de su cruda realidad neofascista. Dos insurrectos éstos, cuyo daño al partido en la provincia, tardará mucho tiempo en recuperarse, pero que lo mismo que el obeso chauchinero va en primer lugar a la cámara alta, ya puedo adelantar, que quien ha enterrado el sistema educativo en Andalucía, dando el mayor índice de fracaso escolar en toda Europa, irá el primero de la lista a las autonómicas. Los favores hay que pagarlos, aunque sea en personas sin formación, educación ni valores democráticos, como es el caso de estos dos cuadrúpedos, que jamás pudieron pensar que ellos llegarían a tanto, ni el partido a menos, gracias a su sectarismo y falta de preparación.

En el soe granadino no se oye a las bases, se desprecia al electorado, y se hipoteca el futuro con tal de tapar bocas, pagar favores pasados, o mantener a los expedientes más mediocres, pero más dóciles y serviles, ante el poder establecido. Después de éste proceso electoral y el que se nos viene encima en primavera, donde el pescado ya está repartido, para que ahora nadie levante la voz ahora, y como diría el poeta que fue cajero del banco Hispano Americano... toda esperanza será poca. Al pesoe granadino sólo le falta fichar al padre de Mari Luz Cortés, como asesor de justicia, ahora que el PP le va a dar de lado por estar implicado en un extraño tiroteo. Ya lo decía mi abuela, que era republicana, los gitanos, si no la hacen a la entrada, la hacen a la salida. Y el Juan José Cortés, ese mudaillín caló de los evangelistas, es un paquete bomba que le ha estallado a los conservadores en las manos, menos mal que no ha sido más abajo, porque ese yiahista de mercadillo ambulante, es otro de los ejemplos que nunca hay que seguir, haciendo demagogia política contra el adversario. A saber donde se compra éste los trajes. Quien le iba a decir a semejante bestia parda, que la muerte de su hija, le iba a proporcionar el futuro a toda su familia. Que pena de hija, al menos no ha vivido para avergonzarse de su padre y del partido que lo mantiene. Ese que lleva imputados en sus listas sin rubor alguno, claro que si, Sandokan ha llegado a ser concejal de Córdoba y está metiendo mano en la oficina de urbanismo, que nos vamos a espera de la clase política. Con éstos ejemplos, no me extraña que haya gente que el día de las votaciones se valla de playa o montaña. No cabe mayor desvergüenza que la que estamos padeciendo en los últimos años, donde la deshonra de tu casa es, que un hijo te diga que quiere dedicarse a la política, dando todo el mundo por hecho, que lo que quiere es llevárselo cuanto antes, y no prestar un servicio a la sociedad. El cabestro Cortés, ha prometido dos millones de votos al partido Popular. Después de esto, que pinta ahí Mariano Rajoy.

martes, 13 de septiembre de 2011

Ni lindo ni querido

NI LINDO, NI QUERIDO

Tito Ortiz.-

Soy un niño de la tardía posguerra, que aprendió a querer a México, por la radio y por mi abuela. La primera, porque a base de Jorge Negrete, y Miguel Aceves Mejía, a través de la rejilla dorada de aquella vieja Marconi, con el poder de las rancheras, nos cautivó a todos. La abuela comentaba entre risotadas enormes, como Negrete, al llegar en avión a España, para promocionar una de sus películas, y verse acorralado y manoseado por decenas de mujeres al bajar la escalerilla, hizo un comentario que no gustó para nada a los hispanos. Dijo aquello famoso de: ¡Pero es que en España!, ¿no hay machos?. Y desde ese momento los machotes españoles, le juraron venganza cierta, ¿cómo?, pués muy sencillo: No llevando a las mujeres al cine, para que vieran las películas del guapo charro. Luego cuando ya fui creciendo, quedé absorto ante las películas de Mario Moreno Cantinflas, y por los boleros de Pedro Vargas, aquel orondo y magistral cantante, que como hiciera Olga Gillot, sentara cátedra bolerista, por los siglos de los siglos, a la mismísima altura de Lucho Gatica, o el incombustible y renovable, Trío Los Panchos, cuyo enésimo cantante acaba de fallecer hace poco. Por eso, sin saber localizarlo en el mapa, y porque mi republicana abuela me hablaba de las bondades de ese país, del taco y el guacamole, que acogió con los brazos abiertos a tantos compatriotas que huían de Franco, por eso – entre otras cosas – yo amé a México y sus gentes sin conocerlos ni saber donde estaban.

Pero no hay amor que dure cien años. Hace treinta, un compañero periodista que ejerció allí, me habló de la famosa “mordida” de la policía para evitar no una denuncia de tráfico, sino todo. Hasta el punto de que, éste amigo me confesaba que en el país azteca, hacía falta un cuerpo de policía, para mantener a raya a la mismísima policía, porque la corrupción había sobrepasado todos los límites. La trata de blancas y el narcotráfico, se estaban adueñando de México, poniendo y quitando gobiernos y jueces a su antojo. La confirmación la tuve con los sangrientos sucesos de Ciudad Juárez, en los que centenares de mujeres han perdido la vida, mientras policía, jueces y gobierno miran para otro lado, no así los periodistas, que como siempre, nos la jugamos con los sinvergüenzas y, o nos cesan de nuestros cargos, como al mundo es bien notorio, o nos matan a la luz del día, brindando después con tequila. Sólo en un año, han asesinado a más de mil setecientas mujeres mexicanas, y al gobierno, no se le cae la cara al suelo, y lo que es peor, no hace nada por remediarlo.

Como de costumbre, los únicos que le echamos lo que hay que echarle a esa atrocidad inhumana, somos los periodistas, y por eso, el gobierno mexicano consiente en que sean ya, prácticamente un centenar de informadores, los que hayan pasado a mejor vida, gracias a las balas de los corruptos, que por lo visto, son los que mandan en México. Y nadie dimite, y nadie pone remedio. No cabe mayor impunidad en el orbe mundial. Naciones Unidas calla en un silencio cómplice, viendo como son balaseados, hombres y mujeres inocentes, que creen en un México libre de mafias y delincuentes, pero que desprotegidos por las “autoridades”, mueren todos los días a manos de los sin ley, porque eso es ahora mismo México. Un país que ya no es lindo y querido, y que gracias a la ineptitud de sus últimos gobernantes, se ha convertido en el hazmerreír de Hispanoamérica, y en el prototipo de una sociedad donde la delincuencia ha conseguido suplantar a todas las instituciones que signifiquen, ley, orden, libertad y democracia. Ser mexicano hoy día, es estar emparentado con la indecencia, la brutalidad, la barbarie, el asesinato y la impunidad. El mexicano es un pueblo que se está cebando, contra la mujer y los periodistas que denuncian la situación, frente a un gobierno de polichinelas, que cobran de las arcas del estado, pero que no protegen a la población que los ha elegido. Nunca en la historia de esa nación, ni en los tiempos de Pancho Villa, ha existido mayor degradación de los principios elementales de la vida humana, el respeto a las criaturas, y la decencia política. México es un país donde impera la ley de las bestias, mientras políticos y funcionarios callan y miran para otro lado, mientras conservan la vida y llenan sus bolsillos. Pero no sólo de pesos, también de la sangre de inocentes. De mujeres que no hicieron mal a nadie, y de periodistas que quisieron contar al resto del mundo terráqueo lo que está pasando, y los mexicanos han permitido que les cierren la boca con plomo. Tan culpables son los que dan la orden, los descerebrados que aprietan el gatillo, como los que miran para otro lado. Tarde o temprano, la historia hará justicia, y los mexicanos, no van a quedar bien parados, al menos, mientras yo esté vivo. Claro que el que yo siga respirando, después de lo escrito... está en sus manos. Las de los mexicanos, digo.

martes, 30 de agosto de 2011

PACO CARMONA

HISTORIAS DE AQUÍ


Tito Ortiz.-


Paco Carmona


Llegó a Granada como un soplo de aire fresco, para renovar las ondas de la vieja radio, “La Voz de Granada”, que ya era Radiocadena Española. Aquella por la que nos habíamos acostumbrado a oír a Manolo Franco, Rafael Gómez Montero, mi compañero Alberto, con el que compartí micrófono en radio Popular. Pepe Girona, Leonardo Amor, y el maestro y amigo, José María Guadalupe Guerrero, quien en no pocas ocasiones, protagonizó con él, deliciosos conciertos de piano a cuatro manos, en aquel media cola negro, que sin saber por qué, terminó en los estudios de Radio Nacional en Málaga. Tanto Paco Carmona, como el jefe de informativos José María Guadalupe, poseían estudios musicales académicos, que no dudaban en poner al servicio del improvisado auditorio de compañeros/as, antes de acudir a las ruedas de prensa habituales, o iniciar el magazine, “Calle de Elvira”, de cuatro horas de duración y que repasaba concienzudamente la actualidad arandina.


Paco Carmona, egabrense asevillanado por razones del noble oficio de radiofonista, tardó diez minutos en incrustarse a sangre y fuego en la sociedad granadina. De la mano de su inseparable Josefina, y acompañado de sus hijos, Paco, María José y Rodrigo, comenzó a tener voz entre los compañeros y los medios informativos de la Granada de los ochenta, y como consecuencia de su maestría; Voto. Pronto el mundo del flamenco, tuvo en Paco Carmona, un colaborador, presentador y divulgador de auténtica excepción, imprescindible en festivales, recitales, y actos del arte andaluz, que tuvieron su eco inmediato en aquella emisora mítica que nunca debió desaparecer, gestada por José María Durán y Paco Sánchez, que se llamó, RadioCadena, Flamenca, que con la producción del desaparecido, Carlos Arbelos, y la presentación del granadino de la Cuesta de Los Chinos, Miguel Acal, hizo las delicias de los aficionados del mundo entero.


Pero si el flamenco gozó de tan espléndido divulgador, no se quedó atrás el mundo de las tradiciones religiosas. Su veneración por nuestra Patrona La Virgen de Las Angustias, cuya fe ya traía él desde su Cabra natal, donde se venera la misma advocación, con talla de origen granadino, le hizo estar cercano a los inicios de la ofrenda floral y su transmisión en directo. También fue colaborador extraordinario de la Hermandad de Gloria del Rocío granadina, y pregonero radiofónico de sus excelencias. Y sobre la semana santa de nuestra ciudad, Paco Carmona se volcó con el cariño desinteresado que sólo un hombre cabal, pone en tan digno menester, sacando – incluso - de apuros a amigos como el entonces hermano mayor de La Concha, Sebastián, que a tan sólo 24 horas del pregón de su hermandad, que ese año iba a pronunciar, el también radiofonista granadino afincado en Sevilla, José Luís López Murcia, y recibir telegrama de enfermedad imprevista, no dudó en poner en el compromiso a su amigo, Paco Carmona, de realizar tan inesperado pregón, y éste, aceptando el reto, no durmió en toda la noche ni durante el día en las horas previas a pronunciarlo en el Monasterio, y lejos de salir del paso con argumento ramplón, que todos hubiéramos aceptado y comprendido, Paco Carmona deleitó al auditorio con un pregón de fe y sentimiento, como se han pronunciado pocos en la ciudad de La Alhambra. Así era Paco Carmona y su corazón cofrade entregado siempre a La Concha y el Manuel.


No le fue ajeno el mundo de los toros, en cuya parcela brilló con luz propia, como en cualquier otra informativa que requiriera, iniciativa y profesionalidad. Pionero y participante de las comidas con especial tertulia a los postres, de todos los directores de emisoras de Granada, hecho no muy frecuente hasta entonces, también participó en un programa solidario, con motivo de la sequía y el buen uso del agua potable, que con la presencia del Alcalde, Antonio Jara, se realizó en los estudios de la extinta Radio 80, presentado y dirigido por su director, y emitido por primera vez en la historia, simultáneamente por todas las emisoras granadinas. Paco Carmona, presentó innumerables festivales benéficos, divulgó como nadie nuestras tradiciones, y cuando Radio Nacional tiró de su experiencia para mayores empresas junto a la Giralda, dejó en Granada un reguero de amigos para toda la vida. Su jubilación anticipada, le permitió volver a otra de sus grandes vocaciones, el teatro. Y de la mano de, Durán Ayo, lo pudimos ver tarde tras tarde, en Canal Sur Televisión, encarnando a diversos personajes con gran solvencia. Entrañable conversador y hombre de vasta cultura, fue su pasión hacer disfrutar a sus amigos, de agradable compañía y amistad sincera. Una de sus últimas visitas a Granada, fue cuando aceptó la invitación de, José Luís Ramírez Domenech, y presentó en el Centro Artístico, el cartel anunciador de la coronación canónica, de Nuestra Señora de Las Angustias de La Alhambra, ante un auditorio que volvió a rendirse a su palabra, esa que lleva unida para siempre, la amistad de Paco Carmona. Un señor de las ondas.

SALA DE ESPERA

SALA DE ESPERA

Tito Ortiz.-

La culpa la ha tenido Antonio López. Yo quería ver la exposición de mí ídolo en vida, antes de su clausura en el feudo de Tita Cervera, y por mi trabajo, las únicas fechas disponibles, coincidían con la visita a Madrid, de un antiguo militante nazi, que ahora visita las ciudades revestido de blanco, en olor de multitudes. Y nunca mejor dicho eso de multitudes, porque lo que yo he tenido que aguantar en el metro, de cánticos y empujones, eso no está pagado con nada. Cuanto memo vestido de blanco y amarillo, soltando como posesos, vivas a no sé quién, y Hosannas a no sé cuantos. Menos mal que Cristo es grande, y en Cuatro Vientos, se hizo presente, haciendo volar incluso, el solideo de quién se arroga su representación, sin dar ejemplo alguno de su auténtica doctrina. Cosas veredes, amigo Sancho. Y hablando de un manchego, resulta que Antonio López, me ha vuelto a cautivar con su obra pictórica, escultórica y con esos dibujos a lápiz, que te encogen el corazón, hasta producirte una crisis de apnea, por su belleza y perfección. La muestra que agoniza en el paseo de Recoletos, en casa de la baronesa más mediática, es muestra fehaciente de lo mejor del arte contemporáneo español, aunque a mi juicio, tiene dos defectos. El primero es que se me antoja corta, conociendo la trayectoria de mí ídolo, y la segunda, es que –a mi juicio- está sobredimensionada en algunos temas, o excesivamente reiterativa sin motivo, en otros aspectos. La exposición de Antonio López, en el Thyseen-Bornemisza, tiene el defecto ya observado, en otras muestras de distintos autores, cuando son comisariadas por personas muy cercanas al autor, carentes de la distancia precisa, para no admitir un “todo vale” en lo colgado. Sobran en ésta ocasión, cuadros inconclusos, abocetados, y no rematados, cosa que un comisario independiente puede advertir, pero que la propia hija del autor, eleva a la categoría de obra a exponer, en un craso error. No hay que rellenar por rellenar, lo importante de una muestra de un artista tan valorado, es que lo expuesto, responda a las expectativas de un autor tan consagrado, al que ya no medimos por la cantidad, sino, por la calidad. El asunto debe quedar como la famosa cena de Rossini. Cuentan que el gran compositor, fue invitado a cenar por una dama de la alta burguesía, que a su vez cosechaba merecida fama de tacaña. Al finalizar la velada, las viandas habían sido tan escasas, que al despedir en la puerta al músico, la dama para quedar bien le dijo: Señor Rossini, espero que pronto volvamos a cenar. A lo que el compositor contestó: Ahoramismo, si usted quiere. Pues así deben ser las exposiciones de nuestros ídolos. Deben dejarnos con ganas de repetir, y no cansarnos por su escasez y reiteración injustificada.

La moderada frustración de la muestra, unida a las colas para visitarla, y las esperas interminables en el metro gracias a las legiones de peregrinos cantarines, han hecho de la experiencia un claro ejemplo, de lo que Eduardo Punset, define como la felicidad. Mantiene ésta criatura multidisciplinar, a la que desaparecido Saramago, leo con más frecuencia ahora, que la auténtica felicidad es la sala de espera de la felicidad. O sea, que cuando más feliz eres, es cuando estás en el proceso de conseguirla, porque cuando la alcanzas, la cosa ya pierde su aquel, por el sólo hecho de haberla conseguido. Conforme con ésta definición, sostengo, que he sido mucho más feliz, durante los meses que he preparado el viaje a Madrid para ver la exposición de mi admirado Antonio López. La compra de entradas por Internet, la búsqueda de alojamiento, el metro más cercano para llegar al museo, el restaurante no cerrado en Agosto para poder comer, en fin, todos los preparativos de un provinciano, que se mantiene en contacto con la actividad cultural de la villa y corte, para no perder el salto de la formación continuada, y seguir cultivándose culturalmente, y que como todo lo impredecible, a veces, no es tan gratificante como nos lo planteamos en nuestra mente. Porque la puntilla han sido los precios del merchandise. Una simple reproducción del cuadro emblemático de, la Gran Vía madrileña, de mi ídolo Antonio López, y unos imanes para el frigo, de alguna de sus obras más conocidas, un ojo de la cara, óiga, lo que yo le diga. Que a veces a uno le obligan a pensar mal. Parece como si la descafeinada muestra “lopeziana”, fuera sólo el pretexto para forrarse, vendiendo a precios desorbitados, multitud de cosas inservibles con la foto de sus cuadros. Desde su última retrospectiva en 1993, el pintor ha evolucionado. Efectivamente, eso dice el “clarividente” catálogo de la muestra, lo que pasa es que de lo colgado, poco o nada corresponde a estos años, muy al contrario, la base de la exposición, es obra menor con alguna excepción, pero de los primeros años. Siempre es agradable ver los trazos inconclusos del genial manchego, pero de ahí, a que la mayor parte de lo exhibido esté sin acabar, me parece cuando menos, decepcionante. Antonio está mal aconsejado y peor comisariado. Suele ocurrir cuando estas cosas se dejan en manos de la familia. Recuerden: familia y trastos viejos, cuanto más lejos...

lunes, 27 de junio de 2011

¿HAY VIDA ANTES DE LA MUERTE?

Tito Ortiz.-

Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero, porque no muero. Con ésta frase tan original que se me acaba de ocurrir a mí sólo, comienzo, cual plañidera, a relatar mi sin vivir, que me hace llegar a la conclusión de que dios no existe, o al menos, en lo que a mí respecta, está mirando para otro lado desde hace muchos años. Eso, sin entrar en que si dios hizo el mundo, ¿dónde estaba el día anterior?, y lo que es peor, si el mundo se formó a partir de un big bang, ¿dónde estaba esa materia un par de días antes?. Estoy convencido de que nos están tomando el pelo, y nadie nos dice la verdad de lo que somos, de donde venimos y a donde vamos. Los científicos mantienen, que lo que nos diferencia de los animales es la inteligencia, y yo digo que no. Que lo que de verdad hace diferente al hombre, del resto de la fauna terrícola, es la cocina. Si, la forma de guisar y preparar los alimentos es lo que nos hace ser distintos a los gorilas o las ranas. Nosotros no admitimos los alimentos crudos – por regla general – y además, hemos hecho todo un arte de la cocina, del que viven del cuento unos atodenominados gastrónomos, que sin pasar por universidad alguna, tienen patente de corso, para decir que es bueno, y que es malo en la cocina, de tal forma que, o les invitas con agrado en tu negocio, o sufres las iras de santón fogonero, que sin más respaldo que el medio en que publica, se cree el dios de la gula, aunque se tenga por ateo.

La culpa la tiene éste sistema de enseñanza, que en los últimos treinta años ha cambiado una docena de veces, y ha vuelto locos a algunos profesores, hasta el punto, de que siendo docentes de instituto, por extraña enajenación mental, que emana de cierta frustración académica, tratan a los estudiantes como si ya estuvieran en la universidad, no por subirles el nivel a los chicos, sino para creerse ellos que son profesores de universidad, cometiendo dos crímenes; El de juzgar a todos los niños por igual, intentando que todos asuman las enseñanzas al mismo nivel de comprensión, cosa no harto imposible, sino, imposible de conseguir, dejando de esta forma un reguero de cadáveres, que irán engrosando las filas del absentismo estudiantil, cuando no, las de la aversión a los libros de por vida, mientras ellos en la sala de profesores, se pavonean pensando que, ya quisieran en la universidad, ser tan buenos y exigentes como en el “insti”. Ante estos profesores, me pasa como con los prospectos de las medicinas, los interpretes como los interpretes, siempre te dejan frío. En uno puedes leer que en el ochenta por ciento de los casos, no se han descrito efectos adversos. Mientras que en otros te dicen que, en el veinte por ciento de los casos pueden presentarse efectos nocivos. Los laboratorios nunca se equivocan. Los políticos tampoco. Hace algún tiempo escuché a uno decir que la tarasca había salido a las calles vestida de Mariana Pineda, dándole así una coz a la historia y al vestuario del siglo XIX, tan sólo al alcance de los lerdos. Como el que conduce la máquina barredora, que deja el asfalto perfectamente engrasado, para que los motoristas nos estrellemos cada mañana, y en el caso de Armilla, el kamicaze que sube por la Calle de Las Campanas en dirección prohibida, para que no sólo te vayas al suelo, con el barrillo resultante de los ineficaces rodillos friega calles, sino que si te salvas de eso, te da la oportunidad de que te estrelles contra su barredora limpiadora. El caso es morir cada mañana, gracias a las máquinas de los cepillos giratorios, que llevan el pirulo naranja apagado, y a su conductor con unos cascos escuchando el “emepetres”, para que no se percate de nada de lo que ocurre a su alrededor. Aunque no están solos. Cuentan con la inestimable colaboración de gran número de dependientas de comercios, muy limpias ellas, que una vez fregado el local, arrojan a la calzada el agua sucia y jabonosa, para que tu que vas en moto, te dejes los sesos, bien pegados al asfalto. Es absolutamente incomprensible. Como también lo es, que en un hotel de cinco estrellas en la Gran Vía, no tengan estos días el aire acondicionado puesto en la cafetería, a la hora de la cerveza, lo mismo que en el otro cinco estrellas de la calle san Antón, que además tiene las puertas del jardín abiertas, para que a la una de la tarde del Sábado de feria, te dé un golpe de calor, si se te ocurre la feliz idea, de entrar de la calle a la diminuta barra, y pedir una cerveza fresquita. Si todo esto ocurre, cuando el entusiasta gudari del Bildu, que ahora regenta la casa consistorial de San Sebastián, decide quitar el retrato del rey, otro de sus colegas arría la bandera española de su mástil, y el socialista de Mollet del Vallés, se sube el sueldo, comprenderán amables lectores, que uno se pregunte si de verdad esto es vida, si no será más cierto, que cuando morimos, es cuando de verdad nacemos, porque da la impresión de que éste es el auténtico infierno, y no, con el que nos asustaban de niños. ¿Existen los agujeros blancos?, ¿Es verdad que soy votante del PSOE?. Si me reconoce por la calle, por favor, lléveme a mi casa.

martes, 21 de junio de 2011

DE CUANDO EL HONOR Y LA HONESTIDAD, COSTABAN LA VIDA.

Se llamaba, Manuel Fernández-Montesinos Lustau, fue médico profesional, y político vocacional. De carácter alegre y vitalista, me contaron los que le conocieron, que siempre veía la botella medio llena. Tenía una bandera; el servicio a los demás. Por eso se hizo médico, y por eso mismo, fue alcalde durante la república, fusilado por los sublevados. Era hijo de un alto cargo de la Banca Rodríguez Acosta en Granada, donde estudió Medicina obteniendo el título en 1921. Nueve años después, se casó con Concepción (Concha), hermana de García Lorca, con la que tuvo tres hijos, Vicenta, Manuel y Concha.

Miembro del PSOE, fue elegido concejal de Granada, el 12 de abril de 1931, en las listas de la Conjunción Republicano-Socialista. Sus ideas sobre la justicia social, el sistema de enseñanza para todos, la comunión con los postulados de Fernando de Los Ríos, y su frecuente aceptación de los idearios krausistas, le llevó al panenteismo, o racionalismo armónico, odiado por Franco y sus secuaces, que a falta de estudios y formación, los tildaban de comunistas o masones, aún a sabiendas, de no saber que significaban éstos calificativos, que los fascistas utilizaron como insulto. Junto a Luís Fajardo Fernández y Carlos Morenillas, fue autor en 1932 de la ponencia, "La conveniencia de formar parte de la Mancomunidad Andaluza", solicitada por el ayuntamiento de Granada para ir a la Asamblea de Córdoba, sobre el Estatuto de Andalucía y, en la que se muestra, contrario a la integración de Granada, dando muestras una vez más, de su libertad de pensamiento y obra, algo que entonces se interpretaba dentro del PSOE, como riqueza intelectual de la militancia, y que hoy sería motivo de expulsión de sus filas, pues ya se sabe, que o le haces el caldo gordo al jefe de la ejecutiva, o por muy razonable que sea tu planteamiento, pasarás a ser tratado como un traidor, enarbolándose contra ti y los tuyos, la bandera de la disciplina de partido, algo que ha terminado con la iniciativa, y por supuesto, con la aportación de ideas de cualquier militante, sin distinción de casta, grupete, o pandilla de camaradas a la que pertenezca. En el socialismo ahora, se sigue a raja tabla aquello de... el que no está conmigo, está contra mí, sin importar las ideas, y la lealtad, aquí no quieren militantes que aporten sabiduría, sabía fresca o la voz de la calle, lo único que se permite son seguidores con fe ciega en el líder, y sin rechistar, más al estilo de una secta que de un partido democrático, porque si te mueves, no saldrás en la foto. Por eso hay – desgraciadamente – militantes que se sorprenden, y otros hasta se ofenden, de que haya existido un movimiento como el de los acampados indignados del 15M, a los que han mirado con desprecio, como diciendo... ¿Pero estos niñatos, que es lo que quieren?. Y eso da una muestra muy preocupante, de la percepción que tienen los socialistas de lo que pasa en la calle. Es como si ellos no pisaran las aceras, como si levitaran para no mezclarse con la plebe. Los socialistas han fracasado en el conocimiento de la realidad social del momento, porque van a comer donde solo comen socialistas, van a desayunar donde solo lo hacen los compañeros de partido. Sus horas de ocio las disfrutan entre familias de camaradas, los hijos van a los mismos colegios, y haciéndose ellos una piña, se han apartado del resto de los ciudadanos de a pie, y de los contrincantes políticos, encapsulándose en una burbuja, que les impide ver la realidad, y que le lleguen los ecos de los sensatos ciudadanos, preocupados porque un partido de izquierdas, cada vez lo es menos. Porque un partido democrático, a nivel interno, cada vez lo es menos. Porque a base de no oír a la militancia de base, a la que sólo se le permite participar de campaña en campaña, para pegar carteles y repartir propaganda, se han construido un mundo tan distinto a la realidad, que no saben como están los ciudadanos, ni lo que necesitamos, ni lo que nos afecta. Todo lo contrario de “Manolito”, como lo llamaba su cuñado, Federico García Lorca, que no sólo tenía permanentemente abiertas, las puertas de su despacho en la Plaza del Carmen, a la espera de que irrumpiera cualquier vecino, con su pequeño o gran problema, sino que además, si hacía falta, lo atendía como médico, y le recetaba remedios boticarios para sus males. Hoy los alcaldes viajan ocultos entre cristales tintados, con escoltas numerosas, y no se dejan abordar por las criaturas, a no ser que estén en campaña y los periodistas estemos cerca para poder inmortalizar el momento magnánimo y condescendiente.


Destituido tras los sucesos de Octubre de 1934, la corporación municipal es sustituida por una gestora por orden del gobierno radical-cedista, y Manuel recupera su acta de concejal tras la victoria del Frente Popular, en las elecciones de Febrero de 1936. El 1 de julio sustituyó en la alcaldía a Luís Fajardo Fernández. Tras la sublevación que dio origen a la Guerra incivil española, el 20 de julio fue detenido por los golpistas, en el salón del Ayuntamiento, junto con otros concejales y militantes socialistas, siendo fusilado la madrugada del día 16 de agosto de 1936, en las tapias del cementerio de Granada. ¿Cave mayor sacrificio por una ciudad y sus ciudadanos?. En los tiempos que corren, es del todo impensable. Salvador Vila, Rector de La universidad granadina entonces, corrió igual suerte en la famosa colonia de Víznar, donde acabaron Federico y tantos otros. También fue fusilado, Virgilio Castilla, el presidente de la Diputación de entonces. Cuanto ejemplo, para tanto inepto actual, cuando no, corrupto. No me extraña que la familia de aquel honorable alcalde, continúe impidiendo que sus restos mortales, inauguren el nuevo panteón de personajes ilustres de nuestro cementerio.

martes, 14 de junio de 2011

ISLANDIA MON AMOUR

ISLANDIA MON AMOUR

Tito Ortiz.-

Cuanto nos queda por aprender aún, de países tan extraordinariamente clarividentes como Islandia. No puedo explicar cuando escribo, si será por estar rodeado por el océano Atlántico, por su actividad volcánica, por su falta de horas solares, o por su vinculación vikinga. Los islandeses, son expeditos a la hora de solucionar sus temas. Allá por 1550, tuvieron problemas de fe, y no se lo pensaron. Decapitaron al obispo católico, Jón Arason, a sus dos hijos, únicos herederos y algún familiar allegado, con lo cual, dejaron la puerta abierta al Luteranismo, hasta nuestros días su confesión dominante, si es que no quieres perder la cabeza, claro. Pues en materia de política, los métodos suelen parecerse. Los españoles hemos sido – como el resto de europeos – engañados por políticos y banqueros, y no contentos con eso, nos han obligado a pagarles sus desatinos ideológicos y económicos, retrotrayendo nuestro bienestar a dos década atrás, sin esperanza de recuperarlo al nivel que teníamos, hasta pasados diez años, o sea, que muchos ya no volveremos a recuperar lo perdido, gracias a la ineptitud de unos y a la sinvergonzonería de otros. Pues mientras que los españolitos hemos sido corderitos dóciles y nos hemos rascado el bolsillo, para que los señores banqueros y los cómplices políticos no bajen su nivel de vida y sigan disfrutando a nuestras expensas, los islandeses, más sensatos y juiciosos que nosotros, han puesto a sus políticos y banqueros a disposición judicial, mientras nosotros nos hemos conformado con pasar hambre y frío, en acampadas disueltas por la policía, dando muestras una vez más, de nuestra supina ignorancia, y dando validez a quienes pregonan, que tenemos la clase política y banquera que nos merecemos. Y ante esto, yo no puedo quitarles la razón, pues nos roban a cara descubierta nuestro dinero y nuestro futuro, y nosotros nos lamentamos, pero como borregos bien amaestrados, vamos y los votamos, para que ellos se limpien el ano con nuestros votos, porque no creo que los ciudadanos que han votado al PSOE, al meter la papeleta en la urna, hayan autorizado con su gesto, que auténticos delincuentes políticos, pacten para que con votos socialistas, gobierne el PP en varios ayuntamientos, mientras los huesos de Pablo Iglesias, dan saltos en su tumba, y de su calavera salen sapos y culebras.

También se retuerce en su ataúd, la noble osamenta de Dolores Ibárruri, al comprobar muerta de espanto, como sus camaradas de izquierda hundida, han puesto en la mano, el bastón de mando de cuarenta ayuntamientos, la los herederos ideológicos de la España de Franco. Quién le iba a decir al señorito burgués de Baena, Luís Carlos Rejón, que su famosa pinza tendría tanta vida a lo largo de los tiempos. Estos comunistas de boquilla son la leche, como los que salen del armario en plena campaña, son graciosos, vamos a mí me dan más risa, que una folclórica borracha, cantando el Only You. Añoro los tiempos de gente comunista seria como, Nicolás Sartorius, Cristina Almeida, Jaime Ballesteros, Javier Terrientes, Pepe Guardia, o Damián Pretel, que pena que su legado ético y político, haya caído tan pronto en saco roto. Izquierda hundida, con su comportamiento de “pacteleos”, mueve a risa, mucha risa, más que los andalucistas... que ya es decir. ¿Hasta cuando pensarán estos artistas, que pueden seguir engañando a sus votantes, haciendo un uso deleznable de los votos, que finalmente son dirigidos en sentido contrario al que desea el que lo deposita?.

Mi esperanza está en manos del 15 M, para que vayamos concienciando a los ciudadanos, de que a éstos artistas, hay que meterlos en la cárcel, que no pueden ejercer la política o las altas finanzas, con blindaje de inmunidad, para hacer a su antojo lo que les plazca, a costa de la ciudadanía, que no pueden hacerse ellos cada vez más ricos, y los ciudadanos cada vez más pobres, todo porque al ser bancarios o políticos, se han autoconcedido riqueza e inmunidad de por vida, tras el noble ejercicio de tomarle el pelo a las criaturas y dejarnos a todos en la indigencia y con las pensiones pendiendo de un hilo. Que ya no aguantan ni los disciplinados togados, que el Foro Judicial Independiente, ha considerado "bastante sensato" que el vicepresidente del Tribunal Constitucional Eugeni Gay, y los magistrados Javier Delgado y Elisa Pérez Vera, hayan presentado su renuncia con la intención de forzar la renovación de esta institución. Que Javier Varona, ha calificado de "espectáculo", la situación que sufre el alto tribunal teniendo en cuenta la tardanza en la renovación de sus plazas, que está pendiente en el Congreso de los Diputados desde el pasado noviembre, que se dice pronto. Varona con buen juicio, ha tildado de "lamentable", que los partidos se olviden de nombrar a los mejores y opten por designar a los más afines a ellos. En lugar de seguir criterios de mérito y capacidad y elegir a juristas de reconocida competencia, ha advertido de que los grupos optan por nombrar a "licenciados en derecho proclives a su partido". "Eso no puede ser. Si se buscase a los mejores no habría ese problema. Y esto que es tan sencillo, ¿tenemos que oírlo cuando ya no existe solución? Éste país se ha convertido en un sainete, donde las elecciones, las ganan los partidos que más implicados tienen causas pendientes en la justicia. No cabe mayor desvergüenza. Estamos al mismo nivel de cosa nostra. O los echamos, o nos vamos.

martes, 7 de junio de 2011

ROMANCE DEL CONDE DON NUÑO

Asido a las bridas de su corcel iba el conde don Nuño, cuando de pronto, reparó en el caballo del reloj. A punto la hora de ánimas, el caballo que soporta al desnudo jinete, levantó su larga cola, y de su esfínter anal comenzaron a salir unas bolas doradas, al oro viejo, diría el noble, que fueron cayendo sobre los acampados, que en duerme vela, aguardaban la bienvenida de los cigarrones. Era una noche más, a la espera de nadie, tras un movimiento del 15 M, que cada vez menguaba más, en presencia, operatividad e ideas claras. Cuando la lluvia de boñígas amainó. El conde don Nuño, con su cabeza bajo el brazo, pero sin perder la apostura, ordenó al arabehispano, que fuera caracoleando por entre las tiendas de campaña, sorteándolas, al igual que los sacos de dormir, y los plásticos desvencijados, cuán zoco etílico, ayuno de cordura.
Buscó el conde al infanzón entre los suyos, y no estaba. Tampoco entre la plebe apareció, así que cuando se disponía a salir de la plaza, dieron los cuartos en el reloj, su caballo quedó quieto, y de entre el cartonaje, apareció un juglar, que soplando una sobada flauta, parecía llamar su atención sobre lugar tan yermo y ávido de hidalgos. Apretó el conde su mano siniestra bajo la barbilla de su cabeza, que como los nardos, apoyaba premonitoriamente en la cadera, y soltando correa, aceleró el paso. Sin desprenderse de su testa, en un alarde, cual suerte de saltimbanqui, de un brinco quedó enhiesto al lomo derecho de la cabalgadura, al tiempo que dos chispas saltaban del adoquinado, al roce de sus estrelladas espuelas. Preguntose para si, que diablos hacia él, en el antiguo convento del Carmen, escudriñando acampados, receptando gruñidos de indignados, como blanco de las miradas ausentes de desocupados, que habíanse dado cita en la plaza para “goler” cualquier atisbo de algarada.

Resuelta sonó la voz del declamante, que a modo de gallo en amanecida, kakareó varias veces, haciendo resonar los soportales, y a eso del crepúsculo, todos pusiéronse en danza, hartos de hambre y ayunos de baño, como pollos sin cabeza deambulaban de un lado a otro, saludándose mecánicamente, con gran contento de seguir un día más en la plaza, y de que sus costillas estuvieran todas enteras y en su sitio. Las criaturas eran felices con poco. A saber: Que los dejaran estar allí como los nichos en cementerio... a perpetuidad. Que no les pegara la policía, y que nos les obligaran a ducharse. Lo de miccionar en la esquina más cercana, es algo que se da por hecho, y la posibilidad de defecar al aire libre, también, porque es muy ecológico, y además, se comparten las moscas, hecho éste notoriamente solidario para el colectivo, que por cierto, no es el que tiene la coleta más larga.

El escribano, apostado en el balcón consistorial, con binóculo de fino mango, apuraba el segundo tintero, sin que nada ocurriera reseñable, a no ser la bondad de lo cotidiano, que forzosamente es aburrida, cuán sesión parlamentaria en el congreso, despojada de insultos y descalificaciones, porque atrás quedaron muy olvidados los tiempos en que el hemiciclo, era puesto como ejemplo de excelente oratoria y buen hablar. Ahora sus señorías, a juzgar por las actas de las sesiones parlamentarias, pasaran a la historia y serán estudiadas, por su facilidad para escupir piedras, mientras hablan los unos contra los otros, pues nunca antes desde Cromañón, estuvo la clase política tan al nivel de la alpargata, dada su zafiedad, agresividad, carencia de ideas, y riqueza en impulsos animales irracionales, como algún consejero de educación, o senador destripaterrones, que ya han dado muestras sobradas de su excelsa incompetencia, y de sus tic,s dictatoriales, pero que sorprendentemente, aún continúan arropados por los suyos, - cada vez menos - que tal vez pagan con ello, algunos favores anteriormente recibidos. Pero la vida sigue en la plaza. En ésta plaza mutante, donde la esquina de “Paños Ramos” es ahora la de la ONCE. Donde el café “Lisboa “ de Pellejero, ha mutado, en tienda de moda taurina, donde el conde don Nuño, queda apostado a la espera de su presa, que no es otra, que un menesteroso funcionario, que alquila por unos maravedíes al mejor postor, varias máquinas trituradoras de documentos, que dicen que con el tiempo serán muy útiles, en el traspaso de poderes políticos, porque dentro de algunos años, no bastarán las alfombras de los despachos, para ocultar los cadáveres, del innoble ejercicio de la política y el trinconeo. El conde es consciente, de que necesita una de éstas máquinas come papeles, pero de ranura amplia, pues es su propia testa cubierta ante el rey, la que quiere meter por la abertura. Y quiere hacerlo con tiempo, porque aunque ahora no le toque abandonar morada y oficio, sabe como que hay dios, que algún día vendrán mal dadas y tendrá que tomar las de Villa Diego. Y entonces, a lomos de su corcel, dirá adiós a riquezas y dispendios, para vergüenza de propios y extraños, pues algo ocurre en la nobleza, que cuando manda sobre el pueblo, mangonea en desatino y provecho personal, hasta el hastío para escarnio genealógico. Que más vale vástago apaleado a tiempo, ante la insinuación de dedicarse a lo público, que descendiente prevaricador esposado, entrando a la sala de justicia por cohecho y desacato. Suena la campana de la Vela al riego de la vega. Se encabrita el caballo de don Nuño que se levanta a dos patas. Al coger las bridas con dos manos, suelta sin querer el conde su cabeza bajo el brazo, que rueda por la plaza a la carrera, con tan mala fortuna, que el acequiero que abrió compuerta sobre el Darro, por los pelos no pudo hacerse con ella, y aguas hacia el Genil va gritando... Nunca fui a Granada. Con sus malafollás acreditados, ya es suficiente. Entre ellos mismos ya se matan. ¿Para que perder el tiempo?

jueves, 2 de junio de 2011

TRÁS LA ACAMPADA

TRAS LA ACAMPADA

Tito Ortiz.-

En mis tiempos, la acampada eran los cursillos de cristiandad, pero en la mili. Ahora la acampada es un fenómeno que lleva por nombre el de la virgen de Mayo. O mejor dicho, el día de San Isidro Labrador, que ya quisieran muchos de los acampados, tener siquiera un trabajo de labrador en algún sitio, pero que pocos sabemos hacia donde conduce, incluidos gran parte de los acampados. Los movimientos asamblearios es lo que tienen, que lo mismo escuchas una propuesta de lo más atinada, que una patochada de toma pan y moja, porque hablan todos, y hasta algunos que no saben lo que hablan. La acampada surge como protesta del poder establecido, por habernos llevado hacia una crisis, en la que los perjudicados somos los de siempre, y los que no la notan, también… los de siempre. Se acampa contra los partidos y los sindicatos, fundamentalmente, porque no nos sentimos representados en ellos, y mostramos libremente nuestra disconformidad con su proceder, pero dudo de que los acampados indignados, hayamos puesto de manera contundente, propuestas sobre la mesa, para acabar con esto, y que no se nos siga confundiendo con los okupas.

Tengo la impresión como decano de los indignados, pues llevo tres años anunciando esto en éstas mismas páginas, o sea, mucho antes de que el centenario francés superviviente a los campos de exterminio nos lo dijera por escrito, por cierto, escrito muy afrancesado y anclado en los cuarenta, con una visión muy parisina y romántica de la resistencia, y poco actualizada con el desastre actual, que sabemos lo que no queremos, pero no tenemos las herramientas para reconducir la situación, o lo que pudiera ser peor, no damos con la tecla. Los acampados van desde los ateneos libertarios y anarquistas, a la proclamación espontánea de la república, aprovechando que Juan Carlos pasa dentro de unos días por el quirófano, y creo que no corren buenos tiempos para la lírica, y mucho menos, para la toma de la Zarzuela, a no ser que sea La Revoltosa, del maestro Chapí, o la que hace mi mujer de mariscos, que está para chuparse, el himno de riego, con manzanilla de Sanlúcar.

Los acampados estamos – al parecer – además de indignados, confundidos, o por lo menos, sin argumentos razonables para levantar las tiendas. Parece como si al dejar las plazas de España libres, se nos fueran a esfumar las ideas, y una vez, acéfalos, pudiéramos vagar eternamente como almas en pena, en dignísima procesión de la santa compaña. Pienso, - no sin gran esfuerzo – que cuando se tienen las ideas y alternativas para solucionar los problemas de ésta sociedad vacua y desencantada, se pueden ofertar sin temor a los que desde hace tanto tiempo nos desgobiernan sin rumbo, y que nos van a dejar en manos de una oposición de mano dura, bota acharolada y correaje resplandeciente, que pronto nos harán recordar con nostalgia, que cualquier tiempo pasado reciente fue mejor. Y todo esto se puede hacer desde casa, sin convertir las plazas en zocos mal olientes. No somos más demócratas, ni más libres, ni más rebeldes, por dormir al raso entre el socorrido cartonaje, a no ser que con ésta ocupación de las plazas, estemos camuflando otros movimientos a los que les interesa ser más numerosos, porque de no ser así, no se le oiría.

Me preocupa que un movimiento ejemplar a nivel europeo, como el que hemos protagonizado en España los indignados de todas las edades y condición social, pueda ser aprovechado y manipulado, por otros colectivos a los que éste caldo de cultivo, les puede ir muy bien, para su mejor visibilidad y presencia en los medios de comunicación. Si los acampados indignados no nos vamos de las plazas, me temo que la ciudadanía que tanto nos ha respetado y admirado, puede que nos confunda con otros movimientos, anteriores al nuestro, y que no por más viejos, han aportado nada a la sociedad ni a su amplia problemática, muy al contrario, la siguen parasitando sin intención de resolver problemas, todo lo más, crearlos, en pos de la algarada pachanguera. No se porque, cuando los indignados tratamos de convencer a los políticos de su error, tiene que salir a nuestro lado, uno que toca los bongos africanos con deleznable tino y peor sentido del ritmo, con cara de colgao y rastras muy sucias, con las que no me identifico, por muy albaycinero que soy. El mensaje de los acampados indignados, no debe ser adulterado, ni manipulado, por otros colectivos inmovilizados en sus trasnochadas ideas, que conducen a ningún sitio. La lección que los indignados españoles hemos dado a la sociedad, y que mediáticamente ha dado la vuelta al mundo, bien merece una ducha, y oler a limpio. La libertad y la democracia, no están reñidas con el agua y dormir en una cama. Ciudadanos y ciudadanas indignados/as, salgamos de las plazas, antes de que otros, las conviertan en un corral indefinido, de muy dudosa ideología práctica.

jueves, 24 de marzo de 2011

CULPABLES DE LA CRISIS

CULPABLES DE LA CRISIS

Tito Ortiz.-

Quien con la que está cayendo, todavía no se haya dado cuenta de que el mundo está regido por la economía y no por la política, es que no es de éste globo terráqueo. Ni dictaduras ni democracias tienen nada que hacer, ni que decir, en torno a la forma de vivir, la libertad y la igualdad. De lo contrario, la riqueza no estaría en el veinte por ciento de la población, y el ochenta pasando hambre, o muriéndose por miles a diario, por no tener lo básico para vivir, que es un plato de comida y un vaso de agua.
Los sistemas políticos, no son más que conejillos de indias en manos de las multinacionales, que mueven los hilos en función de sus intereses económicos, y que les permiten creerse que mandan en sus gobiernos y en sus pueblos, para que el auténtico poder que es el económico, permanezca agazapado en sus grandes mansiones, dirigiendo el mundo hacia donde ellos quieren. Unas veces se hace una guerra para dar salida al estocaje de armamento, para que la industria bélica no decaiga. Otras no se reparten medicamentos genéricos entre los más pobres, o no se les facilita gratis a los africanos la vacuna del VIH, y así vamos descendiendo el censo de población, a base de muertos en las trincheras, o en los hospitales de la sabana. Si no les hacemos llegar el agua potable, pues más muertos y todos tan felices.

Todo esto depende de unos yupis que a bordo de su jet privado, en buena compañía, mejor champagne y superior caviar, desayunan en Londres y cenan en Nueva York, para estar por la mañana en Wall Street, jugando con el dinero de todos a la ruleta rusa. En una parte del mundo, producen por su capricho alpargatas para todos hasta inundarnos. En la otra, mantienen el barril del crudo a precios desorbitados, para que rechinemos los dientes cada día al llenar el depósito, pero eso sí, gastando de más nuestro dinero, ellos no arriesgan nunca el suyo, nosotros no importamos, nosotros sólo pagamos. Son herederos de grandes fortunas que ellos siguen aumentando a costa de nosotros, sin importarles que los niños mueran de hambre, o que los desahuciados sociales que viven en las calles entre cartones, hayan aumentado en el mundo un treinta por ciento en el último año. Para hacer esto más divertido, mantienen el negocio de la droga sin erradicarlo, el tráfico de armas, el de mujeres, el de niños, y últimamente, hasta el de órganos. No conocen la moral, ni más ley que el dinero que ellos amasan mientras esa actividad cuesta millones de vidas humanas.

Pero cuando se equivocan, la cosa tiene su gracia, porque hacen aparentar, que ellos son inocentes, que los que en realidad se han equivocado, han sido los políticos, con lo cual, le echan a la sociedad encima, para que sean éstos los que solucionen el desaguisado de una crisis, que sólo los economistas y las grandes fortunas, han provocado. En nuestro país tenemos una buena muestra de esto. La burbuja inmobiliaria, auspiciada, animada y amparada por constructoras e inmobiliarias sin escrúpulos, y bancos insaciables, que incluso te daban más dinero del que te correspondía para la hipoteca de tu casa, con tal de colocar pasivo y cobrar intereses de por vida, al llegar el momento de la crisis, el gobierno, antes de socorrer a los pobres paganinis, dependientes de una nómina mileurista, lo primero que hizo fue poner dinero de nuestras arcas a disposición de bancos y cajas, no fueran a quebrar, porque entonces nos salíamos del sistema. De su sistema, del sistema de los mercaderes de siempre, que además para éstas ocasiones, se inventan estudios sesudos y concienzudos de grandes economistas, que nos meten las cabras en el corral, camuflados en grandes y prestigiosas multinacionales de la macroeconomía, que manejadas por ellos, nos dicen que no podemos ganar más, que nos tenemos que congelar los sueldos, que otros se los tienen que bajar, y ellos mientras, muriéndose de risa, de ver como han vuelto a salirse con la suya, asustándonos, empobreciéndonos, y manteniéndonos bajo la suela de su bota, mientras ellos vuelan cada vez más alto, permitiéndoles creer a los políticos, que mandan algo, y que el mundo está en sus manos, cuando siendo del partido que sean y del color que sean, son los políticos los primeros asalariados, de estos yupis universales, que hacen con nosotros lo que quieren, pero eso sí, si hay que reclamar a alguien, ya se encargan ellos de que sea a los políticos, que para peor pronóstico, se creen que esto lo solucionan ellos con sus reformas. ¡Pa morirse, vamos!.

viernes, 18 de marzo de 2011

Huérfano, hata de dios

HUÉRFANO, HASTA DE DIOS

Tito Ortiz.-

Mi orfandad comenzó antes de nacer. No llegué a tiempo de conocer a mi abuelo materno, Rafael Rubio, director del banco Hispano Americano en la postguerra. Un sevillano castizo, de enormes cualidades humanas, que utilizaba capa española y sombrero andaluz, con el porte señorial de la época, y al que –según mi abuela Juana y mi madre – me parezco en mucho, y a veces en todo. No superaré nunca, que me hayan faltado siempre sus caricias y caprichos, porque como buen abuelo, seguro que me habría consentido y mal criado. Mi niñez de monaguillo de misa en latín y de espaldas a los fieles, me la comenzó a arreglar Juan XXIII, y su Concilio Vaticano II, pero sus sucesores se han encargado de que aquello quede en agua de borrajas, y por lo tanto, hace años que me quedé huérfano de iglesia instituida, que no de fe en Jesucristo. Mi paso por los Escolapios con una mala experiencia, bastó para que emergiera mi pose anticlerical que me llevará a la tumba. Los primeros desengaños amorosos, me dieron un mazazo de realidad en pareja, haciendo crecer el escepticismo, que al día de hoy no me abandona. Ya tengo un máster en segundas oportunidades. Va para dieciséis años, que dios en su infinita misericordia, me dejó huérfano de padre, pero recreándose en la suerte. Me introdujo el estilete en el quinto espacio intercostal, girándolo de un lado a otro para hacer más daño, mandándole a mi progenitor, tres tipos de cánceres diferente a la vez, llevándoselo en un santiamén – quiero pensar que a su presencia – en el momento en que yo más lo necesitaba, pues ya estaba empezando a comprenderlo y a identificarme con él en todo. Mi descendencia es generosa en sobresaltos, de tal manera, que estoy condenado de por vida a una perpetua vigilia, que me está consumiendo por dentro. Por lo tanto, soy huérfano también de toda esperanza.

La amistad, tantas veces confundida con los conocidos, me dejó huérfano de confianza en las personas, temeroso de entregar algo que nadie aprecia, o tal vez, ni siquiera necesita. Quién tiene un amigo, tiene un tesoro, pero a mí me gustaría tener más. Persigo la felicidad sin saber lo que es. A veces tengo miedo de convertirme en Fernando Fernán Gómez, a quien tuve el honor de entrevistar en cierta ocasión, cuando el artista estaba en plena madurez de existencia y arte, y al preguntarle ingenuamente si era feliz, me contestó solemnemente que no, y que no le hacía ninguna falta. Aquello todavía no lo he superado. Es uno de esos jirones que un periodista se va dejando en el camino de la profesión, que en aquel momento casi tomé a chacota, pero que con el tiempo, me viene a la mente con el semblante de un jinete apocalíptico. Persona a la que yo tanto admiraba, sobre algo tan fundamental, me había espetado algo que nunca me podía imaginar, viniendo de un ser con tanto éxito.

En la política, tomé como referente y guía a, Alfonso Guerra. Un hombre culto y sabio, que promulgaba unas ideas con las que yo estoy absolutamente de acuerdo, y que a base de llamarle al pan pan y al vino, vino, un sector de su partido ordinariamente oportunista, con la inestimable colaboración de sus propios hermanos, consiguió depurar hasta la laminación, dejándolo prematuramente, en la cuneta de una democracia que lejos de amortizarlo, lo ha fagocitado, con la intención de echar hormigón sobre una ideología y un lenguaje, que en los tiempos que corren, se hacen imperiosamente más necesarios que nunca. Pero el aparato, prefiere morir de inanición política, desoyendo a la calle y a las bases, antes de reconocer, que la solución está todavía dentro de sus filas. No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que el que no quiere oír. Un sucedáneo llamado felipismo, que al final renegó de su líder, se ha adueñado de su propia mediocridad circundante, para que partiendo de la nada, hayamos alcanzado las más altas cotas de la miseria, como ya dijo un señor que fumaba grandes puros y se pintaba un bigote postizo. Anclados en el ayer y sin ideas, el futuro ya no existe. Mi orfandad política es notoria.

La independencia se paga, y yo bien que lo sé. Ejercer el periodismo de manera que, uno se acerque todo lo posible a la honestidad y a la moral, tiene un coste alto, o muy alto. No salir de copas con los que están de moda en el poder, tener conciencia social, estar más cerca de lo que ocurre en la calle, que de lo que se cuece en los despachos, me ha convertido en un personaje incómodo, que dice lo que piensa, y del que nadie con poder se fía, hablemos del ámbito público o el privado. Así que también estoy huérfano de cualquier respaldo, soy una diana fácil, sólo me mantiene en pié el trabajo duro y diario, la credibilidad de mi producto, mi inquebrantable lealtad a los que confían en mí, y la esperanza de que al terminar la jornada, podré hablar con Duke, mientras él me escucha pacientemente, miccionando sobre las farolas, o agachándome a recoger sus detritus, con la bolsa negra can del mercadona.

Y por si faltaba algo, cuando ya en la madurez de mis días había alcanzado cierto grado de optimismo, se muere mi referente, mi guía, el único ser en el que creía a pies juntillas. José Saramago me ha dejado huérfano de luz, sin parámetros en la tierra. Lo mío es una interminable noche en tinieblas, sin que pueda albergar la ilusión de un amanecer moderadamente ilusionante, que tampoco es pedir tanto, ¿no?. Ya lo dice la letra de ese cante jondo inmortal: Voy tirando piedras por la calle, y al que le dé, que perdone. Tengo mi cabecita loca, de tantas cavilaciones. Creo que estoy huérfano, hasta de dios.