miércoles, 29 de abril de 2009

... Y DE LA JUSTICIA... LÍBRANOS SEÑOR

Y DE LA JUSTICIA... LÍBRANOS SEÑOR

Tito Ortiz.-

De cómo sobrevivir a la acción, de los dignísimos representantes de la justicia en todas sus categorías y estamentos, sin morir en el intento, trata esta epístola togada, cuyo autor comprueba con pavor, como las palabras proféticas de un exalcalde de Jerez, quedan en estos tiempos muy en pañales, pues nunca antes tuvieron sus señorías peor imagen pública, ganada a pulso por semblante armado en ocasiones, y por flagrante incompetencia en otras.
Sé que las oposiciones para ejercer de juez/a son duras, pero de ahí, a marcar de por vida en pocas, pero singulares individualidades, comportamientos incompatibles con la razón, la educación y las buenas costumbres, va un trecho penoso de horadar. Háilos que sin el menor empacho ni rubor, argumentan ante un tribunal serio, que ellos sólo ven en España, los documentales de la BBC de Londres, como toda ración de TV y medios de comunicación. Lo cual ya debería ser penado por los tribunales, pues no se puede impartir justicia en un país, viviendo de espalda a sus medios y realidad social. Esto ya sería como para apartarlo de la carrera, pero el corporativismo de sus señorías no tiene límites. Y si no, recuerden que al juez del caso Mariluz, sus compañeros sólo le han tirado de las orejas, mientras que a la pobre secretaria se la han ventilado por la vía de apremio, demostrando así, que se trata del colectivo donde el amiguismo a ultranza, llega a ocasiones – como ésta- de auténtico ridículo nacional, pero a ell@s les da lo mismo, porque siguen cobrando todos a final de mes. Incluso, cuando el Fiscal del Estado se queja de que la policía nacional no le hace ni caso, y la estrella los felicita por su buena labor.
Los seis días que le han hecho pasar en la cárcel de Granada, a un pobre inocente que vino de su tierra a ver las procesiones, no hace más que remachar la oleada de incompetencia que embarga al colectivo, que desde el simple agente de policía judicial, hasta el supremo o el constitucional, no atraviesan su mejor momento, y entre ell@s ya se vapulean solos hasta por los pasillos, y si no, que alguien explique lo de dirigir la audiencia nacional, y su “precampaña”, o aquellos que se la juegan haciendo la instrucción rigurosa de un buen caso, y sus propios compañeros se la van desmontando poco a poco, para que quede en agua de borrajas. Hay jueces que se han convertido en el azote de ETA con todas las de la ley, pero naufragan en su comportamiento externo, al interpretar que su brillantez y eficacia en la lucha antiterrorista, les da derecho de pernada, para cometer otros excesos, incluidos el papel cuché, viajes al extranjero, conferencias millonarias, o en tiempos pretéritos formar parte del gobierno González. También hay otros que ya de ministros, vienen a cazar sin licencia a Andalucía, como si eso de pegar tiros no tuviera también sus trámites “judiciales”. El famoso juez Estevill, fue condenado en firme a muchos años de cárcel, por extorsionar a empresarios, entre otras lindezas. Una jueza de Motril, dejó encarcelada a una criatura mas de un año, porque se le olvidó si respiraba aún, y donde lo hacía. Años antes, una compañera en Marbella, consentía que su padre dirigiera el imperio del fraude inmobiliario, precursor de la era Gil y Gil, con una sonrisa de oreja a oreja, y todo esto, en el colectivo que más tarde se ha incorporado a la era democrática, incluso por detrás del ejército, que ya es decir.
Con la excusa de la falta de medios, osan ponerse a dar la nota amenazando con huelgas, como si de los subalternos de mantenimiento se tratara, como si no fueran los representantes de un poder del Estado, como si de contratados a tiempo parcial se tratara, sólo porque un/a político/a compañero/a de carrera en uso de sus atribuciones, les canta las cuarenta y les saca los colores, porque entre caló y caló, no vale la “güenaventura”. Pero es que hay más. Los hay de aquellos que todavía espetan aquello famoso de... usted no sabe con quien está hablando. Como es el caso de la jueza de instrucción de Barcelona, María Silvia López Mejía, que al ser sorprendida por los Mossos d’Esquadra, haciendo eses al volante, se negó a realizar la prueba del alcohol, alegando que era jueza. Dio positivo en un veinte por ciento más, de lo permitido por la ley, a las tres y media de la mañana, argumentando que venía de trabajar. Cuando vio que la cosa iba en serio, no dudó en pedir el número de placa a todos los agentes del control, y amenazarlos con el día en que un caso de ellos, cayera en su juzgado. Una escena esperpéntica, digna de la vieja España de caciques togad@s, que fue corroborada ante el consejo del poder judicial, por un taxista y un pediatra que fueron testigos de estos hechos tan lamentables, para la credibilidad de los tribunales en los tiempos que corren. Si una orden de busca y captura cumplimentada y con el reo entre rejas, sigue vigente mes y medio más tarde, es que el sistema hace aguas, como la sala de calderas del Titánic. Se que la amplia mayoría de los/as Jueces/zas, cumplen escrupulosamente con su trabajo, vocacional y riguroso, porque si no, este país hace tiempo que sería una república bananera, pero Bushi, es el matón que asaltó al ventrílocuo, José Luís Moreno en su casa, y que ha sido puesto en libertad por un juez, por arte de birlo-birloque, sin que de momento se aprecie engrosamiento de cuenta corriente alguna. José Antonio Martín, expresidente de la audiencia provincial de Las Palmas, ha sido condenado en firme por el Tribunal Superior, por favorecer a un “narco” para que obtuviera la libertad con fianza, que él mismo debía decidir. El juez del caso Spanair, tiene que recurrir a peritos del extranjero, porque los españoles no le dan garantías de imparcialidad en sus informes. Yo no sé ustedes, pero a mí me está empezando a dar miedo, caer en manos de la justicia.