lunes, 28 de octubre de 2013

FASCISTAS Y MISÓGINOS

FASCISTAS Y MISÓGINOS Tito Ortiz.- Éstos chicos repeinados y engominados del pepé, tienen de demócratas, lo que yo de líder de la UGT en Granada, y claro, al final como la cabra tira al monte, por mucho que la mona se vista de seda... mona se queda. Dice el monopausado del portavoz peperiano en Andalucía, que los alcaldes de su partido tienen derecho a manifestarse detrás de una pancarta. Y yo le doy la razón. Pero a continuación se la quito, porque esa versión no se corresponde con los hechos, ni se ajusta a la verdad. Los cabestros que el pasado Sábado, abordaron a la presidenta de Andalucía, obstaculizando el paso de su vehículo oficial y golpeándolo, mientras vociferaban al más puro estilo de la kaleborroka, con anterioridad a esos hechos, con premeditación, alevosía, correajes relucientes y botas acharoladas, habían conseguido averiguar el hotel donde se hospedaba la presidenta de todos los andaluces. No contentos con eso, entraron a recepción para preguntar por el número de la habitación que ocupaba, y al no obtener respuesta, se apostaron en la salida de vehículos, para llevar a cabo el acto más vergonzante de la democracia española en Andalucía. El espectáculo bochornoso que éstos militantes de elite del pepé han ofrecido al mundo, descubre la auténtica cara y el talante político de éste partido, que en su día engulló a toda la extrema derecha nostálgica, y bajo su manto, les ofrece una fina capa de barniz democrático, pero cuando se araña sólo un poquito, esa cascarilla deja ver a las claras, la auténtica catadura moral de ésta gentuza, que aprovechándose de la democracia para alcanzar bienes y prebendas, a poco que se les deja de la mano, muestran su auténtica faz, la misma que llevaban aquellos que en Agosto de 1936, fueron a sacar por la fuerza, de casa de Los Rosales, a Federico García Lorca. Éstos alcaldes del pepé, han actuado como las escuadras negras, y en un rasgo de valentía que los retrata, han llevado a cabo la acción más repudiable con la primera mujer presidenta de la Junta. ¿Es casualidad que no la hayan hecho antes, cuando el presidente era hombre?. Los fachas uno a uno no son capaces de nada, pero en horda vociferante, y con la ayuda de algún estímulo, forman las escuadras de tres en fondo, y se van a por el objetivo, que si es mujer y sólo con una escolta mínima, se convierte en una presa apetecible para sus insanas intenciones. Alguno de éstos alcaldes desalmados del partido peperiano, estoy seguro que rozaron el orgasmo, al llevar a cabo tamaña felonía, y sus descerebramiento es tal, que hasta presumieron del susto que le habían dado nada menos que a su presidenta, mientras chatearon en el bar, donde recalaron después de su aberrante hazaña, pavoneándose del éxito televisivo de tan innoble acción. Conociendo la doctrina interna de éste partido ademocrático, - en Andalucía muy especialmente, - donde desde hace tiempo campa a sus anchas como pollo sin cabeza, no es de extrañar que la próxima acción de éste comando incontrolado de alcaldes peperianos, pueda acometer empresas mucho peores, que hagan buena, la tristemente sucedida el fin de semana en la ciudad de Málaga. Me temo que esto no ha hecho más que empezar, porque el seno del partido popular en Andalucía, lejos de repudiar ésta acción y llamar a la educación a sus alcaldes, ha optado a través de su portavoz, por aquello de... ¡Mantenella y no enmedalla!. Y de ésta forma, se acaba de dar patente de corzo, a todo aquel que considere moneda de uso corriente, acosar a la presidenta andaluza a la salida de los hoteles, obstaculizando su coche oficial, y golpeando los cristales, entre gritos, amenazas o grandes risotadas, cuando por fin el coche logró avanzar unos metros y dejarlos atrás, a los borregos peperianos, digo, que haciendo caso a su ideólogo de cabecera – tan descerebrado como ellos o más - han mostrado su verdadera cara a todo un país. Ésta es la escuela de alto standing a la que han ido, para hacerse políticos demócratas y dialogantes, los alcaldes peperianos andaluces. Éste es el ejemplo que le han dado a todos los vecinos que los han votado, como manera de resolver los conflictos entre administraciones públicas. Éste es el comportamiento que deben adoptar sus vecinos, cuando tengan algo que resolver con sus alcaldes. Éste es el “tufillo de libertad y democracia” que van dejando a sus paso estos alcaldes peperianos y andaluces, para vergüenza de ésta comunidad a la que pertenezco, de una bandera blanca y verde que nunca han aceptado, y de un himno que tildan de rojo, porque su ignorancia les impide saber que se trata de una oración a dios adaptada. Ésta es la derechona analfabeta del pepé andaluz que pretende ser alternativa de gobierno, y ésta la mejor forma de conseguir los votos de todos los andaluces. Mariano, hace falta que bajes por Andalucía y ordenes “prietas las filas”, porque esto se te está yendo de las manos, y a saber, si es que ya es irrecuperable. Desde luego, si quieres revivir al muerto, ni se te ocurra mandar a Arenas, eso es un cadáver político, que tu sabrás que vas ha hacer con el.

domingo, 20 de octubre de 2013

ASÍ ES MÍ GRANADA

ASÍ ES MÍ GRANADA Tito Ortiz.- Al pie de Sierra Nevada, al pie del viejo Albayzín, se halla sentada Granada la de belleza sin fin. La que todavía conserva la costumbre de ir al campo a coger collejas, para hacer una de las tortillas más exquisitas de la gastronomía mundial, y más desconocida, saliendo de nuestras provincianas fronteras. La tortilla de collejas granaina, digna de la carta más exigente, como la de “elBulli”, es sólo un plato al alcance de paladares finos, que a su exigencia culinaria, añaden, una sabiduría del campo y nuestro entorno, digna de la mejor enciclopedia antropológica. Es ésta una comida de mentes, que en teoría podrían estar abiertas a todo tipo de dioses, pero que para mayor contradicción, se aferran religiosamente al monoteísmo, pese a no comprender, por qué dios es uno y trino. O a compatibilizar sin sobresalto, que en considerándose cristianos, la devoción por la virgen patrona de la ciudad, traspasa cualquier intento de ateísmo, pues bien es sabido, que mi compadre, no quiere saber nada de dios, pero se confiesa un fervoroso admirador de la virgen de las Angustias, la que habita en La Carrera, aquella que se abarrotó mientras se casaba Gelu, la que consuela a los granadinos aliviándoles las penas. Esas que en mi niñez se expresaban con un brazalete negro en la manga, cuando un familiar querido había muerto, o más modernamente, con un botón forrado en negro, sujeto al ojal de la solapa, mientras las mujeres vestidas de catafalco y azabache, prohibían en casa la audición de la radio, o la visión del televisor, al que se le colocaba la funda gris de franela, durante un año o dos, según la pena acordada por los dolientes. Granada, Granada mía, la de hermosura repleta, luna y sol de Andalucía. Granada, Granada mía, al llegar el mes de abril, flores hay en tus vergeles, olorosos los claveles de la vega del Motril. Como aquellos que arrojaban las muchachas desde las carrozas, que componían la batalla de flores que ésta ciudad perdió como anuncio de la primavera, como dejó perder los versos al aire de sus poetas, que anunciaban con amor en los juegos florales, la inminente irrupción de la primavera, en ésta ciudad alhambreña que olía a, azucarillo en la placeta de los Aljibes, a barquillos de canela en el Zacatín, o a barretas en Bibrrambla. Galán de noche sobre las tapias blancas, en Cármenes de verde agua y el Sacromonte cañí, con sus cantares y zambras, son la ilusión y el vivir, ante un brasero de cisco y picón, en el que envueltos en papel de estraza, se están asando los boniatos a fuego lento, mientras la abuela en la cocina, prepara un dulce de calabaza, con la que ha sobrado de echarle a las lentejas. La calabaza, esas cucurbitáceas que ya se cultivaban en la Sudamérica prehispánica, y que ahora han desaparecido de la cocina, donde incluso se ha olvidado aquella receta de calabaza con ajos y pimentón, plato sólo al alcance de sibaritas y similares sin graduación. Ahora las calabazas, solo aparecen en los medios cuando un agricultor vocacional, la deja crecer en su huerto, hasta que alcanza dimensiones y peso de récord guinness. En mis tiempos, como ocurría con el perejil, ninguna ama de casa salía del mercado, sin llevar en su cesto de esparto, una buena tajada de calabaza. Yo desde aquí, reivindico los alimentos humildes de mi infancia, que tanto bien nos harían en ésta época de crisis y peones subsidiados. Las meriendas de pan y chocolate, los postres de carne de membrillo, las cenas de pan con aceite o azúcar, o las comidas invernales con perdices, esas perdices que nada tienen que ver con un pájaro que vuela. Me refiero a esas perdices que la señora de gran volumen y mandilón gris a rayas, pregonaba sin descanso en los Almireceros, en un triángulo “bermudo” que formaban las Bodegas Castañeda, La Alegría y Espadafor de la placeta de la Sillería. Unas enormes patatas asadas, que al abrirlas dejaban exhalar un vaho, que recibía de inmediato una fina lluvia de sal y pimienta, bocado extraordinario en día de fiesta, como aquel famoso requeté del “Cisco y Tierra”, a la otra esquina de la Casa de Socorro. Bocadillos del Aliatar, Espumosos de La Carrera, ensaladilla rusa del Jandilla, junto al Corral del Carbón, sopa sevillana de Juan Luís Álvarez, Gazpacho del Mesón en la placeta de Gamboa, y yo, con las katiuskas pisando charcos, a la espera del coscorrón de mi madre. Ay mi Granada, Granada mora y sultana, la que admira el mundo entero, ¡Ay, mi granada gitana, eres tú lo que más quiero!. Te quiero más que un abrigo Duralan comprado en Moisés, más que una chaqueta en Lirola, que unos zapatos en Segarra, que un traje de comunión en Almacenes Los Muñecos, que una camisa en El Sol, que un traje en Castilla, que unos calcetines en El Aguila, o unos botones en La Chilena. Que un libro en Almendros o, un bolígrafo en Costales. Te quiero más que un Kelvinator en Molinero Radio, o una Isocarro en Baquero Motor, más que la Velosolex de mi padre, o los pantalones de La Santa Cruz, más que la Hoja del Lunes, que las almencinas y las majoletas con canuto de caña, para castigar nucas despejadas. Te quiero más... que al cartucho dominguero de almendras garrapiñadas. He dicho.

lunes, 30 de septiembre de 2013

TIEMPOS MODERNOS

TIEMPOS MODERNOS Tito Ortiz.- La última vez que estuve en el cine, la película era en blanco y negro, no se oía una torta, y bajo la pantalla, había un menesteroso pianista con manguitos y visera, que amenizaba la función. Estaba en La Gran Vía y se llamaba “Coliseo Olympia”. Así que el otro día decidí que ya había pasado mucho tiempo, y me armé de valor. Para empezar, advertí que los cines habían desaparecido de la ciudad, y que ahora se concentran en multisalas. Que las carteleras de la calle Jesús y María, esquina a San Matías, habían desaparecido. Que los acomodadores son ya parte de la historia, lo cual me pareció una injusticia, porque hubo en ésta ciudad acomodadores de cine famosos, como por ejemplo “El Caragato”, que durante el día ofrecía sus servicios de dependiente malafollá, en el “frangollo” de la calle Elvira esquina a Cárcel Baja, y durante la tarde noche te acercaba con su linterna de petaca a tu asiento, mientras algún chusco le recordaba su mote, aprovechando la oscuridad de la sala, y éste se acordaba de toda su generación entera. Que ya no se divide entre patio de butacas o gallinero, y mucho menos, paraíso, y que curándose en salud, el volumen de la banda sonora, está ampliamente cubierto para discapacitados auditivos, de tal guisa, que a la empresa le importa un rábano que la mayoría de los mortales que van al cine oigan bien. Ellos ponen el nivel de la película, para que sea escuchada por los sordos sin remisión, se ahorran posibles quejas de los hipoacústicos, y se llevan comisión en sgae, porque nada más salir de ver la película, tu tienes que ir a que te revisen el oído, porque hora y media de proyección, te ha dejado los tímpanos, como al artillero encargado de disparar el cañón, durante la Gran Guerra. Pero no sólo eso me sorprendió de los modernos cines, cuyo aforo es mucho más reducido. Ahora, entre cambio de rollo de la película no aparece aquella vetusta invitación de... visite nuestro selecto ambigú. Ya no hay ceniceros en los respaldos de las butacas, que por cierto, son más cómodas e incluyen unos habitáculos para poner los vasos, algo impensable cuando yo iba al cine. Los del piso superior no te echan las cáscaras de pipas en la nuca, porque ya no existe es altura. La fila de los mancos es ahora de los tumbados, sobre todo, porque con estos de las tres dimensiones, y el sonido atronador y supersónico, si la película es de tiros, es mejor que éstos te pasen por arriba, no vaya a ser que con ésta manía de llevar la realidad al cine, te peguen un tiro en mal sitio. Pero lo que de verdad me dejó de piedra, fue comprobar como la gente se compra una entrada de cine, que barata, lo que se dice barata, no es, y se dedica a no ver la película. Así, como lo están leyendo, que no hay que pensar mal, pero si hay que recapacitar sobre lo que las nuevas tecnologías están haciendo con nuestra juventud. Como si de una fuente luminosa se tratara, que estuviera programada para encenderse por etapas y sectores, quedé boquiabierto cuando comencé a divisar en la oscuridad, con la película en marcha, las pantallas encendidas de teléfonos móviles de alta tecnología y su luz blanquecina reflejada en los dedos de sus propietarios/as, que a la velocidad del rayo escribían en el diminuto teclado. He preguntado a mis hijos, y me han puesto al día. Me han dicho que aquellos movimientos ultrarápidos pisando las teclas del abecedario, es que mandaban un whatsapp, que estaban “güasapeando”, vamos que hablaban con otra, o varias personas, mientras estaban en la sala sin prestar atención a la película. Una vez observado el fenómeno, con su variedad de pantallas encendidas y apagadas por sectores, de manera intermitente y aleatoria, quedé perplejo, pero conforme avanzaba la película y el fenómeno no remitía, me fui poniendo de muy mal humor, porque a veces la luz de los potentes móviles me cegaba, dependiendo de la cercanía del, o la “güasapeadora”. Antes cuando la gente de mí generación iba al cine, era para estar en silencio, concentrado en la historia y disfrutarla, para saborear el séptimo arte hasta el último fotograma. Ahora, por lo visto, la gente va al cine para no enterarse de la película, y seguir enganchados a los móviles como si estuvieran en casa o en el parque. Entonces, ¿Para qué desperdiciar el dinero de unas entradas, en no saber que pasa por la pantalla, y a ese volumen?. Es muy curioso. Cuanto más se esfuerza la técnica por ofrecernos mejor calidad en lo proyectado, no sólo con alta definición, sino con tres o cuatro dimensiones – gafas incluidas – olores, temblores, colores y reventón de orejas, en pantallas enormes, los nuevos espectadores, menos atención prestan a lo que ocurre en la sala. Están en el cine, con el mismo entusiasmo de aquella mujer, que haciendo el amor con su marido, en el momento del éxtasis, -masculino, claro-, dijo sin poder reprimirse: Pepe, el techo necesita una mano de pintura, así que vete a por el cubo y la escalera.

jueves, 19 de septiembre de 2013

CALLES CON OFICIO

CALLES CON OFICIO Tito Ortiz.- Allá donde se asentaron los menesterosos operarios, coincidieron en vivir y laborar. Y a ser posible, todos juntos. Por eso, calles, cuestas, callejones, plazas, placetas, barrios, arrabales, quintas, huertas y cercados, llevaron desde hace siglos, el nombre de quienes moraban y laboraban en cada lugar. Las calles, como las hermandades, siempre tuvieron el nombre de los gremios que las vieron nacer a lo largo de los siglos. La cuesta de Gomérez, fue durante más de una centuria, el lugar de los maestros constructores de guitarras, bandurrias y castañuelas. En Granada existió una hermandad de penitencia y sangre en el siglo dieciséis, llamada de los sombrereros, porque ese gremio del noble oficio de tapar cabezas, costeó siempre los entierros y misas de ánimas de sus compañeros fallecidos. Preparar tocados para las testas, no sólo dio también el nombre a la calle donde se asentaban los talleres, como por ejemplo, Sombrerería, sino, incluso a barrios, como el llamado de Los Alfareros, por los talleres que se dedicaban a realizar los útiles de barro para el hogar y la labranza. La calle Monterería, es donde se fabricaban las monteras, que tiempos después quedaron reducidas a la vestimenta taurina. Lo mismo que la Calderería, tanto La Vieja como La Nueva que dan acceso al Albayzín, fueron las dos arterias donde se asentaron, los caldereros, insignes artesanos del cobre y el latón, especializados como su propio nombre indica, en la realización de todo tipo de calderos y calderas, incluidas – según algunos – las del mismísimo Pedro Gotero. En pleno barrio árabe de la Alcaicería granadina, aún se conserva la Placeta de las Sedas, lugar donde hace ya muchos siglos, no sólo se tejía la seda procedente de la crisálida, sino que además, se procedía a su tinte, en la cercana calle del mismo nombre. No lejos encontramos la Placeta de Los Alpargateros, lugar donde se concentraban los artesanos que realizaban el calzado del pueblo llano, que no hay que confundir con la de Zapateros, que como su propio nombre indica, trabajaban la piel y revestían los pies de las clases más acomodadas. La calle y placeta de la Pescadería, albergaba a las gentes que subiendo el pescado de la costa, subastaban las especies y vendían al detall en las cercanas atarazanas, junto a los cordeleros y toneleros. La calle de La Sillería, estaba repleta de establecimientos donde se fabricaban eso precisamente, sillas de todas clases. Sillas vulgares, plebeyas, o nobles y señoriales, dependiendo de su madera y revestimiento en la calle de los tapiceros. La calle de Cerrajeros, contaba entre sus vecinos, los talleres de aquellos que más sabían de llaves y candados. Y la de Tundidores, para igualar y rasar dejando las superficies planas y a nivel. Al igual que el callejón de los Yeseros y su cercana cuesta, responden al lugar donde se extraía de los muros el preciado material y a pie de calle se vendía al peso y en sacos. La del Zenete, junto a la muralla del Albayzín, recibe su nombre de los aguerridos zenetes, que vinieron de África, y se especializaron en la defensa de la ciudad, viviendo en el mismo lugar donde guerreaban. La Ronda de los Panaderos, es la calle que une la capital con la carretera de Alfacar, el pueblo de los panaderos por excelencia. El callejón de Las Monjas, recibió su nombre a base de verlas pasar camino del convento. Cementerio de Santa Escolástica, daba acceso a eso precisamente, al cementerio de la parroquia realejeña. La Plaza de Las Flores, hoy de Las Pasiegas, recibía su nombre porque allí se vendían las flores que años más tarde pasaron a la de Bibrrambla. El callejón del Hospicio, no hay que decir donde desembocaba, ¿No?. Y lo que se fabricaba en la Casa de La Lona, tampoco... ¿no?. Al final todo es más sencillo de lo que parece, porque ponerle en la Alhambra a una placeta: de Los Aljibes, no fue otra cosa que reconocer lo que se ocultaba bajo los pies. El habitáculo hídrico más grande del recinto amurallado, en la Colina Roja, que por cierto fue bautizada así por el color de su tierra. Una obviedad como la copa de un pino. Noble oficio de llanto es el de un triste, y si son varios, mejor, y si plañen juntos, tras un féretro, el súmmum. ¿Dónde estamos? Pues en el Paseo de Los Tristes, Carrera del Darro arriba, a los pies de la Alhambra, camino de La Cuesta de Los Chinos, único acceso entonces al Cementerio de la ciudad, y lugar por tanto de peregrinaciones lamentosas, junto a los finados encaminados a la última morada. Sabido es que a San Jerónimo, se le representa siempre junto a una calavera y algunos huesos, tal vez por eso, la calle donde siempre se ubicaron las funerarias granadinas es precisamente la que lleva el nombre de éste venerable santo. Y los marmolistas especializados en lápidas, en los aledaños del campo santo, para no tener que transportar tan pesado material en largas caminatas. Derribada la mezquita capitalina para construir la Catedral, y la Capilla Real, pronto surgió un zoco al paso de los peregrinos, de ahí que la propia entrada a los sepulcros se haga por la antigua Lonja granatensis y, dada la gran oferta de artículos al paso de los fieles, la calle quedó inmortalizada como la de los Oficios. Tantos, que incluso albergó durante decenios, una escuela de periodistas llamada, Patria.

domingo, 8 de septiembre de 2013

TODA ESPERANZA SERÁ POCA

TODA ESPERANZA, SERÁ POCA Tito Ortiz.- Sabed criaturas del averno, que nunca os temí. Que siempre fui consciente de vuestra maldad, y que por ser - en otros tiempos - uno de los vuestros, os conozco mejor que vosotros asimismos. Sé quienes sois, de donde venís, cual es vuestro triste bagaje, y cuán grande es vuestra ambición, al igual que vuestra ignorancia. Vuestra falta de ética es tan enorme, como el deseo de enriqueceros en el menor tiempo posible. Carecéis de vocación de servicio a los demás. Lo vuestro es puro teatro, una realidad fingida que sólo dura la campaña, para después, hacer de vuestra capa un sayo, y en utilizando los votos de unos incautos por un lado, e inopes por otro, campar a vuestras anchas en beneficio propio o de los vuestros, olvidando los motivos por los que pedisteis el voto y, la esperanza que pusieron en vosotros, almas cándidas que todavía creen en que el ser humano es recuperable. Allá ellos. Creer en cuentos de hadas es voluntario, pero lo que está pasando en éste país de mangantes, en cuyos bolsillos, - si rebuscamos - encontraremos un acta de parlamentario o, en su defecto, de concejal, incluso lo que es peor y se ha convertido en la plaga maligna de la democracia: Un “cargo de confianza”, que es la argucia que se inventaron los políticos, para poner en el sitio deseado de los sobres, a personas que no hubieran accedido a cargo público tras formar parte de unas listas electorales, que por cierto, deberían ser abiertas. Pero esto de las listas abiertas, es tanto pedir como que, la democracia interna en los partidos sea una realidad, o que se cumpla la ley de financiación de los mismos, que la transparencia en su gestión económica sea un dogma, no de fe, y que los liberados sindicales trabajes 35 horas semanales, defendiendo los derechos de los compañeros y compañeras. Son tantos los vicios que ésta democracia joven ha permitido alegremente, que ahora el retorno a un ente de razón, se hace cuanto menos muy dificultoso. Porque son muchos los privilegios que hay que quitarle a mucha gente, que ya tiene la raspa tiesa y no quiere volver a trabajar, para así justificar su sueldo. Es más, en el caso de algún liberado, tendría que hacer varios cursos de reciclaje para poder desempeñar el trabajo que hacía, cuando los compañeros decidieron que pasara a darse la vida padre, con el sueldo completo y conservando todos sus derechos. Igual ocurre con la duplicidad de servicios en las administraciones. Los políticos no hacen más que, marear la perdiz, a cerca del futuro del Senado, su inutilidad como cámara de representación, y no digamos del papel que desempeñan las diputaciones, con respecto a los gobiernos autónomos y sus delegaciones provinciales. Si acabáramos con todo eso, saldríamos de la crisis a la velocidad del rayo, pero claro, mandaríamos de un plumazo a miles de políticos a su casa,- y sin cargo - con lo cual, como a ellos no les interesa, pues seguimos triplicando puestos en el aparato del estado, cuyo coste nos lleva en cada ejercicio a la banca rota. ¿Hasta cuando vamos a seguir manteniendo a tanto zángano?, que además, en cuanto nos descuidamos, mete la mano en el cajón y se forra, blindándose él y su familia. Necesitamos una regeneración política, que vuelva al idealismo obviando los intereses personales. Necesitamos una reeducación a la honradez, un retorno a los valores de la transición, y que los jueces copien de los militares en su adaptación a los nuevos tiempos. ¿Quién nos iba a decir a nosotros?, que los militares se iban a adaptar, antes y mejor a la democracia, e iban a separar convenientemente, su lógica idea política, de la militancia partidista, coroneles gays aparte, y capitanas acosadas, en la otra, que la vivencia castrense, es muy suya. Que una cosa es dar la cara en misiones humanitarias, o apagando incendios, y otra el machismo misógino que todavía subyace en algunos uniformados. ¿Para cuando una mujer general de los ejércitos, o presidenta del poder judicial o del constitucional. ¿ Qué les pasa a los togados y uniformados, que no permiten el ascenso de las mujeres a los centros de poder?. Siguen los mismos designios del Estado Vaticano, con respecto a permitir a la mujer acceder al sacramento del Orden sacerdotal. Ésta democracia tiene tantas asignaturas pendientes, que dista mucho de ser madura y estar consolidada, tal y como algún menguado político asevera con jactancia. Decir que esto no puede ir para atrás, es no ver como la sanidad pública retrocede, tras ser ejemplo internacional. Como la educación pública retorna a los tiempos del nacional catolicismo, con formación del espíritu nacional y Pilar Primo de Rivera, vigilante desde el más allá. Con la juventud más formada de todos los tiempos, haciendo las maletas en busca de trabajo, y casi dos generaciones perdidas sin empleo, éste país de políticos incompetentes, y de sindicalistas liberados resignados a su suerte, porque les callan la boca desde las subvenciones estatales, y según algunos, con otras muy particulares, España ha retrocedido a tiempos predemocráticos, con escándalos de preferentes en ahorradores modestos, que nos recuerdan casos como el de Sofico Renta en pleno franquismo. Ya lo único que nos falta, es que vuelvan a envenenarnos con aceite de colza, que mientras los descubren o no, la península ibérica ya será un solar, en el que sólo las castas privilegiadas de, políticos y sindicalistas liberados, camparán a sus anchas viendo en solitario como en España... empieza a amanecer.

miércoles, 28 de agosto de 2013

UNA ABUELITA CON AVERSIÓN A ESPAÑA

UNA ABUELITA CON AVERSIÓN A ESPAÑA Tito Ortiz.- Hay una pre-anciana de pelo blanco en Europa, que quiere que nos vuelvan a rebajar el sueldo un diez por ciento, y facilitar aún más el despido, mientras ella casi alcanza los cuatrocientos mil euros anuales, y todavía tiene la desfachatez de no pestañear, cuando dice estas cosas, o aconseja a sus discípulos decir lo mismo para ir propagando la mentira. Es el caso de su perrillo faldero, Olli Rehn, que pasa de los veinte mil euros mensuales, aparte gastos y colegios gratis para sus niños, pero que sin embargo, recomienda que solamente España, se rebaje el diez por ciento del sueldo. Sólo conque la gentuza del Fondo Monetario Internacional, y los que les ríen las gracias en Europa, especialmente en Bruselas, se rebajaran ellos los sueldos, y no se los subieran un once por ciento como la señora de pelo canoso, la crisis ya sería cosa de la historia, pero no, lo que toca es masacrar al pueblo llano, para así continuar acogotándonos con la bota en el cuello en una economía que ellos se han inventado. Su negocio, como el de bancos y cajas españoles, es hacerse ricos y, si les vienen mal dadas, que el gobierno los salve. ¿Cuándo vamos ha hacer los ciudadanos un ERE, para echar a tanto incompetente? La cuerda se tensa entre chinos y japoneses, mientras Corea del Norte y su presidente pelado a lo tazón, sin prisa pero sin pausa, se atrincheran en la ofensiva bélica más tenebrosa de los últimos decenios. Mientras, Egipto no encuentra ya el Norte, ni siquiera la brújula de su futuro. La guerra santa entre ellos mismos, es ya una realidad que nos salpica a todos. Los “hermanos” musulmanes, se bastan y se sobran para masacrarse, sin necesidad de que intervengan los infieles, cuya lengua Alá confunda. La primavera árabe camina inexorablemente hacia un otoño gris, de tonos violáceos, en el que una vez más, un Islam anclado en la noche más tenebrosa de los tiempos, no es capaz de adaptarse a los nuevos tiempos, quemar los burkas, enterrar las armas y dejar de autoinmolarse, causando destrucción y sembrando odio en el resto del mundo, que mira con horror comportamientos nehardentales, fruto sólo de la ignorancia educativa y el fanatismo religioso no escrito. El Corán nada dice de asesinar a los demás. Las lecturas e interpretaciones de falsos profetas, sí. ¡Gibraltar Español. Y Ceuta y Melilla, africanas. ¿Cuántas condenas firmes se necesitan para que Berlusconi entre de una puñetera vez en la cárcel, y la ejecución de las sentencias contra él en Italia, no parezcan un cach... como diría Pedro Pacheco? Vamos a tener que admitir que la mafia, o cosa nostra, es el mejor sistema político para el país de los espaguetis. Me resisto a pensar, que la sangre de hombres de bien como el juez, Giovanni Falcone, haya sido derramada en vano. En que puede creer un ciudadano de a pie, cuando le arrebatan por la fuerza los hombres justos de referencia y confianza en el ser humano. Un país como el nuestro, que permite que jueces como Balatasar Garzón, estén fuera de la carrera judicial, y magistrados como, Francisco Pérez de Los Cobos, metiendo las manos en el cajón del pan de la imparcialidad, es un país, cuando menos, enfermo y de dudosa honestidad. En eso nos están convirtiendo nuestros actuales políticos, en una nación que es poco de fiar, porque hasta tiene que devolver subvenciones a Europa, cobradas o gastadas, indebidamente. Somos unos pillos sin credibilidad, a los ojos de la vieja Europa. ¡Que vergüenza! ¿En cuantos partidos se va a subdividir desde la transición política, ese cajón de sastre con trajes a medida para pícaros y corruptos que es el antiguo PA, dimanante de la Alianza Socialista de Andalucía que emerge en el tardío franquismo?. Dice el obispo de San Sebastián que las víctimas del terrorismo deben perdonar a los etarras, para así cerrar el ciclo. ¿No sería mejor que antes, sean los terroristas los que pidan perdón y entreguen las armas? Un malpensado, creería que el buen obispo mitrado, equipara en importancia tanto a víctimas como verdugos, y eso me parece de una miopía política y religiosa, galopante. Debe el ensotanado clérigo, antes que solicitar acciones benignas del sector dolido, dejar zanjado y para siempre, el arrepentimiento de todos y cada uno de los verdugos, fanáticos de la ikurriña y el tiro en la nunca. Sólo entonces podrá el futuro purpurado, equiparar posturas, que a pesar de los gestos de buena voluntad no atisbados aún, siempre ofrecerían ventaja eterna de aquellos que perdieron a un ser querido, frente a quienes se los arrebataron por la fuerza criminal de la sin razón. Por cierto. Hay que ver cuanto tarda en morir un etarra con cáncer terminal. Debe ser que tener malas entrañas, prolonga la vida. Agur, gero arte.

martes, 20 de agosto de 2013

ESTUDIO CON VISTAS AL ALBAYZÍN

ESTUDIO CON VISTAS AL ALBAYZÍN Tito Ortiz.- Éste verano de reposiciones hasta el corvejón, de rosas y mohedanos, de Bárcenas, Alaskas y Marios, me he vuelto a refugiar en la radio, admitiendo el aparato como animal de compañía, y dándole un descanso a la televisión, que para la próxima temporada, promete más fútbol y menos cultura. Qué raro, ¿no?. Y entre el récord de muertos por ahogamiento en playas y piscinas, y el repunte de los contratos basura a media jornada de dieciséis horas al día, todo parece empujarme al sofá frente al ventilador, para caer en duermevela, pero eso sí, con los casquitos puestos para escuchar el invento de Marconi, que ha diferencia de las televisiones, las radios no cierran por vacaciones, y te mantienen el gusanillo de la curiosidad, más allá del tinto de verano don simóm. Me acomodo en el sofá, entorno los ojos en mi frecuencia favorita, y parezco volver a los años setenta, en aquel tres plazas de escay, que se encontraba en el estudio de Grabaciones de Radio Popular de Granada. Un sofá por el que pasaron los más grandes de la época, y que tenía el privilegio de estar situado bajo una ventana con vistas Albayzín. Por aquel estudio con vistas al barrio granadino por excelencia, y por aquel sofá, se contaron mil y una historias que hoy son leyendas de la radio hispana. Allí sentados cantaron con la ventana abierta a la vida, todos y cada uno de los personajes de “Manifiesto Canción del Sur”. Desde Antonio Mata a Carlos Cano, todos pusieron voz a la libertad, conducidos por la melena plata de Juan de Loxa, que desde el mismo estudio, la misma ventana al Albayzín y el mismo sofá de escay, bordó en bastidor de aire, pespunte a pespunte, por las ondas, un programa universal llamado “Poesía 70”, que jamás ha sido superado, por mucho que durante décadas los hayan intentado en Radio 3. Aquel estudio, cuyo muro izquierdo sostiene el campanario del Sagrado Corazón de Jesús, en mitad de la Gran Vía, tiene entre sus paredes acolchadas con hueveras de cartón, la historia viva del flamenco granaino, que tras el programa diario de José Delgado Olmos, o el que mandaba grabado en cinta todos los días en la alsina graells, Agustín Gómez, desde Córdoba, dio paso a otro que permitió tener en vivo y en directo, a las buenas voces del momento, que desinteresadamente, y a veces, hasta poniendo el vino y la tapa, desparramaron su arte, haciendo posible un programa de flamenco de Graná, pa los granainos. Allí hablaron por primera vez en la historia, Pepe Heredia y Mario Maya, de un proyecto al que llamaron, “Camalemos Naquerar”. Allí se gestó el “Ay Jondo” de Juan de Loxa. Por aquel sofá de escay, con ventana abierta al Albayzín, dejaron su voz, entre otros muchos, Juan Antonio Cuevas Pérez, “El Piki”, Enrique Morente, Javier Montenegro, Curro Vega, Antonio Trinidad, Curro Andrés, o Ángel Rodríguez,“Chanquete”, en tardes noches y madrugadas, de eternas grabaciones sin rectificar, en las que el arte y el buen humor, estaban al servicio de la amistad, con las guitarras colaboradoras siempre de: Francisco Manuel Díaz, Antonio de Pinillos, Miguel Molina Ochando, o Rafael Santiago “Habichuela”. Sesiones memorables fueron, por ejemplo, las de Manuel Avila, por la hipoacusia al final de sus días, la de Isidro Alba, que bordaba la soleá apolá del Niño de Jun, o Juan “El Canastero” con sus tangos del camino. Por aquel sofá de escay pasaron doctores en flamencología, como Miguel Ángel González, o Emilio Fuentes, con cuyas voces, siempre se fundieron las golondrinas del atardecer, porque abrir una ventana al Albayzin mientras se graba, es lo que tiene. Los técnicos no lo llevaban bien, y mi trabajo me costó convencerlos para que vieran que el piar y los trinos de los pájaros sólo enriquecían lo grabado, lejos de enturbiarlo, Así que a regañadientes, lograron másteres irrepetibles, sabios de los mandos como, Arsenio Rodríguez, “El Mago de Las Ondas”, Manuel Martín de La Vega, su hermano, Miguel, Rafael Álvarez de Cienfuegos, o el jefe, Pepe Campos de España. Operadores de sonido históricos, como los magnetofones de carrete abierto con los que trabajaban, creadores de una radio local que siempre tuvo categoría de internacional, gracias a sus guiones y realización. Si, he dicho guiones y realización, algo que por lo visto ya no se lleva, y es la esencia misma de la radio con mayúsculas. Retozo en el sofá, a caballo entre el sueño y la realidad, recuerdo el fandango de Otívar en la voz de mi compadre, “Chanquete”, o el eco inconfundible del amigo de Frasquito Yerbagüena, Manuel Celestino Cobos, “Cobitos”, con el guitarrista de ambos, Miguel “El Santo”. En aquel sofá conversé tantas veces con Manuel Salamanca, que todavía debe tener grabada entre sus arrugas, la lista de Cantes Prohibidos, que no debían ejecutarse en la Peña La Platería. Y en esa reliquia de escay, bajo la ventana que da al Albayzín, se sentó muchas tardes, Manuel Martín Liñán, para relatarme la de personas que habían colaborado, en la compra del Carmen de la Placeta de Toqueros, firmando letras con gastos de a veinte duros, mientras tocaba la guitarra por granainas, como sus bodegas, entre Alhóndiga y Párraga. El Vílchez, con su amplia sonrisa, siempre estuvo dispuesto a acompañar a quien hiciera falta, en aquel viejo estudio de grabación, donde los ecos flamencos iban y venían, como los cantes, desde el Albayzín... a Granada.

viernes, 9 de agosto de 2013

ME MUERO

ME MUERO Tito Ortiz.- Llevo sesenta años muriéndome. Esto es un sinvivir, que no hay cuerpo que lo aguante. Tengo la sensación de que empecé a morirme, justo en el momento de nacer, pero por lo visto, es todo cuestión de tiempo. Unos morimos antes que otros, sin que podamos hacer nada, a no ser que pretendas acortar la estancia y decidas poner fin al asunto por imperativo personal. Si no es así, la cosa tiene fecha de caducidad, pero no hay forma de verla en ningún lugar del envase. Con lo que yo miro mi cuerpo – incluso a través del espejo – y no detecto fecha alguna que como el sello de los mataderos, diga cuando entonaré el canto del cisne. O más claramente, el adiós a la vida de Tosca. Tiene perejiles, que de lo único que tiene uno certeza al venir al mundo, es de que va a palmar. Tarde o temprano, pero palmar, palmas. Nadie te dice como va a ser tu vida. Si serás rico o pobre, listo o lerdo, feo o guapo, de ésta o de aquella acera. Nada de nada. Te dejan que lo vayas descubriendo tú y, que te zurzan. Que bien pensado, es toda una aventura, porque no saber cuando vendrá a por ti la parca, a que clase social pertenecerás, que educación tendrás y que salud disfrutarás, no deja de tener su aliciente, teniendo en cuenta que yo siempre he valorado mucho la belleza de lo desconocido. Que vete a saber, por qué diablos, me apasiona a mí tanto el no saber las cosas, cuando la capacidad de sorpresa la tengo por los suelos. Vamos, más baja, que la credibilidad de un político. Pero es que esto de vivir, me lo estoy tomando cada vez con menos ganas, no sé si tengo la tensión baja, o es que hace mucho tiempo, desde la última vez que... El Caso es, que no tengo ganas ni de mirarme. Estoy muy desanimado por el poco tiempo que hemos tardado en cargarnos una democracia incipiente, que prometía, pero que no hemos logrado que llegue a las listas abiertas, a la democracia interna en los partidos y a la independencia del poder judicial. Todo esto me tiene más quemado, que el responsable de imagen del ex portavoz del gobierno, Miguel Ángel Rodríguez, que acierta menos en su discurrir, que el diputado ex actor, Toni Cantó, con sus mensajes de twitter. Todo un alarde de soplapollez extrema, del que deberían rendir cuentas a los ciudadanos que les pagamos sus buenos sueldos, sometiéndose periódicamente – cada diez minutos – a un tés de alcoholemia y otro de drogas, o en su defecto, a uno de inteligencia simple, que tampoco quiero yo que vayan a sospechar, lo que en realidad pienso de ellos, no fuera que cayeran fulminados. Éste subgénero humano al que votamos cada cuatro años para que nos represente, ha logrado cosechar, el mayor descrédito en menos tiempo, desde que tenemos noticias del ser humano representante de las criaturas. Ellos son los únicos responsables del nulo entusiasmo de la población por ir a las urnas, ya que de todos es notorio, lo que el saber popular divulga: Ningún partido se libra. Todos en mayor o menor medida, - dependiendo de cuanto manden - tienen entre sus filas a miembros distinguidos de la delincuencia política, y lo que es peor, hemos permitido que gentes sin oficio ni beneficio, se hayan convertido en profesionales del asunto, sin otra experiencia en la vida, ni laboral, ni de estudios, lo que sin duda nos llevará tarde o temprano, a ser víctimas de éstos políticos de invernadero, inmunes a la ética, la razón, la solidaridad, y hasta a la vergüenza. Claro que si la casa real está como está, ¿cómo pretendemos refugiarnos en nuestros representantes?. Los pocos honestos que quedan, deben retirarse a sus cuarteles de invierno, para así distinguir con claridad el grano de la paja. Hay que dejarlos en evidencia, al igual que los curas pederastas, los magistrados militantes de formaciones que los nombran, olvidándose de que la mujer del Cesar también debe aparentarlo. Magistrados que se cebaron con Garzón y ahora poco a poco van dando su verdadera cara, como la que tiene el nuevo abogado de Bárcenas, a la sazón, ex magistrado que quiso encarcelar al difunto Polanco, por orden del eterno candidato al retorno presidencial, virrey de Las Azores. Gentes sin escrúpulos que se llenan los bolsillos a manos llenas, cuán jugador de balonmano emparentado con la nobleza, que hacen de la militancia política, su herramienta para enriquecerse a la velocidad del rayo, burlando, - sino a la justicia - a la honestidad y la ética, masacrando la honradez que debe orlar a todo político con vocación de servicio a los demás, dietas, kilómetros y gastos de representación, aparte. Si hace unos años, los padres demudábamos “la color” y nos daban palpitaciones, cuando un hijo nos decía que quería estudiar Bellas Artes, o una hija quería ser artista, ahora nos ponen al borde del patatús, cuando se nos revelan con una vocación política, que les lleva a afiliarse sin parpadear. ¡Niña! Si vuelves a insinuarme, siquiera, que te quieres dedicar a la política... vamos, es que te encierro en un convento.

lunes, 29 de julio de 2013

EL CANTE DEL MIEDO

EL CANTE DEL MIEDO Tito Ortiz.- Tan antiguo como el propio cante flamenco, es el malfario que algunos dicen que trae el abordar la ejecución de “La Petenera”, desde que perdida en la noche de los tiempos, se cuenta la historia de aquel cantaor que nada más abordar el tema, cayó al suelo como fulminado por un rayo, o aquel guitarrista que en la falseta de introducción perdió la uña del pulgar, o al que se le partió la Prima, cruzándole la cara como un látigo. A la pobre Petenera, se le han achacado las desgracias más inverosímiles, después de ser cantada, y no digamos, si la osadía llegaba al punto de interpretarla bailando, entonces se cuentan por miles, las desgracias acarreadas de tal alarde flamenco. Menos mal, que para bien de la supervivencia de éste palo, hay artistas que no son supersticiosos, y lo hacen, incluso lo graban, para que no se pierda. Pero no es éste el único ejemplo de miedo al cante. La democracia española le debe mucho al cante, y más que al flamenco, a un puñado de valientes, que aún a riesgo de dar con sus huesos en la cárcel, utilizaron como herramienta de libertad, el arte gitano andaluz, pese a que en más de una ocasión, acabaron con los grilletes en una celda fría y lúgubre, entonando unas “carceleras” por derecho, y con orgullo. Un trozito de la tarta de libertad que ahora gozamos, se le debe a una recortada nómina de artistas flamencos, que antes del 20 de Noviembre de 1975, ya se atrevieron a usar el arte flamenco, con aires de libertad que entonces no gozábamos. Y a veces no había que ir contra el régimen, solo bastaba con cantar a un poeta, para jugarse la celda por una buena temporada. Recuerdo a Pepe Albayzín, entrar como cada noche a la Venta de El Álamo, y que alguno de sus compañeros lo asustara con sólo decirle, que “Los Jundunares “, se acababan de ir, preguntando por él. El crimen que el cantaor había cometido, no era otro que el haber grabado un pequeño disco en la casa Belter, cantando La Baladilla de Los Tres Ríos, de Federico García Lorca. Teniendo en cuenta que los señoritos a los que complacía con su arte en los reservados, eran de la antigua guardia no era descabellado pensar, que más de un recadito a la oreja se llevó, aquel que sólo pretendía, recuperar la obra de nuestro poeta más inmortal, pero en aquellos tiempos, no dejó de ser un alarde de valentía, ya que algún cliente de menos le costó al bueno de Pepe Albayzín. Tampoco faltaron los agoreros, que echaron las culpas del asesinato aún no resuelto, del cantaor granadino, Juan Antonio Cuevas Pérez, “El Piki”, por haber grabado un disco con letras del padre de la patria andaluza, Blás Infante, que le había producido Fernando Miranda, y que en los setenta se gestó en su bar ”La Trastienda” de la placeta de cuchilleros. El Piki, apareció en una cuneta de las afueras de Madrid, con el cuerpo destrozado y una pierna arrancada de cuajo, según me contó “El Morogato”, que junto con otros plateros fue a recoger el cadáver. Tenía los puños destrozados de haberse defendido de sus agresores, pero lo mataron, y lo único que se sabe, es que aquella noche fueron a recogerlo, cuando terminó de cantar en “El Café de Chinitas”, tres desconocidos, uno de ellos cojo y con bastón. Y hasta hoy. Pero el cante seguía dando miedo y sustos. Y si no que se lo pregunten a Paco Moyano, el cantaor de Alhama, él sabe de interrogatorios de la Brigada Politicosocial y sus consecuencias, por utilizar el cante como grito a la esperanza. José Meneses, con su voz, y su compadre, Moreno Galván con sus letras, sintieron más de una vez el aliento en el cogote de la dictadura. Como, Manuel Gerena, cuyo curriculum está jalonado por su lucha anti franquista, a través del cante flamenco. El Cabrero, es otro que sabe lo que es bajarse de un escenario esposado camino de la trena, escoltado por “la pestañí”. Hasta el propio Enrique Morente, tuvo un cariñoso tirón de orejas, cuando en su famoso disco de “La Estrella”, se atrevió a meter un cante, con la letra de La Nana de La Cebolla, de Miguel Hernández, menos mal que la sonrisa de ese albaicinero inmortal, restó importancia al asunto, y al día de hoy, eso ya está escrito en la historia. Su disco de Lorca, ya vino cuando los vientos eran otros, y a favor de corriente, pero lo de Miguel Hernández, estuvo a pique de un repique... que decimos en el barrio. Mí compadre, Ángel Rodríguez “Chanquete”, se salvó de milagro, siendo molestado sólo lo imprescindible, pese a beber los vientos por esa bandera roja desde la clandestinidad. Y así podría seguir añadiendo nombres de artistas flamencos en todas sus facetas, que antes del 75 y después en la transición, mostraron con orgullo y valentía su arte en pos de una España libre y democrática, y al día de hoy, no han recibido recompensa alguna, tal vez porque estar contra Franco, nunca fue sinónimo de militar en un determinado partido después, y por eso, los reconocimientos tardan en llegar, o no llegan, que de todo hay en la viña del señor. Pero que ya va siendo hora de reconocerles a los flamencos, los palos que han recibido, por desear un país en libertad, señores políticos de pacotilla. ¿Esperan a que se mueran para hacerlo a título póstumo?

martes, 23 de julio de 2013

DE POLICÍAS Y COSTALEROS...

DE COSTALEROS Y POLICÍAS, MUY AVANZADA LA MADRUGADA. Tito Ortiz.- Aquella noche se presumía larga y desafiante. En la tele no ponían nada atractivo, la cartelera, tampoco animaba, así que a partir de la diez, poco a poco y sin efecto llamada, fuimos recalando todos en la barra de “El Sota “, en la plaza del Realejo, donde el bueno de, José Ocaña Carmona, nos daba conversación y cobijo. Conforme el reloj avanzaba, Carmela, su mujer, se retiró a descansar, dejando “al sota” a nuestra merced, en ese momento en que las charlas cofrades discurrían, por lo azaroso de su responsabilidad como hermano mayor de la hermandad del Rosario, el montante económico que había que preparar para recibir al capitán general del estrecho, la escuadra de gastadores, la compañía de honores de la marina y su banda de música, que daría un concierto en el auditorio Manuel de Falla, el día antes de la salida procesional. José Carranza, - wily para los amigos- asentía y añadía comentarios juiciosos al respecto, aportando su experiencia en el mundo cofrade, con un toque de humor, que sólo desde la ternura, poseen los elegidos, que curiosamente, son llamados a la derecha del Padre antes de tiempo. El Turri, asentía y animaba cualquier opción, desde la lealtad de una copa saboreada, -no tragada-, pese a que la madrugada, avanzada y mucho ya estaba, y el número en general de escanciamientos... también. Al fondo del bar, donde antaño se divisaban las figuras de toreros recortadas en la pared, cerca de donde en 1947 estuvieron colgadas las dos orejas y el rabo de Islero, el mítico Mihura que puso fin a la vida de Manolete en Linares, ahora “El Sota” había puesto unos futbolines y unas mesas de billar, donde la costalería granadina pasaba las horas antes y después de ensayos, en la compañía de un larios con pepsi, o un pálido de Montero con cola. Sólo, El Compadre o Juan Cobo, desgustaban el wodka con naranja. El reloj de la madrugada, implacable como una sentencia, era testigo mudo de cómo el Sota, ya al otro lado de la barra, daba permiso a Jesús Ortiz y su hermano Falo, para que no faltara líquido en los vasos. Apagada la televisión, el viejo reproductor de cintas de casset, daba rienda suelta a las marchas procesionales venidas de otras tierras, con el volumen necesario para que la vecindad, aún sin pretenderlo, se sintiera imbuida del espíritu cofrade, de una Granada que despertaba a una nueva semana santa, tras el glorioso milagro de una nueva hermandad fundada por Francisco Andrés, Alberto Rodríguez Roldán, Ángel Rodríguez “Chanquete”, José Montero y otros, que con el sobre nombre piadoso de “La Concha y El Manuel”, tiró en solitario de la semana santa granadina, hasta conocerla como es hoy. Pasaban los reunidos de la cincuentena y se hizo necesario el arriado de la persiana, para no permitir intrusos, y aminorar el sonido al exterior, pero por lo visto ni eso fue suficiente. Tocaba la campana de La Torre de la vela el ritual de las ánimas, cuando alguien dispuso de una cortina que daba acceso a los servicios, y de un salto, se encaramó a la mesa de billar más cercana a la puerta. Allí espero a unos menesterosos y colaboradores costaleros, auparan al Wily y colocándolo en el centro del rectángulo, fue revestido con la tela, quedando envuelto a modo de cautivo. Pronto un patero derecha adelante, se hizo con la escoba de la cocina, y a modo de cetro o dicho “granainamente”, cañilla, se la colocó al Wily entre las manos, anudó éstas con el cordón de la cocina, y al grito de... ¡A éstas es!, la mesa de billar se izó por los aires en una levantá perfecta, y a la voz de: Vámonos abriendo calle, la mesa de billar americano con el improvisado cautivo, marchó presta hacia la calle, no sin que antes, un contraguía avispado, tirara de la persiana al cielo y dejara el camino expedito hacia la plaza de Fortuny. La sirena de un coche policial no se hizo esperar, ya que algún vecino dio el aviso de escándalo en el realejo. Pero la sorpresa del chivato fue mayúscula, cuando aquellos policías bajaron del coche patrulla y desde el balcón pensaba que íbamos todos a la cárcel. Los uniformados, formados a modo de gastadores, uno en cada esquina y con paso lento reglamentario, dieron escolta cumplida durante el trayecto de Fortuny a Santo Domingo y regreso a su iglesia, o sea, a la taberna del Sota. El malhumorado vecino no daba crédito, los ojos se le salían de las órbitas, pretendía tirarse por el balcón, con tal de infligirnos un castigo ejemplar, pero a punto de la locura, todavía tuvo que soportar, que al volver el trono, paráramos cuadrándolo en la puerta, y un cantaor profesional, lanzó al aire de la madrugada un cante por saetas, que reventó el cielo forzando el amanecer. Entre vítores y aplausos la mesa de billar volvió a su sitio, el wily a su casa y el sota a dormir, como el resto. La explicación era muy sencilla: Los cuatro policías que acudieron a la llamada del 091, eran costaleros nuestros. ¡Gracias a Dios! Y al wily, que no se movió en ningún momento, pese a ir todo el rato de costero a costero.

domingo, 21 de julio de 2013

HACE UN RATO

HACE UN RATO Tito Ortiz.- Hace un rato, que mi madre me ha mandado a la droguería a por “pubilla” para lavar la ropa, pero el droguero me ha puesto en duda, porque dice que han salido unos productos nuevos, que uno se llama “OMO”, que lava más blanco, y otro, “ESE”, que lo hace limpio limpísimo. No sé que hacer, porque si no aparezco en casa con la bolsa anónima de la pubilla, se me va a caer el pelo. Lo mismo que si me confundo, y en lugar de llevar un estropajo de esparto, me decido por un redondelillo, que aunque también de esparto, lleva un centro trenzado a modo de contrafuerte, que nada tiene que ver con el asunto. Hace un rato que también me ha encargado un sobre de tintes “Iberia”, porque quiere cambiar de color un abrigo, y un poquito de “Flis-Flis” contra los mosquitos. Éste líquido que vertemos en el aparato de lata que lo espolvorea por la habitación, y que en la droguería conseguimos a granel, no sabemos en casa si mata a los mosquitos, pero de lo que estamos seguros, es que cuando bombeamos la nubecilla tóxica, estamos a la vez, comprando gran número de papeletas para morir, mucho antes que los molestos del zumbido y la picadura. Pero es que, con los líquidos peligrosos no se tiene nada de cuidado. Hace un rato, que mi padre me ha mandado para comprar un cuarto de litro de “aguarrás”, para seguir con la pintura al óleo, y cuarto y mitad de barniz “tapaporos”, para darle una muñequilla a la cómoda del salón que ya le hace falta. Hace un rato que le pedí al dependiente, medio kilo de polvo de piedra “Pómez”, para hacer con ella un atillo, como el que hace mi madre con el “Añil” para blanquear la ropa, pero éste, para darle más pulido a la madera, al pasarle la goma laca. Hace un rato que se me ha olvidado obedecer a mis progenitores, y acercarme a la droguería para comprarle a mi tío Ñoño, unas hojas de “Cola de Pescado” para seguir con el dorado de la cornucopia. También tres cuartos de litro de petróleo para la moderna hornilla, que ha hecho que desechemos la vieja de carbón, y dos kilos de “sosa cáustica”, para quitarle la pintura al repostero, y volviéndolo al color original de su madera, poder barnizarlo como dios manda. Hace un rato que espero me den un cartucho de “almagra”, para que mí abuela pinte el zócalo de las paredes del salón. También he pedido un bote de “Netol”, el mejor limpia metales de la historia, porque hay que hacer zafarrancho en el comedor. De camino, hace un rato que he ido a la “aparadora”, para que le cosa unos zapatos a mi padre, y ella también le cogerá unas carreras, que le han salido a las medias de cristal con costura, de mi madre, en una tarea de “zurcidora”, de auténtica obra de arte. También espero que me den un botecito de “brillolín” para quitarle los arañazos a los muebles, un cuarto de kilo de jabón en escamas, para que sea más fácil su disolución con la ropa delicada, puesto que todavía no se ha inventado “Norit”, el borreguito. Hace un rato que le estoy quitando chinos y cocos a las lentejas, castigo éste muy acreditado en mi casa, cuando alguno se pasa de listo. Lo mismo que pelar habas en temporada, desvainar guisantes, o desraspar el bacalao para los buñuelos, llamados “boladillos” en Graná, y que en tan ingrata tarea, debes aceptar los cargos y condenas que te correspondieren, si una vez guisado el dichoso pescado, alguno de los comensales, sintiera en boca o garganta el menor pinchazo, porque entonces sería mejor que te pasara por encima en diversas ocasiones, tanto el corto de Loja, como el tranvía de la sierra, con veintitrés o veinticuatro jardineras adosadas. Si eso se produjera, es muy aconsejable que la tierra se abra y te trague eternamente. Hace un rato, que he pedido cien gramos de malta, y todavía me la están moliendo. El cuarto de kilo de azúcar en terrón, es mucho más barato que molida, por eso es el que llevo a casa, envuelta en un papel de estraza, mientras en la mano siniestra sostengo la huevera de alambre, con media docena de los gordos, puestos por gallinas de campo. “Güenas poneoras”, dice mi abuela, mientras saca de la faltriquera una moneda de diez céntimos de peseta, para que mi padre le eche gasolina al encendedor de martillo, en el dispensador que hay entrando a Castañeda, en la primera columna a la izquierda. Hace un rato que han tocado a “sabatina” en los hospitalicos, y ayer les recordaron los niños que hacen éste año la primera comunión, que deben confesarse el día antes, y permanecer en ayunas durante 24 horas, antes de tomar la sagrada forma. Ni agua pueden probar hasta que no hayan comulgado. Que difícil pone la iglesia instituida, el tomar el cuerpo de Cristo a unas criaturas de sólo ocho años. Con razón luego se producen los mareos y lipotimias. Hace un rato que he comprado en la mercería unas ligas para los calcetines largos, unos corchetes nuevos para el sujetador de mi tía, y medio metro de cinta de seda rosa, para la trenza de mi hermana. Hace un rato que ha pasado el que atiranta las colchonetas, con su sonoro pregón, el hojalatero, que estaña las sartenes, el macetero con su buen mantillo, el vendedor de cal para blanquear, que porta en grandes serones de su borrico, llamado ¡Volunnnntaaaario!, Y las damas de la parroquia, que han dejado en mi casa, el armarito con hucha, que en su interior porta a la virgen del Carmen. Hace un rato que me he despertado, y todavía sigo soñando con recuerdos de mi infancia, y eso que ya he cumplido los treinta... ¿ o serán sesenta?. Bueno, que más da, si parece que hace... sólo un rato. ¿Acaso seguiré vivo ?.

jueves, 27 de junio de 2013

SLO CON LA DEUDA DE LOS CLUBES...

SÓLO CON LA DEUDA DE LOS CLUBES... Tito Ortiz.- Uno no deja de pensar en el déficit, en los desahucios, en las preferentes, y en ese puñado de criaturas, que acorraladas por el sistema, no han visto otra salida que la de quitarse la vida, porque ya no podían soportar más, las injusticias de un gobierno que después de despilfarrar a manos llenas, intenta equilibrar la balanza, a base de arañar nóminas y pensiones, de aquellos que no tenemos escapatoria, ni posibles para ponerlos a salvo en Suiza. Ávidos de imaginación y cordura, quienes nos desgobiernan en el continente, optan por lo más fácil. Estrangular a lo débiles, mientras los que más tienen siguen riéndose, y los políticos, lejos de bajarse el sueldo, se lo suben, hasta que son descubiertos por los medios de comunicación. Y ante tanto horror, el ejecutivo sigue manteniendo cotos privados de deuda, sin que ningún político alze la voz, ni la justicia obre de oficio. En éste país llamado España, existe una connivencia, consentimiento, un mirar hacia otro lado, cuando del fútbol de élite se trata, que ya clama al cielo, desespera al Santo Job, y merecería de mayor honradez, por parte de quienes pueden solucionar éste escándalo. Sólo con lo que los clubes de fútbol adeudan a la Seguridad Social, a la Hacienda Pública, lo que se deben entre ellos mismos, lo que no les pagan a los jugadores, y los catering que se sirven, antes, durante, en el descanso y al finalizar el partido en los comodísimos y bien acondicionados palcos VIP, de los estadios españoles, sólo con esa cantidad astronómica, saldríamos de la crisis y no sería necesario seguir masacrando económicamente a las clases sociales más desfavorecidas. Pero claro, ¿quién le pone el cascabel al gato? Cuando muchos de los que hay bebiendo y comiendo gratis en esos palcos, son precisamente, los que deberían actuar de oficio contra sus morosos anfitriones. Esos que cada principio de temporada, les envían entregados en mano, los carnets para ellos y sus familias, completamente gratis, y además, los tratan a cuerpo de rey cuando acuden al partido. Así es muy difícil actuar de oficio, y fácil ralentizar la acción de la justicia, que de llevarse a cabo, terminaría con la situación de precariedad de una sociedad harta de llevarse la peor parte de quienes nos desgobiernan y martirizan. S los periodistas nos preocupáramos más, de meter los micrófonos en los palcos VIP, que en transmitir a pie de banda, la sociedad entera nos estaría agradecida. No hay más que ver lo que se habla y quienes lo hablan entre tiempo y tiempo del encuentro, para saber los grandes negocios que se fraguan en éstos partidos, donde lo que menos interesa es el resultado de lo que ocurra en el campo. El marcador ni lo miran. Lo realmente extraordinario, es el resultado de las conversaciones de estómagos agradecidos, que no tienen la moral ni la ética, para actuar contra la corrupción reinante en el fútbol español, porque de hacerlo, tendrían que dar muchas explicaciones de lo poco que les cuesta pasar la tarde del Domingo con su familia a mandíbula batiente, en lugar de privilegio, que otros no pisarán nunca. Si la justicia y los políticos, son capaces de acabar con la deuda que la liga española mantiene desde antiguo con las arcas de todos, la crisis será cosa del pasado. Sólo entonces, podremos hablar de un reparto equitativo de los derechos de televisión entre los equipos, del dinero de las quinielas, -que por cierto es un misterio sin resolver,- digno de ser tratado en Cuarto Milenio por, Íker Jiménez, y su equipo de fenómenos paranormales, y de cómo el fútbol profesional debe mantenerse con el dinero de sus socios, y los ingresos por publicidad, pero no a costa de todos los españoles, incluidos la inmensa minoría a la que no le gusta el fútbol. ¿Por qué el mundo de los toros ha pegado ese bajón de infarto en los últimos años? Porque los toros los pagan los aficionados que pasan por taquilla, y eso es lo que tiene que ocurrir con el fútbol, que lo costee quién le gusta y va al campo, no el resto de una sociedad que cada día engrosa los comedores sociales, ve como su casa se la quita el banco por falta de pago, y contempla horrorizada que las cifras de paro son millonarias, y cada vez son más las familias en las que ningún miembro trabaja ni tiene subsidio que llevarse a la boca. Y si nadie tiene entre la bragueta lo necesario para acabar con esto, que todos los partidos sean televisados en abierto, gratis para todos, es lo menos que pueden hacer, si todos estamos pagando las consecuencias de que los clubes no estén al día con sus deudas al Estado, que todos tengamos la oportunidad de verlos sin pagar. A fin de cuentas, eso es lo que hacen los dirigentes del fútbol español, tener su equipo y su palco para los negocios particulares. Pues en abierto para todos. En el paro, sin casa y enmayaos, pero con fútbol de primera. ¿O no?. Otro día hablaremos de por qué los toros pagan el 21% de IVA, y el fútbol, solo el 10%, de Messi, de su puñetero padre, y de nuestros atletas de élite, que pagan sus impuestos en paraísos fiscales.

lunes, 17 de junio de 2013

¡FEDERICO VIVE!

¡FEDERICO VIVE! Tito Ortiz.- Pudiendo escoger cualquier destino en su Andalucía, Federico optó por Granada. Y en aquella década esperanzadora de los noventa del siglo pasado, con su gorra de béisbol ladeada, unas deportivas enormes con los cordones desatados, pantalones surferos caídos en su justa medida, y una camiseta chillona tres tallas más grandes, apareció en la redacción de la empresa pública andaluza, para tragarse Granada, grano a grano, degustándola. Dejaba atrás el viento de poniente, ese fuerte, que sopla en el Atlántico, para cobijarse al abrigo de Sierra Nevada, en el barrio del Realejo, y como un greñúo más, impregnarse de esa malafollá granaina, que como el Chanel número cinco, te da el visado imprescindible, para ejercer como nativo, aún habiendo nacido cerca de donde Colón partió para descubrir un nuevo mundo. Federico Vaz, tardó menos que un cura loco en persignarse, en hacerse con la ciudad, su historia y sus gentes. A los compañeros nos ha ganado por su simpatía, su solidaridad y su profesionalidad. Al resto de los granatensis, por su gracejo a la hora de cosechar amigos, por su vasta formación y nivel cultural, por sus conocimientos de las bellas artes, de las nuevas tecnologías, y de las vanguardias. Vaz, es un eterno adolescente cincuentón, que sabe preguntar en las ruedas de prensa, eso que a los demás se nos escapa. Que lee entre líneas las declaraciones de los próceres, para saber donde les aprieta el zapato, y entiende a la perfección lo que es un periodismo actual, con frescura, y sabe comunicarlo a través de la radio pública andaluza. También cultiva el artículo de opinión en la prensa local, con un olfato diferente, pues diferencia claramente lo que es información en su medio, de lo que es opinión en el que colabora, pero su visión de periodista contemporáneo y comprometido, está en ambas facetas. Federico Vaz, ha cantado como nadie a Morente, ha versionado a La Guardia, 091, y Los lagartija. Nos ha mostrado como se enseña un festival de Cine tan moderno como él, leído a los grandes poetas, pintados los mejores lienzos, que harían palidecer por antiguos, a los componentes del grupo “El Paso”, ha repicado a gloría en las espadañas de las ermitas granatensis, leído La Torá en sus sinagogas, y ha llamado a la oración cuán muecín, desde los minaretes de sus mezquitas. Como hombre culto y ecuménico, abrazó gentes diversas, a las que pese a no comulgar el mismo pan ázimo, supo escuchar, comprender y divergir desde el respeto y la educación, con la palabra como único medio para hacerse entender, dando ejemplo de una convivencia posible, de la que Granada, en otros tiempos más cultos, dio lecciones al mundo, pues aquí convivieron pacíficamente, árabes, judíos, cristianos y gitanos, haciendo florecer un Al-Andalus de inolvidable recuerdo. Federico Vaz, hace más de un año que lucha con una artería obstruida, que una traicionera madrugada, como una parca enamorada, quiso arrastrarlo mar adentro, pero él no se dejó, y afortunadamente, vive, lo vive y lo revive. Es verdad que un lado de su cuerpo, se resiste a obedecer las órdenes que le da su cerebro, pero no es menos cierto, que Federico lleva desde aquella misma noche, varios másteres de rehabilitación en su cuerpo, y que se resiste con una conciencia plena y una inteligencia intacta, a no poder teclear su ordenador, subir las escaleras corriendo como lo hacía, o patinar por los pasillos de los estudios porque llegaba tarde al boletín informativo. Federico lucha todos los días por volver a esa actividad frenética de la redacción, las ruedas de prensa, los actos culturales y las programaciones especiales. Pero una reunión de galenos constituidos en alto tribunal, le han obligado a tomarse unas vacaciones, no sin soportar su gesto contrariado, porque Federico es un periodista de trinchera, y no le gusta descansar, pero bueno, el caso es que para ésta nueva etapa que se abre en su vida, se aconseja al navegante onubense de las letras, que en los últimos años conquistó Granada, se retire a sus cuarteles de invierno en la marisma, para retornar de nuevo, brazo en remo y avanzando hasta la ciudad de la Alhambra. A Cambio, Federico Vaz, en éste retorno no deseado, pero sí aceptado, recupera a su familia, sus viejos amigos, su tierra natal, su mar, y gracias al móvil, el email, y esas nuevas tecnologías que domina como nadie, no cortará el cordón umbilical que le une a éstas tierras, estos amigos y estos compañeros, a los que tan felices nos ha hecho durante tantos años, gozando de su trabajo y amistad. Como periodista de raza, que lo es y mucho, debe tenernos al día de sus progresos y adelantos, de su recuperación física y de sus nuevas creaciones, porque la mente está intacta, y cuando eso sucede, Federico, no te podemos permitir ni la duda, ni el desaliento, y mucho menos, la inactividad creativa, de un vanguardista como tú, que tanto nos espolea, para que nos actualicemos y no caigamos en la comodidad. Eso es lo que nosotros te pedimos a ti, que nos mantengas informados de tus progresos y tus nuevas actividades. Cuando una puerta se cierra, ya sabes que otra se abre, así que renovarte, redescubrirte a ti mismo, es nuestro mandato. Eres nuestra esperanza Federico Vaz, no nos defraudes, amigo. Compañero del alma... compañero.

lunes, 3 de junio de 2013

MIS NOCHES EN VÍA VENETON

MIS NOCHES EN EL “VÍA VENETO” Tito Ortiz.- Estábamos ante el cadáver de aquel novillero granadino, más niño que adolescente, que en no habiendo fallecido en la plaza, le cupo el honor de ser velado en el club taurino de la Plaza del Carmen. Nadie nos dijo a ciencia cierta si la muerte le había sobrevenido por un atracón de comer, tras largos días de ayuno involuntario, o por una ingesta indebida de agua helada, tras una acalorado entrenamiento de salón. Ricardo Puga Cifuentes, “El Cateto”, matador de toros, hermano del dibujante de humor gráfico, “Frapuci”, y tío del mago “Migue”, se empeñaba en convencerme ante el féretro, de que aquella imagen, me tenía que dar mayor afición para dedicarme de lleno a los toros. Yo coqueteaba por entonces con el arte de Cúchares, pero el rostro de aquel novillero, cuyo cristal de la caja de cinc, dejaba traspasar la imagen cerúlea de unos ojos aún entreabiertos, al modo del Cristo de Mora, me quitó la afición para siempre. Mí padre, que nunca me animó a seguir sus pasos, tal vez porque, mejor que yo, conocía la cantidad hermosa de “jindama” que albergaba en mi osamenta, respetó mi decisión, pero Ricardo no se resistía, creo que para asustarme más aún, me aseguraba que tanto él, como el hombre de confianza de José Julio Granada, Enrique Bernedo “Bojilla”, estaban dispuestos a apoderarme, asegurándome que no torearía menos de 50 novilladas en la temporada, creo que eso fue lo que me echó de los toros. Gracias a “El Cateto”, el mundo de los toros se libró de un albaicinero con más miedo que siete viejas, y el del periodismo taurino, ganó un adepto aficionado práctico, con algunos conocimientos de lo que veía, suficientes para hablar y escribir de toros, sin meter mucho la pata, que por cierto, todavía por aquellos años, se cortaba como máximo trofeo. La del toro, digo. La luz pobretona del club taurino, con el féretro de aquella criatura, los cuatro cirios de las esquinas, y los afiches pegados por los cristales de, Ricardo Puga “El Cateto”, revestido de pana y albarcas, tocado de gorra rural y un haz de leña a las espaldas, como reclamo para formar carteles, daban a la escena un aire a lo Berlanga, o como mínimo, de película en blanco y negro, de capeas y muerte en plaza de carros de la España profunda. Aquella era una historia al estilo de “El Niño de La Monja”, Sangre y Arena, Currito de La Cruz, -o dedicada a mí,- “Los Clarines del Miedo”. Yo había estado con él, la tarde de su alternativa en Motril, con el declive del gran maestro Curro Girón, y el arte emergente y señorial de un, José Julio Granada, que al día de hoy, no ha sido superado por ningún paisano, - tan sólo se le acercó en su día, el empaque de José Antonio Rodríguez, “El Torero” y los chispazos de Pedro “Chicote”. Por eso aquello me animó bastante, pero ver la muerte de cerca, oler a cadáver de torero como olía la estancia, pese al atúd metálico, por mucho que me animara Ricardo, no había nada que hacer. Fuimos a la barriada de San Francisco, a un lugar llamado “La Granja”, en cuya placita de toros, se soltaban becerras para aficionados y profesionales. Y en el momento en que me tocaba salir a parar la mía, tuve la enorme suerte de que era la única en el corral, y que con un salto de auténtica atleta, se libró del cerco y al galope, se adentro en la sierra de Alfacar, hasta que una semana más tarde la encontraron, pastando con tranquilidad y más gorda de cómo estaba el día en que me iban a poner a prueba. Ante el disgusto de todos los que querían hacer de mí, el próximo figurón del toreo granadino, como proclamaba “El Cateto”, y la enorme alegría de mi corazón, contenido en cara de circunstancias, para no enojar a mis incondicionales, los dioses se aliaron conmigo desde aquel día y hasta hoy, que disfruto como nadie sentado en el tendido, o hablando de toros con quién quiera escucharme. De nada sirvieron las noches interminables en el “Vía Veneto”, cuando Ricardo pensaba que todavía era yo recuperable para el mundo activo del toro, aunque yo estaba más pendiente de las manos extraordinarias del maestro Luís Megías, que sentado al piano, hacía las delicias de los presentes, abordando todo tipo de música con un virtuosismo nada común para encontrártelo en un pub de moda. En sus descansos, José Antonio Antelo, era el sustituto adecuado. Ante la presencia de un bronce sublime del pato Nicol, que era objeto de miradas constantes por parte de Ricardo Puga, -¿quién sabe por qué?-, yo me concentraba en la melodía de los Indios Tabajaras, que Megías ejecutaba, mientras hacía oídos sordos, a los consejos de “El Cateto”, para ir al día siguiente de tentadero. Mi padre que era quién mejor me conocía nunca insistió, y fue quién al final tuvo razón. De nada sirvieron los ánimos de “Rubito”, Antonio “El Gran Pirulo”, “Baquerito”, ni del “Diamante Rubio”, ni de Joaquín García, que después fue el corralero, ni de los hermanos Cambil. Contra el miedo nada se puede, y algunos de ellos dicen que fui muy generoso entonces, porque no les hice perder ni un duro. Desde el principio tuve claro que no llegaría a nada, porque cuando sonaban los clarines, el corazón se me salía del pecho y las piernas me temblaban como varillas de paraguas, y así... ustedes comprenderán que es muy difícil hacer nada conmigo. Por eso hice una buena elección. Cambié el carretón y los trastos, por los sillones de piel, el Vat 69 -por entonces de moda- y la música del genial Luís Megias, en el inolvidable “Vía Véneton”, eso sí, después de mi jornada en Patria, donde tanto aprendí de toros de mi maestro Kastiyo, y en Radio Popular, donde don Lorenzo Ruiz de Peralta, primero, y José Antonio Lacárcel, después, me enseñaron a comunicar aquello que yo sentía. Tuve como compañero y amigo en Ideal a, José Cortés Amate, con quién tanto me divertí, sobre todo cuando formábamos trío periodistico-taurino, con nuestro inolvidable, Santi Lozano. Alguna vez se nos unió el cirujano don Juan Pulgar, y las carcajadas, todavía resuenan en “Los Mariscos”.

miércoles, 15 de mayo de 2013

CON ACENTO

CON ACENTO Tito Ortiz.- Aquel año comenzaron a suceder muchas, que poco a poco nos irían forjando el carácter, y nos facilitarían un entendimiento internacional de las cosas, porque hasta entonces, nosotros pensábamos hacia dentro, era una especie de movimiento centrípeto, que nos consolidaba como la reserva espiritual de Europa, cercados psíquicamente por las fronteras de Portugal, Francia, Andorra y Gibraltar... español, siempre español. Todavía se nos podía seducir con un reloj de contrabando comprado en Tánger, con un paquete de cigarrillos gibraltareños, o con unos anticonceptivos, aquí prohibidos por Encíclica de Pablo VI, que se encargó y bien, de dejar en agua de borrajas, el Concilio vaticano II. Incluso con un buen paquete de café lusitano, se nos podía alegrar la vida. Los pudientes pasaban a Francia para ver buen cine sin censura, las pudientes abortaban en Londres, los delincuentes redimidos y los desclasados, se alistaban en el primer banderín de enganche a la Legión que tuvieran a mano. Otros buscábamos consuelo en “La Codorniz”, la revista más audaz, para el lector más inteligente. Aquel fue el año del Mayo francés, de Vietnam, Biafra, de los asesinatos de Robert Kennedy y Martin Luther King, y de un movimiento para hacer la paz y no la guerra, que marcaría a varias generaciones de por vida, estaban naciendo los primeros Hippies. La revista “Pinap” balbuceaba, y Sefarad nos volvía la cara, a otros españoles que cinco siglos antes fueron expulsados, los nuestros ahora se marchaban a Alemania. Y con todo ese batiburrillo en la cabeza, con la reválida de cuarto pendiente, el primer “Bisonte” sin emboquillar en la boca, y un pálido de las “Bodegas Muñoz” de Puentezuelas, en el gaznate, nos hacíamos a la mar del pensamiento leyendo a poetas malditos por la noche en la cama con una linterna, “El Capital “ de Carlos Marx, manoseado por la cuadrilla de amigos que nos precedieron en la señal de la Fé, y un póster de Ann Margret para el amor en solitario. La primera pista la dió Joan Manuel Serrat, negándose a cantar el “La, La la” en castellano. Ojo, un la, La, la, del Dúo Dinámico, que fama, lo que se dice fama de transgresores, no tenían. La segunda, Massiel ganando Eurovisión, donde hasta entonces nos habían ignorado, o nos habían odiado, más que Carod-Rovira una corrida de toros. A tan sólo unos meses de que el onubense, Jesús Hermida, nos contara emocionado la llegada del hombre a la Luna – ¿quién nos iba a decir que años más tarde, nos aburriría soberanamente en la radio de todos los españoles los domingos de madrugada?- los hispanos contábamos para el resto del mundo, y la televisión de todos, aquella en blanco y negro que tardaba una eternidad en encenderse, y que emitía desde el madrileño Paseo de La Habana, mandó a Manuel Martín Ferrand, para grabar uno de aquellos programas titulados “Con Acento”. El guión era fácil, contar las excelencias de los pueblos visitados, como aquel que hizo después Antonio Gala, que se llamó, “Si las Piedras Hablaran”. El caso fue, que el bueno de Martín Ferrand, se sentó en el pretil del Castillo de Santa Elena, con toda la ciudad a su espalda, una guía de Seco de Lucena en la mano, y a partir de ahí, vimos con gozo en la única tele existente, nuestra ciudad y sus encantos. Era la primera vez que la pequeña pantalla, le dedicaba un programa tan largo a Granada, y en el que no faltó ni uno de sus atractivos paisajísticos y monumentales. Más que televisión, aquellos profesionales hacían cine, y del bueno. Aquel programa puso a Granada en el mapa del atractivo turístico, que hasta entonces se había limitado al boca a boca de los visitantes, como medio acreditado de propaganda. Entonces no existía Fitur para promocionar la provincia, y de paso, pasar unos días de pachanda en la Villa y Corte. Un minuto en el NoDo, o un programa en la tele, era el respaldo que necesitábamos para ser algo en la oferta turística, pese a tener trenes que tardaban 12 horas a Madrid, carecer de Aeropuerto, y contar con una carretera nacional que a los suicidas, se lo ponía en siete horas y media, desde la gasolinera de Los Cármenes, hasta la Puerta del Sol. Con la década de los setenta en el horizonte lejano, Val del Omar, rodó sin destino asignado, las primeras imágenes de Granada, que después ya serían historia, con las que completó en 1974. Granada entraba así en la era culta del cine de autor, pues hasta ahora todo había sido tópico y pandereta. En una España que comenzaba a darle la carta de libertad a Guinea Ecuatorial, llegaban noticias de que el doctor Barnard, lograba realizar su segundo trasplante de corazón, cosa que animó mucho al Marqués de Villaverde, y así le fue. Como a la “Primavera de Praga” que terminó con los tanques soviéticos en las calles sembradas de cadáveres. El Mundo se agitaba por aquellos meses, y hasta aquí, aunque con sordina, nos llegaban los ecos de un nuevo amanecer, pero éste, sin yugo y sin flechas. Con la Universidad de la Sorbona tomada por los estudiantes, la muerta del Ché Guevara y la matanza de la Plaza de Las tres Culturas, Granada se enfrascaba en la segunda visita de Zubin Mehta a nuestro festival, y la representación en el Generalife de “El Tragaluz” de Buero Vallejo, que para los tiempos y Granada, ya era apertura, ya.

miércoles, 8 de mayo de 2013

... QUE DIGO YO QUE, SI RECORTAMOS DE AQUÍ Y DE ALLÁ...

Tito Ortiz.- Ya que éstos/as chicos/as que nos desgobiernan, a la hora de apretar el cinturón a los ciudadanos no tienen misericordia, mientras que el suyo lo dejan muy holgero, se me ocurre que podríamos darles algunas ideas, con el fin de que todos los palos no vayan al mismo burro. Creo que es muy democrático repartir la pobreza, de tal forma de que la clase política y sindical no salga siempre indemne, y los que dependemos de una nómina vayamos con la soga al cuello y cada vez más apretada. Sólo con lo que éste país ahorraría si quitara las diputaciones de en medio, saldríamos de la crisis de sobra. Las competencias de los órganos provinciales, serían asumidas por las distintas delegaciones de las consejerías de las respectivas autonomías, y todos tan contentos. Pero eso sería borrar de un plumazo, miles de puesto de políticos que mangonean a su antojo, que meten en plantilla a su familia y amigos y que prevarican con la normalidad con que un camionero castizo, desayuna su habitual carajillo en su venerada venta de carretera. Los hay honestos, lo sé, pero como no son capaces de frenar a los descarriados, unos por acción y otros por omisión, en mayor o menor medida, todos son responsables, y si no me creen, formemos una comisión de investigación en la que sólo participen ellos, ya verán como no dará ningún resultado, hoy por mi, y mañana por ti. Si sacáramos a los políticos y sindicalistas liberados, de los consejos de administración de las cajas de ahorros, ahorraríamos lo suficiente como para arreglar de una vez por todas, la A-7, Autovía del Mediterráneo, que en llegando a su kilómetro 513, lleva años desviada a un solo carril, porque cuando no es la lluvia, es la sequía, el caso es que el terreno avanza como el andarín de Colomera, y no hay forma humana de ver los cuatro carriles en perfecto estado, para que coger la dirección Sorbas o Tabernas, no sea un fiasco, como ocurre desde que el Estado dejó de serlo, para convertirse en el hazmerreír de Europa, a pesar de ser éste, un punto vital para la salida de los productos almerienses vía Murcia y, por lo tanto, hacia el resto del continente. Si los políticos vivieran donde tienen el tajo, nos ahorraríamos millonarias dietas y pernoctaciones, con cargo al contribuyente. Los hay que incluso los fines de semana adelantan su regreso a casa, y con el pretexto de convocar una rueda de prensa sin interés, se embolsan la correspondiente dieta de toma pan y moja, por todo el morro, y nosotros a pagar, que para eso estamos. Bueno, para eso y para votarlos, y así puedan tranquilizar sus conciencias, para robarnos a manos llenas, sin límite ni cortapisa. Cada persona, un cargo. No un concejal con siete puestos en consejos de administración en cajas, empresas municipales, participadas, públicas y privadas según convenga a la oligarquía circundante. Y no me vale lo de que sólo tenga un sueldo, porque si luego le añadimos las dietas por asistir a las sesiones, que se supone son su trabajo, el montante a final de mes es millonario y todos con cara de imbéciles aguantando el tirón, que en éste caso es tanto de cartera como de ética, algo esto último, de lo que carecen bastantes políticos/as y sindicalistas liberados, o no. De ahí que el último primero de Mayo, ya haya sido un clamor, que pese a atravesar el peor momento de la crisis laboral, haya sido el año que menos personas han ido tras las pancartas de los sindicatos mayoritarios, que lejos de arreglar sus problemas internos, ha optado por arremeter contra medios y periodistas, pese a que el profesional de la información, sea más antiguo que la propia dirección del sindicato, en el mismo. Los trabajadores no podemos ser deudores eternos de los logros sindicales de hace décadas, cuando vemos la ineficacia de los liberados y los que no lo están, también. Que dejen ya de chupar la sopa boba, mientras los periodistas vamos al paro, ante la pasividad de los que deberían defender sus derechos. ¡Sin periodistas no hay democracia, Manuel!. También hay sindicalistas honestos y que trabajan por sus compañeros, yo los conozco, sé quienes son y son mis amigos, pero hay un porcentaje muy elevado de ellos, que demuestran a la sociedad y a sus compañeros, que no hace falta estar liberado para defender a los trabajadores, la experiencia dice que se defiende mejor desde el tajo, y no al revés. Ya está bien de creerse habilitado, con sólo colgar unos panfletos en el tablón sindical, usando ordenadores, luz, agua, teléfono, fotocopiadora, papel e impresora de la empresa para asuntos particulares, sin que en años, se hayan aprendido ni el nombre de sus compañeros ni el turno que tienen. Sindicalistas de boquilla, de pancarta y pandereta, de soflama fácil, y de guerra sin cuartel hacia los compañeros que los descubren y no se dejan engañar. A que nivel llegarán, que en lugar de denunciar a la inspección de trabajo a la empresa por las numerosas irregularidades que comete a diario, denuncian a éstos compañeros que nos les ríen las gracias, y que los desenmascaran todos los días, como parásitos de un sistema sindical rancio y podrido, que no da respuestas a los trabajadores, cuando estamos atravesando la peor de las crisis desde la transición política. Recobrad el juicio si alguna vez lo tuvisteis, pedid la reincorporación al trabajo y quemad el carnet sindical. Para el caso que os hacen.

jueves, 2 de mayo de 2013

POR FIN ALGO DE LUZ AL PRINCIPIO DEL TÚNEL

POR FÍN ALGO DE LUZ, AL PRINCIPIO DEL TÚNEL Tito Ortiz.- Llevaba tiempo disperso en el pensar, por lo abrumador de los acontecimientos. Sin guía ni referente, sin saber de quién fiarme y a quién seguir, y por fin lo he encontrado. Dirigí mis pasos al Aula Magna de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, y allí me encontré al profesor y poeta, Luís García Montero, con un alarde de lucidez en su oratoria, capaz de captar mi atención, y sacarme de la depresión anímica y política, en la que ésta banda de discapacitados que nos desgobiernan, me han metido hace tiempo. Es sorprendente que un hombre más joven que yo, arroje luz con tanta dignidad, sobre algo que me ha mantenido fuera de juego en los últimos meses. Sostiene Luís, que tal vez sea el momento, ya, de hacer una reflexión sobre los muchos matices que existieron en la transición política española. Aquella fue una época histórica compleja y se le están dando respuestas muy simples. Hubo distintas maneras de pensar, tanto en la transición como en la democracia, con una manera que tenía mucho que ver con la democracia social y los derechos cívicos, que se puede considerar heredera de la República. Y otra, de entender la democracia como una manera de unirse al capitalismo europeo, porque ya las estructuras del franquismo se habían quedado muy estrechas y, había un sector del empresariado español que necesitaba la democracia para hacer negocio. Dice Luís, que “esa” democracia fue la que impuso su cultura, la mentalidad cultural que tiene que ver con la puesta en duda de los valores públicos, el descrédito de lo político. El borrar la dimensión social de la palabra LIBERTAD. Todo eso quedó borrado, y es precisamente lo que creo que hay que recuperar porque es lo propio de la cultura republicana. La conciencia de la virtud pública, de los espacios públicos y de que, la libertad no es un concurso, ni una competición entre individuos egoístas, sino la construcción entre todos de un marco de convivencia. A Luís, no le gusta tratar la historia desde el punto de vista de las cesiones, los traidores, las promesas incumplidas... Mantiene, que hay que pensar siempre en términos históricos, que son de correlación de fuerzas, y por desgracia, en buena parte de los elementos republicanos más conscientes, no tuvieron la fuerza suficiente para hacer una transición real, y quedaron muchas estructuras del franquismo. Quedó una elite económica muy fuerte. La estructura bancaria que tenemos hoy, es la misma del franquismo, y por eso estamos pagando una factura tan alta, en estos tiempos difíciles de crisis, porque son estructuras muy privilegiadas, muy opacas y que no están nada comprometidas con los espacios públicos de los ciudadanos de éste país. Si a todo esto le añadimos que lo que nosotros creíamos intocable por honesto, era todo lo concerniente a la monarquía y su ejemplar actitud el 23 F, parece que también estamos equivocados, o al menos, no debemos pagar eternamente, una gratitud que ya se pierde en el tiempo, y cuyo valor no es heredable. Sostiene Luis, con gran lucidez y mejor juicio que, los escándalos no son nada ejemplares. Que la casa real esté complicada en casos de corrupción, pues no ayuda a respetar la institución. Pero aparte de la corrupción, cree que hay bases profundas. La monarquía representa una transición, que ahora está demostrando su factura. España está pagando un precio especialmente duro de la crisis, porque en la transición, se dejaron sin solucionar muchos problemas. Y hay poca conciencia de lo público, y hay poca capacidad para defender las conquistas sociales que se habían conseguido, y eso se debe a que en buena parte, la monarquía representaba unas elites heredadas del franquismo, que no se fueron de éste país, y que continúan gobernándolo desde el punto de vista económico, y en ese sentido, el cuestionamiento de la monarquía parece que ya, está siendo algo profundo, y no se debe simplemente a los casos de corrupción, sino que éste país que se está empobreciendo de manera galopante, y que está perdiendo todas las conquistas sociales que ha hecho, se está cuestionando la historia reciente, que es la historia de la transición diseñada por los monárquicos. Decimos ambos que: Desde mi punto de vista es el momento en el que los ciudadanos tengamos coraje cívico, y digamos, ¡basta ya!. No podemos vivir con la corrupción, no podemos vivir con el descrédito de la política, no podemos vivir en el... ¡ y tú más ¡. Si yo robo, tu robas. Hay que dignificar lo público, y para eso deberíamos buscar la configuración de una nueva mayoría social democrática, dispuesta a defender el pensamiento democrático, desde nuestro punto de vista muy particular, en la tradición republicana. Pero como no seamos capaces de configurar esa nueva mayoría, se está creando un caldo de cultivo para que vengan soluciones totalitarias, nada democráticas, que van a utilizar el populismo para imponer un salvador de la Patria, y yo creo – dice Luis, y yo también lo digo - que los ciudadanos, en vez de buscar salvadores de la patria, debemos asumir nuestra responsabilidad, y hacer lo que podamos con coraje cívico, para defender los sistemas públicos de sanidad, educación, y todo lo que ahora se está borrando, porque, quién ha dado por terminada la transición, ha sido la derecha. Han sido las elites económicas, que aprovechando la crisis, quieren liquidar todas las concesiones que tuvieron que hacer en la Constitución del 78, y están acabando con la democracia social que había en nuestra Constitución. Y remato yo diciendo: Gracias Luís García Montero. El último, que encienda la luz. Por mis muertos en la tapia del cementerio, que de ésta salimos. Palabra de republicano. No pasarán. A las barricadas, de una puñetera vez. ¡ A que estamos esperando!

jueves, 11 de abril de 2013

POR EL ANALFABETISMO HACIA DIOS

POR EL ANALFABETISMO, HASTA DIOS Tito Ortiz.- El Ayuntamiento de Algarinejo (Granada) aprobó durante el último pleno municipal, el pasado 21 de marzo, con los seis concejales del equipo de gobierno del PP, el cambio de nombre de la calle Mahatma Gandhi a petición de un grupo de vecinos de la urbanización en la que se encontraba por ser "difícil de escribir". Así lo han señalado a Europa Press fuentes municipales, que han explicado que esa calle, que ahora ha pasado a denominarse 'Avenida de la Juventud' formaba parte de una urbanización que recordaba a personajes significados en la batalla por la paz, como Martin Luther King, Vicente Ferrer o Rigoberta Menchú. Los nombres fueron aprobados por unanimidad por el anterior equipo de gobierno del PSOE, grupo municipal que ha votado ahora en contra --con sus cinco ediles-- al entender que el argumento de que el nombre es "difícil de escribir" no es "justificable". Esta es la noticia de agencia, pero - como es fácil pensar – el hecho esconde un acto fascista más de la derecha analfabeta y retrógrada del Partido Popular. Se necesita ser destripaterrones, y comendadores del correaje impoluto y las botas acharoladas, para quitarle una calle, a quién no hizo más que como Jesucristo, dar la vida por los demás, pero es que además, ni siquiera esgrimió un látigo para echarlos del templo, sino, que siempre enarbolando la no violencia, dio ejemplo de vida solidaria y hermana a favor de los desposeídos. El pueblo de Alagarinejo, pasará a la historia por la necedad de unos seres, que lejos de enseñar a leer, escribir y pronunciar correctamente a sus habitantes, prefieren mantenerse en el ostracismo educativo y cultural de la noche de los tiempos. Para la pandilla de cabestros que aprobó en pleno tal disparate, las enseñanzas del viejo Catón franquista. Marco Porcio Catón, llamado “ El viejo” fue nombrado censor ciento ochenta y cuatro años antes de Cristo, pero ciñéndonos a lo que nos compete, fue Buenaventura Corominas, quién en 1819, editó por primera vez El Catón para que los españolitos de la época aprendieran a leer y escribir cristianamente: "La niña buena, aprende Catón, y escribe los palotes sin ningún borrón. La niña buena aprende a sumar, y sigue los consejos de papá y mamá." Así cantaban las niñas del Albayzín a la rueda rueda, en las tardes de merienda de pan y chocolate. Y a esos tiempos nos llevan los líderes populares del Algarinejo, que en lugar de apoyar los estudios de su población para comprender los nombres extranjeros, optan por arrancarlos de la pared, y volver al surco del arado conocido, antes de ponerse al día de los tiempos de un tercer milenio, que a la vista de lo ocurrido, a los militantes del partido popular les está pasando por encima. Burro se puede ser, pero analfabeto, ya es de juzgado de guardia y si además, se empeñan en no poner al día a sus vecinos, es que está clara la máxima de que cuanto menos sepan los vecinos, mejor los engañamos, y los populares tienen mucha experiencia en esos menesteres. Yo desde aquí, me comprometo a viajar a Algarinejo, y ante la presencia de sus tres mil habitantes, echar las horas que hagan falta, hasta que el último de los censados, sepa de mi boca quién fue Gandhi, que hizo y por quién murió. Estoy seguro que si eso se le explicara bien a los cebolleros, nadie habría votado para quitar la placa del indio de una de sus calles. Mahatma, bien merece poner su nombre a una calle de un pueblo que un día fue luz en el Paleolítico, fuente de cultura durante la dominación romana, y que consiguió su esplendor con los árabes, gentes más cultas y preparadas, entonces, que los burros que ahora rigen sus destinos Ventura Rodríguez en plena ilustración edificó su inmortal Santa María, y hasta el propio caballero de la Reina católica, Gonzalo Fernández de Córdoba, dejaría allí una buena dinastía de marqueses, de indudable capacitación intelectual, cuya herencia educativa, está claro que no ha salpicado a los actuales regidores del pueblo. Con su acción descabellada y dislate, no sólo se han puesto ellos en ridículo internacional, sino que han puerto al noble pueblo de Algarinejo, en el mapa del analfabetismo más contundente, las actitudes más prefascistas, y los enroques más obtusos, con los que un noble pueblo se puede encontrar. Si queda un ápice de sensatez en los lugareños, deberían tomar buena nota de a quienes votan para representarles, porque para hacer el ridículo en el ámbito mundial, en todos tiempos hay lugar, pero no tenía porque tocarnos a nosotros, y ahora. Que vergüenza dios, que vergüenza.

jueves, 4 de abril de 2013

A CONTRAMANO

A CONTRAMANO Tito Ortiz.- Desde que a las cocinas han entrado los sopletes de fontanero y las bombonas de nitrógeno, a mí me han echado de algunos restaurantes, sin necesidad de haber entrado nunca, o sea, ni estoy, ni se me espera. Creo en la cocina natural. La dieta mediterránea y los platos de mi abuela, la mayoría de ellos de cuchara. Soy más de guiso, que de entrantes, más de arroz con leche, que de souffle. Más de croquetas del cocido que, de aromas de albahaca, con incienso de tomillo al brigadier. Pamplinas, yo cuando me siento a comer quiero disfrutar de la calidad y la cantidad. Para raciones de tamaño dedal, me quedo en casa. Y los primeros que no confían en esa nueva cocina para snob, son los propios cocineros, que cuando entras a la cocina, a ver que comen ellos, te sorprende que esos que hacen platos de raciones minúsculas, llenas de humo y colorido, se están metiendo entre pecho y espalda unas lentejas, que se te escapan “las tapaeras der sentío” con toda su pringá, vamos que no las salta un gitano con alpargatas nuevas. Pero lo que peor llevo de éstos diseñadores de la cocina moderna, es que han copado los puestos y no dan cuartelillo a la mujer. De todos es sabido, que quienes han guisado desde que el mundo es mundo ha sido la mujer. ¿Por qué no son famosas ellas?. Algunas – y lo sé de buena tinta – han enseñado todo lo que saben a muchos de éstos de las estrellas de los tubulares, y sus abuelas y madres que les inculcaron lo que saben, nada sabemos de ellas. Todo el mérito lo tienen éstos artistas, que ahora se visten de negro, un color horrible para todo, pero mucho más para estar faenando en una cocina, especializados en poner nombres cuanto más raros e indescifrables, mejor, a los platos de sus cartas, y ponerles precios astronómicos, a una ración que no pasaría de ser media tapa, en cualquier bar castizo que se precie. Y ojo con tocar la carta de vinos, que eso es peligro de banca rota para todo el mes. El que te encuentras de oferta a tres euros en Covirán, ellos le soplan veinte en la carta y ni pestañean, porque además de cocineros con estrellas, son también sumiller, y en lugar de echarte el vino a la copa, te lo pasan por un decantador, y aforas como un ingenuo paganini, cosecha a precio de gran reserva, que aquí, el que no corre, vuela. Pero eso sí, servido con una ceremonia, que ni el mayordomo de la marquesa lo haría mejor. Una gran parte de la cocina moderna de hoy, consiste en no dar gato por liebre, pero si, dar gato muy pequeño, envuelto con un lazo de raso azul que brille mucho, para que luego marquemos el número pin de la tarjeta de crédito, con una sonrisa de oreja a oreja, con hambre, pero contentos. Si después nos ayudan a poner el abrigo y nos acompañan hasta la puerta, no se preocupe, eso como el iva, está incluido en la cuenta, no lo busque en la factura, pero le aseguro que está. Pero a lo que iba. Que no puedo aceptar, que en el momento en el que la cocina española, atraviesa su punto más alto de popularidad y reconocimiento mundial, son hombres los que muestran con orgullo los entorchados de los fogones, mientras la mujer, -cocinera desde que el mundo es mundo, - no aparece ni entre los figurantes. Algo que no me parece ni justo ni normal. Me ocurre lo mismo con los modistos, más modernamente llamados diseñadores. Desde la noche de los tiempos, ha sido la mujer la que ha cosido y ha llevado el noble oficio de modista, a las más altas cotas de calidad y elegancia. Pues en las pasarelas internacionales son minoría, pero una minoría muy pequeña. Son hombres los que ostentan la mayoría de los escalafones internacionales de la aguja y el dedal, en lo que a mí me parece un despropósito, pues seguro estoy que detrás de cada uno de ellos, hay una abuela, una madre, una hermana, que fue en la primera que se fijaron para hilvanar un dobladillo. Y me pregunto: ¿Cómo la mujer ha cedido tanto en éstas dos facetas, que ha pasado a un segundo plano o casi tercero?. Bueno está con no haya mujeres entrenadoras de primera en fútbol, teniendo en cuenta que la tradición es masculina. Bueno también que ninguna sea árbitra de primera división por las mismas circunstancias. Serán pasos que tendrán que ir dando, si es que ciertos hombres las dejan, pero en oficios que han sido femeninos desde siempre como la cocina o la costura, ¿Qué hacen los hombres copando los, lugares de privilegio?. Será ésta una clara influencia de la iglesia instituida de Roma, que no admite a la mujer como receptora del sacramento del sacerdocio, y no consiente por lo tanto, que ésta ocupe el lugar que le corresponde, a juzgar por el comportamiento que Jesús tuvo con su madre y María Magdalena. Si la Virgen está con los apóstoles en Pentecostés, ¿por qué no puede haber sacerdotisas en la iglesia de Roma?, o mejor dicho, la de El Vaticano. Necesito ver mujeres sepultureras, zapateras remendonas, conductoras de coches fúnebres, motoristas de moto GP, pilotos de fórmula uno y vicarias de Cristo en la tierra. Desempolvemos el Concilio Vaticano II, que nos fue hurtado a los creyentes, como al niño que le pones el caramelo en los labios y se lo quitas. La Iglesia instituida, a base de mirarse el ombligo, lleva siglos viviendo de espaldas a la sociedad, y así les va, con el número de vocaciones. Si lo de Bergoglio no sale adelante, y no comienza la renovación atrasada hace cuarenta años, éste será el último cartucho de los cristianos, en cuya religión, como en todo, la mujer debe tener los mismos derechos y las mismas oportunidades que los señores que las imitan llevando faldas.