martes, 22 de noviembre de 2011

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

Tito Ortiz.-

Desde que a los gabachos les dio por albergar etarras y volcarnos los camiones de fruta en la frontera, en Europa hemos pintado menos que “follatabiques” en Bilbao. Los alemanes vienen a nuestras islas baleares a miccionar y pelearse, los africanos a quedarse por el morro. El candidato a las elecciones marroquíes dice que España no sabe elegir a sus amigos, y que para ellos somos un estorbo que los separa del viejo continente. Los ingleses se ríen en nuestra cara y en nuestra casa, pues siguen sin devolvernos el peñón. La selección pierde todos los amistosos. Los rumanos nos han mandado lo mejor de cada casa. Con esto de la caída del muro y el asunto Gorbachov, la desintegración de la UU.RR.SS, nos ha proporcionado la élite de la delincuencia mundial, que reside en nuestro país, como Alá en el paraíso. Sigo sin conocer a un solo argentino que abra zanjas a pico y pala, o barra las calles de sol a sol. Y eso si que es el arte de nos dar un palo al agua, pues todos siguen siendo – como hace treinta años-, psicólogos o “artistas”. Vos tenés que escucháme. Soy artista, ché. No boludo. Mientras, para pasar el rato, los países del Este nos surten de prostitutas, sudáfrica de dependientes para el top manta, y china de una invasión latente y progresiva, que comenzó a modo silente con rollitos de primavera, arroz tres delicias y cerdo agridulce, y terminará con todos nosotros, en menos que canta un gallo. ¿Qué queda de España,?, ¿qué fue de Las Españas de Felipe segundo?. ¿ para qué colonizamos Guinea, si ahora no tienen bemoles de sacar a patadas a Obiang Nguema. ¿Por qué seguimos sin hacer nada con los saharauis?, parece que con traer a los niños en vacaciones ya tranquilizamos las conciencias. Unos radicales oportunistas han prohibido los toros en Cataluña, mientras los borrachos e inconscientes siguen muriendo en las innombrables sueltas de vaquillas. Seguimos admitiendo el boxeo como deporte, pero que nadie maltrate a un perro. Esto es un país de despropósitos, donde se prohibe fumar en los estancos, es como si en las clínicas veterinarias, estuviera prohibida la entrada de perros. Legislamos gilipolleces para unos pocos, y la gente sigue durmiendo en el metro y viviendo de la caridad. Ya lo decía mí tío: Mesúa la polla a garbancillos: ¿Quiere usted unos poquillos?.

Espero que al senador socialista escupe-piedras, comedor de ancas de rana, le haya quedado claro, que las elecciones no se ganan a base de insultar, coaccionar, presionar y cesar, a los periodistas de trayectoria ejemplar e independientes. Tampoco de esa forma se consigue un partido cohesionado, con democracia interna y libertad para disentir. Semejante patán cejijunto, derrochador del peor talante autoritario y ruin que pudiera sospecharse en un militante de izquierdas, presuntamente democrático, debería haber sido apartado de un partido prestigioso e histórico como el suyo, que él mancilla con su militancia de tic dictatoriales. Pero no sólo no ha sido expedientado, sino que se le ha premiado poniéndolo en puesto de salida, para rascarse las ingles en Madrid durante los próximos cuatro años. Pero en el PSOE de Granada se ha perdido tanto el Norte, que no sólo no se reprende la actitud de semejante semoviente, sino que su ejemplo ha cundido entre los cargos públicos, permitiéndose el lujo algunas individualidades, de llamar al orden a periodistas, para que abandonen la ética y sean parciales al mejor postor. El escándalo alcanza dimensiones desproporcionadas, sin que la actual responsable del partido, consiga desterrar éstos comportamientos deleznables de sus pupilos más cercanos, adquirido durante el mandato provincial de su antecesor, un individuo que se significó en más de una ocasión, como de dudosa catadura democrática, y cuya larga sombra, a juzgar por algunos militantes, aún se proyecta como acreedor del reparto de favores, para pagar silencios que escandalizarían al menos progresista de sus votantes.

La herida del socialismo granadino, se lleva cerrando en falso desde hace tanto tiempo, que se hace urgente una regeneración desde la base, para poder volver a confiar en los herederos de Pablo Iglesias. Los compañeros y compañeras deben ingresar con urgencia en la unidad de diálisis, con el fin de someterse a una purificación imprescindible de su sangre política, de tal manera, que vuelva a emerger la riqueza de las ideas, emanante del mejor talante democrático, coadyuvado con la mayor formación académica y educativa de sus miembros, que destierre para siempre la mediocridad, y los menos capacitados, no copen los puestos de responsabilidad, mientras que los experimentados y juiciosos, son desplazados a sus casas, para ver en lugar de privilegio, como una analfabeta revolución del proletariado, se adueña de siglas, banderas e historia, llevando a un partido histórico de la política española, a las cotas más bajas de credibilidad democrática, gracias a la bisoñez de sus incapaces dirigentes, ayunos de visión de futuro, o de proyectos ambiciosos con los que ilusionar a un electorado que ahora les da la espalda por millones.

Ocultando de los órganos de debate y decisión el fenómeno del 15M, no hace el PSOE más que enquistar el problema, encapsulándolo, atrincherándose en la ignorancia y la incapacidad, para afrontar tema tan imprescindible si se quiere tener discurso político en los próximos años. Esconder la cabeza bajo el ala, o enterrarla como el Avestruz, no soluciona nada, y el psoe granadino, hace ya tiempo que tiene agotado su discurso, y la galería fotográfica de quienes lo defienden, anquilosados e incapaces retratos reiterativos, del todo ineficaces para afrontar los desafíos del tercer milenio, que agoniza en las cifras del paro y las hipotecas impagadas, con una generación completa, que por primera vez en la historia moderna, no posee experiencia laboral, porque no ha firmado aún, a sus 25 años, el primer contrato de trabajo de su vida. Hundidos en la catetez de sus discursos, ´los actuales responsable están más pendientes de pararle una obra pública al ayuntamiento, que de terminar con los verdaderos problemas de ésta provincia, tercermundista en infraestructuras, última en renta percápita, abanderada del los primeros puesto del ránking del desempleo. O hacemos borrón y cuenta nueva, o el PSOE no volverá gobernar en treinta años. Y ya para entonces, a mi me la sopla.

jueves, 10 de noviembre de 2011

DON FRANCISCO Y DON JUAN

DON FRANCISCO Y DON JUAN

Tito Ortiz.-

Fue mi padre, un humilde barnizador del barrio del Realejo, a cuya asociación de vecinos nunca agradeceré bastante, que muy cercano al fin de sus días, le otorgara el premio de Vecino Ilustre, como artesano ejemplar de los greñúos. Mi padre era todo un artista en el tratamiento del barniz y la madera. Desde los siete años que entró como aprendiz en el taller de su tío, aprendió el oficio que nos inculcó a todos mis hermanos, y que los tres practicamos con mayor o menor acierto. Tras su infancia y adolescencia en una portería de la calle, Jesús y María, criado por su abuela, restauraba con sabiduría las piezas más valiosas de cualquier ajuar granatensis, pues no en vano, la mayoría de los anticuarios eran sus clientes y amigos. Abordaba el barnizado de toda índole, que podía ir, desde el tratamiento con barniz de barco, llamado así por aguantar a la intemperie la cubierta de una nave, o una baranda externa en el carmen de la dinastía Rodríguez Acosta en el Albayzín, el suelo en barro del restaurante, “La Vidrieras”, en la esquina de Recogidas con el Camino de Ronda, hasta el artesonado y mobiliario de Las Tinajas, en Martínez Campos. Lo mismo barnizaba estuches de tararea, que guitarras, a la goma laca y muñequilla, como sólo los luthiers del siglo XVII, dejaron prescrito en la tradición oral de sus alumnos. El barniz tapaporos, las anilinas de todos los colores, la sosa cáustica para dejar limpia la madera de otras impurezas, la lija del cinco o los dos ceros, y todo tipo de disolventes, eran sus productos de droguería, con los que llevar a cabo su arte. Se independizó antes de marchar al servicio militar a Melilla, y a su regreso, montó el primer taller en la calle Solares, junto a la fábrica de sombreros de mi amigo Miguel, y más tarde recaló en la calle Cuartelillo, en un lateral del Hospital Militar, donde la parca le abordó con zarpa de fiera, y aunque se zafó del primer cáncer de pulmón, producido por la aspiración de los vapores del barniz desde la infancia, en un regate, la señora del más allá, vino a por él, con un triple tumor de pulmón, cabeza de páncreas y duodeno. Se fumaba al día un paquete de Ducados y otro de Fortuna, por aquello de tentar la suerte. El último capotazo, no se lo pudo echar, ni su amigo “Rubito”, tranviario de profesión durante la semana y Charlot del toreo cómico los domingos, ni Vaquerito, ni El Diamante Rubio. Vino la de negro, y no tuvo piedad conmigo... se lo llevó.
Y atrás quedaron las conversaciones nocturnas en el Club Taurino con, Ricardo Puga, “El Cateto”, Juan Fandila, el abuelo del Fandi, los hermanos Cambil, “El Palomicas”, con Ricardo Bernedo “Bojilla”, que un día le prometió en el café de Pellejero, que iba a dejar de ser banderillero, para apoderar a un chico de Granada que merecía la pena: José Julio Granada, y fue y lo cumplió, y entonces pudimos vivir aquel Corpus de los setenta, como a media corrida y a petición del respetable, José Julio, en compañía de Curro Romero y Luis Miguel Dominguín, daban una vuelta triunfal al ruedo, luciendo el que cazaba con Franco, un terno verde manzana, bordado en blanco, con las medias blancas, diseño de su amigo Pablo Ruiz Picasso. Me concedió una entrevista en el patio de cuadrillas a cambio de que le buscara un pitillo rubio, que me dio sorprendido, mi compañero y amigo de Ideal, Pepito Cortés, con quién compartí tantas tardes en el tendido, también con su padre, don Antonio. Cuando salimos de la plaza, mi padre me dijo... Niño, ya has visto toros para toda tu vida. Y tenía razón, porque se cuentan por cientos las corridas que he visto después, y ninguna tan redonda.

Fue en ésta época, cuando un emergente dibujante humorístico, Paco Martín Morales, comenzó a frecuentar el taller de mi padre en el Realejo. Ambos no se conocían, y aunque la amistad se prolongó hasta 1995 cuando mi progenitor pasó a mejor vida, siempre de manera chusca y en plan chascarrillo, se hablaron de usted y de don. Mi padre le decía a Martín Morales, don Francisco, y Paco a mi padre le llamaba don Juan. Cada vez que el dibujante gráfico aparecía por el taller de la calle Cuartelillo, lo hacía con el mueble más viejo, desvencijado y harapiento que pudiera imaginarse, ante lo cual, mi padre le decía... Don Francisco, usted no quiere que yo restaure ésta ruina, lo que me está pidiendo es un milagro, y yo sólo soy barnizador. Ante eso, se escuchaba la voz abovedada de Martín Morales, que con grandes risotadas que se escuchan en “Los Altramuces” le respondía... Usted puede, don Juan, usted puede, si lo sabré yo. El asunto es que sobre el banco de trabajo, el humorista había dejado un palanganero con su aguamanil, que había conseguido en un derribo, y mi padre se encargó de que lo estrenara como nuevo, en la casa que Paco se estaba haciendo en La Alpujarra. Otro día era un baúl del siglo XVII, que había pertenecido a un almirante viajado al nuevo mundo. Alguna tarde apareció con la foto de boda de sus bisabuelos, en un marco tallado del XVIII, y también recuerdo el día en que apareció con un espejo de salón, en el que se habían mirado y conjurado las brujas de Salem, cuando eran quinceañeras. Las conversaciones posteriores en “El Faquilla”, del humorista y el barnizador, eran dignas de ser enmarcadas para la historia, como aquellas que se producían en “Los Mariscos”, entre “Frapuci”, gran humorista gráfico de la época, hermano del torero apodado “El Cateto”, y padre del actual y archifamoso “Mago Migue”, y el cantautor Luís Cerón, que ya por entonces, visitaba en su casa madrileña al poeta, Luís Rosales Camacho, preparando lo que tiempo después sería un gran concierto con canciones hechas de sus poemas, para cualquier casa encendida.