lunes, 31 de mayo de 2010

LA CULPA ES NUESTRA

LA CULPA ES NUESTRA

Tito Ortiz.-

Todo lo que nos está pasando, nos está muy bien empleado, por no hacer un seguimiento adecuado a nuestra responsabilidad. Creemos que con votarlos cada cuatro años, elegirlos para que gobiernen, con buenos sueldos, escolta y coches oficiales es suficiente, y la experiencia corta de una treinta democrática, ya ha demostrado con creces que no se les puede dejar solos. La política es demasiado importante, como para dejarla en manos de estos incultos o desalmados. Regir los destinos de un país como España, no puede dejarse en manos de gentes que - algunos – no tienen ni el graduado escolar. Es como darle la responsabilidad de la educación a un diplomado ramplón, sin experiencia, ni oficio, ni beneficio. El fracaso escolar -y de todo el sistema- ya está asegurado, desde el momento en que toma posesión semejante incompetente. Y es que debemos exigir algo más a quienes nos gobiernan. No se puede dirigir España sin unas mínimas nociones de economía, sin un conocimiento somero de los mercados internacionales, porque entonces pasa lo que pasa, que no se detecta la crisis, hasta que el enfermo no tiene recuperación posible, y así todos al traste. Los desmanes que han cometido los bancos y las grandes industrias, terminamos pagándolos los curritos que dependemos de una nómina, los pensionistas y los descamisados, y “los artistas” de cambio y bolsa a reírse otra vez de todos nosotros, que nos creemos importantes porque los elegimos en las urnas, y ese es el gran fraude del sistema. Los elegimos sí, ¿pero a quién elegimos?. Dice la experiencia que el 85% de los curriculums de nuestros políticos está falsificado. Si investigáramos, comprobaríamos con pavor, como hay más de un licenciado/a que no tiene terminada la ESO. Como hay incluso algún doctor que no pasó de cuarto de carrera, y como hay muchos que no tienen profesión reconocida, o sea, que jamás tuvieron otra actividad que no fuera la de vivir de la política, y a ella se aferran porque fuera de ella no son nada, ni nadie.

El sistema político de elecciones en España está tan corrompido y viciado, que está pidiendo a voces una sesión de diálisis para depurar su sangre. Existen en ejecutivas de izquierda números cuatro, que han amenazado a periodistas independientes al más puro estilo neonazi, y están aconsejando a presidentes autonómicos, sin que se les caiga la cara de vergüenza, todo lo contrario, se jactan de ello antes sus camaradas. Y es que los procesos congresuales de los partidos políticos, se han convertido en una farsa de proporciones dramáticas, pues antes de que se inauguren, ya está pactado su resultado, con su ejecutiva y todo, para que nadie pierda, para que todos sigan mangoneando sobre el tablero de ajedrez de la democracia, sólo que según se hayan portado en el voto de obediencia ciega, ocuparán un lugar u otro en el gran teatro del mundo, porque en los partidos no se prima la valía personal, el historial académico, la vocación y el espíritu de servicio a los ciudadanos, en los partidos se premian las obediencias ciegas, los lametones de culo, los tirones de levita y las adulaciones al jefe sin el menor recato. Si llevas a cabo todo esto, conseguirás un número preferente en las listas, y te asegurarás el futuro de por vida chupando del bote. Por el contrario, si eres inteligente, si te haces preguntas, o quieres lo mejor para la sociedad que te elige, te conviertes en sospechoso de tus propios camaradas, que te darán de lado, porque al ser honesto e independiente, no eres de fiar. Así de claro y contundente.

Por eso es imprescindible que modifiquemos el sistema, y vayamos a listas abiertas, donde poder elegir a las personas, no a las siglas, y menos a un paquete cerrado, donde se esconde tanta mediocridad, incultura y sin razón. Debemos votar a un nombre y dos apellidos del que conozcamos su trayectoria y podamos hacer un seguimiento, ya está bien de que se rían de nosotros y nos den gato por liebre. Debemos dejar en el paro a tanto embaucador, a tanto dictador escondido en siglas de izquierda, a tanto ratero prevaricador, y debemos premiar a las personas honestas que con vocación de servicio, se prestan a gobernar un país en nombre de quienes los votamos, y no en nombre de su cuenta corriente, y la de su familia. No se puede ocupar un lugar en una lista a un parlamento o ayuntamiento, por el sólo aval de no hacer preguntas al jefe, obedecerle en todo, no levantar las alfombras del partido, o siendo más inteligente que él y teniendo mayor preparación, hacerse pasar por un zoquete dócil, que sirve de comodín para cualquier puesto o misión encomendable, que eso es lo que se está premiando hoy día en los partidos, y no la valía personal y la preparación para llevar a cabo misiones de responsabilidad y solvencia. Ya está bien de analfabetos soberbios dirigiendo las instituciones, que impiden emerjan nuevos valores políticos de la militancia, para no quedar en entre dicho debido a su nula formación, y enorme mediocridad. Los estadistas deben ser personas formadas, no destripaterrones, sino seguiremos con estos patrones de comportamiento, que nacen de la falta de educación general básica, de la ausencia de generosidad, y de la ambición desmedida, por perpetuarse en los cargos y mangonear todo lo que se pueda, sin el menor remordimiento por haber traicionado a la sociedad. La culpa es nuestra. No podemos votarlos y abandonarlos a su suerte. ¡Hay que echarlos de España!

miércoles, 5 de mayo de 2010

¿Hay quién de más?

¿HAY QUIÉN DE MÁS?

Tito Ortiz.-

La universidad y la política –desgraciadamente- ya no son referentes para la sociedad, como algo a desear, respetar o admirar. Muy al contrario, esos mitos de la educación y buenas costumbres, están desapareciendo a marchas forzadas, con el consiguiente sangrado social de ejemplos a seguir o perseguir. El otro día, uno de los hijos que tengo en paro me dijo: ¿Y si me echo a la política?, a lo que contesté como un resorte: ¡Mejor te echas al monte!, la familia se vera –socialmente- menos ultrajada. Y es que uno no gana para sustos. Después de cinco siglos de veneración a los del birrete claustral, algunos se quitan la careta, y atacan la memoria de Lorca, para forzar la huida de Luís. Otro mentecato con libertad de cátedra, hace pintadas al amanecer, ante la mirada atónita de su perro, que se arrepiente un día más, de haber sacado a pasear a semejante docente, mancillador impío de virginales paredes encaladas, ladrillo visto o granito palaciego. Pero que vamos a esperar, si tenemos la educación en manos de expedientes ramplones, de milagrosas diplomaturas, ayunas de experiencia en aulas. Con éstas designaciones, en las que no se busca la idoneidad para el cargo, sino premiar la fidelidad y obediencia acéfala, estamos cavando nuestra fosa social e histórica, haciendo una regresión a la noche de los tiempos en la que todo estaba por venir, pero ya no albergamos un ápice de esperanza. ¿Hay quién de más?.

En manos –la política- de incapaces sin formación y desprestigiados intolerantes, Granada se hunde más en el pozo de la desesperanza, aumentando sus cifras de parados, cuando en el resto se estabiliza. Careciendo de las infraestructuras que ya se reivindicaban hace un siglo. Seguimos teniendo un trazado tercermundista en las carreteras provinciales, como lo demuestran los accesos a Sierra Nevada, ayunos de alternativas desde los tiempos del Duque San Pedro de Galatino, o el infierno alpujarreño, digno de un rally con riesgo de perder la vida. La Te invertida que nos conectará con Cataluña y Portugal, sigue siendo una ilusión, como el metro, que por su trazado urbano y capacidad, para cuando entre en funcionamiento, será una atracción turística más, como los autobuses descubiertos. El famoso AVE, se nos alarga en el tiempo, cada vez que alguien habla del. Tirando de hemeroteca, según el primer impresentable que habló del AVE a Granada, debería llevar tres años funcionando. ¿Ustedes lo han visto? Pues ningún político se sonroja por ello, así que ya me contarán donde tienen eso llamado vergüenza. Del aeropuerto compartido con Jaén, los vuelos desaparecen como un fenómeno paranormal, los taxis metropolitanos unificados con la ciudad, deben ser producto de una ecuación, tan sólo comparable con la fórmula del combustible de la NASA para volver a la Luna, de otra forma, no se explica que la mafia de unos catetos al volante, mantenga atenazada a una clientela que se cuenta por decenas de miles de usuarios, que viviendo a dos kilómetros de Puerta Real, llevamos padeciendo el chantaje más descarado desde hace veinte años, abandonados a nuestra suerte con un transporte en autobús, indigno para Tanzanía y alrededores, debido a su frecuencia, comodidad y ausencia en fines de semana.

Provincia ésta sin tejido industrial, ávida de iniciativas empresariales, los representantes de la patronal granatensis, están más pendientes del fútbol local, que de sus propias empresas, y no digamos ya, de unir posturas entre confederación y cámara. En estas situaciones de crisis es cuando los empresarios, dan la talla, y a tenor de su comportamiento, ya sabemos los analistas la que realmente tienen. Y si ante tan descorazonador panorama, al menos tuviéramos la luz de la unidad sindical, otro gallo nos cantara, pero si los líderes de las centrales mayoritarias, terminan a bofetadas como al mundo es bien notorio, en quienes buscaremos refugio los de a pié. Si seguimos consintiendo el enfrentamiento partidista entre los mayoritarios, los ciudadanos nos vamos a perpetuar en sufrir las consecuencias, renunciando al progreso y la libertad que gozan en otros puntos, donde políticos, profesores, sindicalistas, representantes sociales de cualquier sector y ciudadanos, van juntos todos a una, sin distinción de colores políticos, cuando se trata del bien común. Una asignatura muy pendiente, en esta provincia acatetada y retrógrada, cuya ciudadanía, mete cada cuatro años en plantilla para que la represente, a la masa más mediocre e ineficaz que hayan conocido los tiempos, mientras el sangrado de cierre empresarial es continuo, y el capital de los granadinos, está a plazo fijo en los bancos para no correr el menor riesgo. Eso es visión de futuro y lo demás es tontería. ¿No es para vomitar?