jueves, 10 de enero de 2013

SINDICALISTAS CONTRA TRABAJADORES

SINSICALISTAS CONTRA TRABAJADORES Tito Ortiz.- Sé que el titular puede prestarse a confusión, pero nada más lejos de la realidad. En éste tránsito de la crisis al despropósito, pasando por la anarquía, los sindicatos mayoritarios que deberían estar calladitos, pues si hablan nadie puede creérselos, por recibir del Gobierno tal cúmulo de subvenciones, que son las que hacen posible que subsistan, poniendo por lo tanto en entre dicho su imparcialidad, ya que si como los partidos políticos, los sindicatos tuvieran que vivir de la cuota de sus afiliados, hace ya tiempo que la España sindical, sería un páramo yermo y silente. Pues bien, en este momento de confusión y desvarío, cuando un periodista intenta denunciar el escándalo de los liberados, sus prebendas y comodidades, y su nula acción en defensa de los trabajadores que un día los votaron, y permitieron que se transfiguraran en liberados, asunto éste que sólo tiene ventajas y ningún inconveniente. Pues como digo, cuando un periodista de medio público andaluz, ha decidido alzar la voz y desenmascarar, a los/as “compañeros/as de las dos centrales sindicales mayoritarias, más al impresentable del sindicato profesional andaluz, un gañán que utiliza en beneficio propio y del particular de su sindicato, ordenadores, teléfonos, fases, impresoras, folios y todo tipo de útiles, que unido a la compañera de cc.oo, más preocupada por la conservación de una palmera a la entrada del local, y por dar de comer y beber a una legión de gatos asilvestrados, -como ellos-, a la olor de la manduca, pues como digo, sin haberse duchado siquiera, las damas y el caballero del comité de empresa, se han ido derechos a la inspección de trabajo, no para denunciar a la empresa en defensa de los derechos de los trabajadores, sino para arremeter sin éxito, contra el periodista denunciante de tan lamentable situación, que raya en la delincuencia, la desfachatez, el improperio, y la más alta desvergüenza. Se trata de una de las pocas veces, sino la primera, que unos sindicalistas sin escrúpulos, arremeten contra un compañero, solo porque éste ha intentado tirar de la manta, y dejar a las claras, que están vendidos, al poder, y que no defienden a los trabajadores que con esa intención los votaron. A día siguiente de ser elegidos, ya no volvieron a trabajar, para la empresa, ya que algunos si lo hacen para intereses particulares, y además, se han convertido en la Stasi contra los compañeros que no les ríen las gracias. La presa favorita son sus iguales, pero que ejercen de mandos intermedios. Contra ellos van dirigidas todas sus acciones, en lugar de enfocarlas hacia la empresa y defender los derechos de todos/as. La empresa que reduce sueldos, alarga el horario y quita pagas extraordinarias, no es la enemiga para ellos. Su objeto de lucha son los trabajadores que con su misma categoría, pero al contrario de ellos, trabajan dejándose la piel sin mirar el reloj para que todo funcione, con responsabilidad y eficacia, esos son los que deben ser denunciados y puestos a disposición de las colas del INEM. Ese es el comité de empresa que hay en la empresa pública de Granada. El que se preocupa por la temperatura ambiente de la redacción, un grado o dos arriba, pero no le dice a la empresa que las bajas hay que cubrirlas, y que hay departamentos que no dan abasto porque llevan un año sin cubrir las deficiencias elementales y orgánicas. No contentos con tan colosal felonía, lejos de defender los derechos de las dos sociedades con que cuenta la empresa, ellos se dedican a una sola, ignorando a los radiofonistas, de los que ni siquiera se saben el nombre. Éste comité de empresa, más parecido a la Securitate, de Nicolae Ceauçescu, no se manifiesta por la desaparición de canales, los contratos no renovados, la pérdida de la producción propia, o la condena de las productoras a trabajos residuales, lo hace sólo en contra de los compañeros que intentan desenmascararlos, dejar sus vergüenzas al aire, y que todo el mundo sepa, como se rascan la entrepierna, como viven tras ser elegidos, que poco o nada nos representan y lo que es peor, como se ríen de las circunstancias por las que sufren sus compañeros, a los que ellos, ni representan, y lo que es peor, ni defienden. Son adalides del sindicalismo panfletario y decimonónico, que tranquilizan sus conciencias todos los días, cuando cuelgan un folio de idioteces en el tablero sindical, una vez resuelto el ceremonial, se marchan a sus casas a diseñar la próxima pancarta y a vivir con intensidad lo que ocurre en otros sitios, porque lo que de verdad pasa en su empresa... eso no les interesa, la prueba es que después de 23 años, aún no hemos asistido a la solución de ningún conflicto de los trabajadores, cuya solución se deba a ellos/as. Es para nota, ¿o no es para nota ¿

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