lunes, 17 de marzo de 2008

El Mundo al revés

EL MUNDO AL REVÉS
Tito Ortiz.-
Que la realidad siempre supera a la ficción, es algo que los que peinamos canas, ya tenemos ampliamente constatado. Si algún guionista desea una historia truculenta, no tiene otra cosa que hacer mas que leer éste periódico, y en alguna página, seguro que encontrará motivos sugerentes para una novela o película, no olvidemos, que la obra cumbre de Lorca, "Bodas de Sangre", no es mas que un suceso real que en su día vino en el periódico. Porque el mundo está al revés desde hace mucho tiempo. No es cuestión baladí que cada día aparezcan bebés en los contenedores de basura, si cuando las madres desean dejarlos en los hospitales, se las somete a una persecución policial que termina en los juzgados y en la cárcel. Lógicamente, prefieren abandonarlos a su suerte, y así jugar a la ruleta rusa con sus vidas y las de sus retoños. La sociedad todavía no tiene claro cual es el protocolo para preservar el anonimato de la madre que no quiere al niño, y que esto no suponga la prisión. Con esto ocurre lo mismo que con la violencia machista, por mucha ley estupenda que tengamos, si no hay medios para custodiar a las amenazadas, la efectividad es cero. Hace unos días, una representante de mujeres maltratadas en el país vasco, se quejaba de que con motivo de la campaña electoral y la amenaza inminente de un atentado de ETA, se les habían retirado los hombres que las custodian, por necesidades del servicio, abandonándolas a su suerte. No podemos dar un paso hacia delante y a continuación, cuatro hacia atrás.
El mes pasado, un sinvergüenza que había atropellado con resultado de muerte a un adolescente de 17 años, al que mató en el acto, pedía en un juzgado, que los padres del fallecido le pagaran los desperfectos que el golpe le había ocasionado en su coche de alta gama. Hay jueces que antes de admitir a trámite una reclamación, deberían contar hasta siete veces siete, que dice la Biblia.
¿Cómo es posible? Que en la circunvalación de Granada, a la altura de las salidas de La Zubia y Avenida Cervantes, con una limitación de cien kilómetros a la hora en la señalización, un coche de autoescuela famosa de la capital, conducido en solitario por una dama, me adelante a ciento treinta y nueve kilómetros a la hora, y todo siga igual. ¿Esa es la manera de conducir que enseñan a sus alumnos?. Pues es la misma que un Focus de otra autoescuela de Armilla, que tiene un nombre muy familiar femenino, demuestra cuando un joven al volante, a eso de primeras horas de la mañana, se cambia de carril sin intermitentes y adelanta en línea continua a una velocidad de race. Si estos son los profesores de autoescuela encargados de enseñar a los nuevos conductores, no me extraña que cada vez se vean mas atrocidades al volante. Claro que hace ya mucho tiempo que descubrí, que en las autoescuelas no enseñan a conducir, sólo te preparan para examinarte. En lo demás, tú eres autodidacta, dependiendo con el maestro que des. Si es Sixto de la placeta de La Mariana, o Ramón Muñoz de Emperatriz Eugenia, serás un conductor sensato, de lo contrario, que Dios te proteja a ti y al que se cruce contigo.
No creo que exista mayor desatino y contradicción, que entrar en un estanco, y encontrarte con un letrerazo de muy padre y señor mío que dice": Prohibido Fumar". ¿Cabe mayor sarcasmo?. Es como si a la entrada de la consulta del veterinario, vieras la pegatina que prohibe la entrada a los perros. No es normal, y como no es normal, lo digo. ¿Cómo va a ser normal, que el gremio del taxi lleve años para ponerse de acuerdo, y trabajar por el área metropolitana y el aeropuerto como si se tratara de lo más conveniente para el usuario?. Hasta cuando este lamentable chantaje de unos pocos, perjudicando a cientos de miles. ¿Es qué está el mundo al revés, inquiero de nuevo?. Pues por lo visto sí. Y con la anuencia de la autoridad. La misma que consiente que grandes concentraciones deportivas, promocionen y subvenciones eventos saludables con marcas de reconocido prestigio en bebidas alcohólicas, o tabaco, es como para desternillarse.
Resulta de risa que los cazadores sigan defendiendo su "deporte", por aquello del equilibrio cinegético y la preservación de la naturaleza, por muchos cotos privados que existan. Lo mismo que el Boxeo siga siendo un deporte, y no una salvajada con resultado de muerte en muchas ocasiones, y de atontados en la mayoría. Sin olvidarnos de la lucha libre, que es libre, sólo por que no contempla el uso de la razón.
Que un avión tarde de Granada a Madrid cuarenta minutos en vuelo, y que un pasajero triplique ese tiempo en la terminal de salida, y lo cuadriplique en llegar de Barajas al la capital del país, es como esos/as jueces/zas que permiten a los maltratadores, seguir compartiendo la vivienda familiar, aún a sabiendas, que tarde o temprano, el resultado será de muerte, y no del maltratador, precisamente. La justicia sigue siendo ciega, sino que se lo pregunten a Ferrín Calamita, que en esto de lesbianas y gays tiene un máster. Que un menda monte un kiosco de venta de agua fresquita en el desierto del Sahara, me parece una idea excelente, que intente lo mismo en las pistas de Sierra Nevada, creo que debe ser motivo de revisión psicológica. Si el asunto es mas grave, para eso está mi admirado José María López Sánchez, que desde que dejó el TEU, se dedica a arreglar cabezas, con un resultado notabilísimo, digno de un reconocimiento que esta ciudad no le dará hasta que palme. Menos mal que él es consciente de ello, y se muestra como, impasible el ademán, que diría José María Guadalupe y Guerrero, nacido en la Plaza de las Flores y residente en la del Carmen, en un antiguo convento que no sé a qué se dedica.
Total, que desde los tiempos de Tip y Coll, y el incomparable Eugenio, no se han conocido otros argumentos más sólidos para pensar que el mundo está al revés. Si usted opina lo contrario, no dude en utilizar la sección de cartas al director, pues me consta que mi entrañable Eduardo, vive sin vivir en él, si no recibe de doscientas a cuatrocientas diarias. Por Favor, no lo dejen traumatizarse. Que le lluevan caídas del cielo. Hasta mas ver.

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