lunes, 17 de junio de 2013

¡FEDERICO VIVE!

¡FEDERICO VIVE! Tito Ortiz.- Pudiendo escoger cualquier destino en su Andalucía, Federico optó por Granada. Y en aquella década esperanzadora de los noventa del siglo pasado, con su gorra de béisbol ladeada, unas deportivas enormes con los cordones desatados, pantalones surferos caídos en su justa medida, y una camiseta chillona tres tallas más grandes, apareció en la redacción de la empresa pública andaluza, para tragarse Granada, grano a grano, degustándola. Dejaba atrás el viento de poniente, ese fuerte, que sopla en el Atlántico, para cobijarse al abrigo de Sierra Nevada, en el barrio del Realejo, y como un greñúo más, impregnarse de esa malafollá granaina, que como el Chanel número cinco, te da el visado imprescindible, para ejercer como nativo, aún habiendo nacido cerca de donde Colón partió para descubrir un nuevo mundo. Federico Vaz, tardó menos que un cura loco en persignarse, en hacerse con la ciudad, su historia y sus gentes. A los compañeros nos ha ganado por su simpatía, su solidaridad y su profesionalidad. Al resto de los granatensis, por su gracejo a la hora de cosechar amigos, por su vasta formación y nivel cultural, por sus conocimientos de las bellas artes, de las nuevas tecnologías, y de las vanguardias. Vaz, es un eterno adolescente cincuentón, que sabe preguntar en las ruedas de prensa, eso que a los demás se nos escapa. Que lee entre líneas las declaraciones de los próceres, para saber donde les aprieta el zapato, y entiende a la perfección lo que es un periodismo actual, con frescura, y sabe comunicarlo a través de la radio pública andaluza. También cultiva el artículo de opinión en la prensa local, con un olfato diferente, pues diferencia claramente lo que es información en su medio, de lo que es opinión en el que colabora, pero su visión de periodista contemporáneo y comprometido, está en ambas facetas. Federico Vaz, ha cantado como nadie a Morente, ha versionado a La Guardia, 091, y Los lagartija. Nos ha mostrado como se enseña un festival de Cine tan moderno como él, leído a los grandes poetas, pintados los mejores lienzos, que harían palidecer por antiguos, a los componentes del grupo “El Paso”, ha repicado a gloría en las espadañas de las ermitas granatensis, leído La Torá en sus sinagogas, y ha llamado a la oración cuán muecín, desde los minaretes de sus mezquitas. Como hombre culto y ecuménico, abrazó gentes diversas, a las que pese a no comulgar el mismo pan ázimo, supo escuchar, comprender y divergir desde el respeto y la educación, con la palabra como único medio para hacerse entender, dando ejemplo de una convivencia posible, de la que Granada, en otros tiempos más cultos, dio lecciones al mundo, pues aquí convivieron pacíficamente, árabes, judíos, cristianos y gitanos, haciendo florecer un Al-Andalus de inolvidable recuerdo. Federico Vaz, hace más de un año que lucha con una artería obstruida, que una traicionera madrugada, como una parca enamorada, quiso arrastrarlo mar adentro, pero él no se dejó, y afortunadamente, vive, lo vive y lo revive. Es verdad que un lado de su cuerpo, se resiste a obedecer las órdenes que le da su cerebro, pero no es menos cierto, que Federico lleva desde aquella misma noche, varios másteres de rehabilitación en su cuerpo, y que se resiste con una conciencia plena y una inteligencia intacta, a no poder teclear su ordenador, subir las escaleras corriendo como lo hacía, o patinar por los pasillos de los estudios porque llegaba tarde al boletín informativo. Federico lucha todos los días por volver a esa actividad frenética de la redacción, las ruedas de prensa, los actos culturales y las programaciones especiales. Pero una reunión de galenos constituidos en alto tribunal, le han obligado a tomarse unas vacaciones, no sin soportar su gesto contrariado, porque Federico es un periodista de trinchera, y no le gusta descansar, pero bueno, el caso es que para ésta nueva etapa que se abre en su vida, se aconseja al navegante onubense de las letras, que en los últimos años conquistó Granada, se retire a sus cuarteles de invierno en la marisma, para retornar de nuevo, brazo en remo y avanzando hasta la ciudad de la Alhambra. A Cambio, Federico Vaz, en éste retorno no deseado, pero sí aceptado, recupera a su familia, sus viejos amigos, su tierra natal, su mar, y gracias al móvil, el email, y esas nuevas tecnologías que domina como nadie, no cortará el cordón umbilical que le une a éstas tierras, estos amigos y estos compañeros, a los que tan felices nos ha hecho durante tantos años, gozando de su trabajo y amistad. Como periodista de raza, que lo es y mucho, debe tenernos al día de sus progresos y adelantos, de su recuperación física y de sus nuevas creaciones, porque la mente está intacta, y cuando eso sucede, Federico, no te podemos permitir ni la duda, ni el desaliento, y mucho menos, la inactividad creativa, de un vanguardista como tú, que tanto nos espolea, para que nos actualicemos y no caigamos en la comodidad. Eso es lo que nosotros te pedimos a ti, que nos mantengas informados de tus progresos y tus nuevas actividades. Cuando una puerta se cierra, ya sabes que otra se abre, así que renovarte, redescubrirte a ti mismo, es nuestro mandato. Eres nuestra esperanza Federico Vaz, no nos defraudes, amigo. Compañero del alma... compañero.

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