martes, 10 de enero de 2012

UN DESPROPÓSITO TRAS OTRO

UN DESPROPÓSITO TRAS OTRO

Tito Ortiz.-

Hay jueces que nombran administradores concursales, a ojo de buen cubero, y a partir de ese momento, los ponen en el dólar. Hay quién mata por entrar en esa oposición sin tribunal, a dedo de quién decide, y que puede hacer que te levantes decenas de millones por una gestión judicial, con la bendición del instructor y sobre una empresa en ruina. Ya que la casa Real ha dicho en que se gasta el dinero de los españoles, a mí me gustaría que los togados que han nombrado administradores concursales en los últimos treinta años, me dijeran ¿qué han cobrado éstos y en concepto de qué?. Son las cosas de la crisis, hablamos de la ruina de una empresa, que pone a las puertas de un paraíso fiscal, a quien la ley decide que la saque del trance. Hubo una vez un loro que murió al estornudar, porque se clavó el pico en el pecho. Algún tipo de resfriado debe haber en la Junta de Andalucía, cuando la Consejería de Medio Ambiente, abre expediente sancionador a Cetursa, la empresa que explota la estación de esquí de Sierra Nevada, de capital mayoritario de la propia Junta, o lo que es lo mismo, a la exconsejera de Justicia, que tiene bemoles la cosa ¿no?. Es como una especie de vendetta, a pocos días de estar todos “en funciones”, en expectativa de destino, o la cola del INEM. Ocho decenas de metros lineales de la pista del Águila, en la cabecera del río San Juan, pertenecen según algunos al Estado desde hace treinta años, y hasta ahora, no le ha estorbado a nadie que la estación se colara presuntamente en el maíz, desde 1964. Para lo que les queda de estar en el convento, se cag... dentro. Es de tal esperpento, que como dice mi compadre Luís Cerón,. Yo ya no sé si soy uno de los nuestros. Es como dar con un cura ateo, o algo más llevadero. El párroco gallego que sigue diciendo misa, aunque ha contraído matrimonio, pero no nos vamos a asustar. Hace años que en un convento de clausura del Albayzín, -contaba mi abuela en su lecho de muerte-, que una monja dio a luz una hermosa criatura, de cuatro kilos trescientos. Los caminos del señor son inescrutables. No olvidemos que han sido dos saharauis, los que han colaborado en el secuestro de nuestros cooperantes. ¿Seguiremos ahora colaborando lo mismo con el pueblo saharaui, si ellos mismos nos echan en los brazos de Al Qaeda?.

Lo mismo que hay campeones del mundo de motociclismo y automovilismo, que no se han sacado el carnet de conducir, pues de la misma manera, cualquiera puede ser en un mismo acto, juez y parte, acusación y defensa, ya saben el famoso adagio: ¡Haced lo que yo diga, pero no lo que yo haga!. Y así se escribe la historia, en un mar de confusiones y oportunismos, en los que nadie conoce a nadie, y de nadie te puedes fiar. ¿Hay algo más raro que la dieta Mediterránea?. Como se puede llamar a una dieta con nombre de mar, si de lo que menos contiene es marisco. Si resulta que la base es pimiento, tomate y aceite de oliva, ¿Por qué la llaman mediterránea?, debería llamarse cuando menos... Dieta de Montaña, ¿No?. No comprendo porque en ésta tierra, sigue sin sancionarse y sin hacerle controles de alcoholemia a los que van a caballo por las carreteras y autopistas causando accidentes, o a los ciclistas que invaden aceras y calles en dirección prohibida, o a los transportes blindados, que aparcan donde les da la real gana, a la vista de la autoridad incompetente, revestida de uniforme, que sólo regula el tráfico a la entrada de los colegios de pago, y retira los coches -que sin entorpecer el tráfico- aparcan por necesidad perentoria en un carga y descarga. De las decenas de autobuses urbanos que componen la flota, sólo dos, se meten en la parada a recoger los viajeros, el resto ocupa toda la calle para que tu que vas tras él, rechines los dientes y te aguantes porque él es más grande, y ojo, saldrá sin mirar y sin intermitente, porque tiene preferencia, dice el chófer. Seguramente la tendrá, pero lo que no tiene es civismo, ni educación, ni solidaridad para con los demás usuarios de la vía. Es como ese penitente de hábito oscuro en la madrugada, que con su cirio y paso cadencioso, no hace sospechar a los que ven la procesión, que bajo el capillo, lleva una radio de diminutos auriculares, escuchando su programa deportivo, o musical, mientras su fachada externa, incita a la oración y el recogimiento. Pero es ésta una ciudad de tantas contradicciones, que sólo se entiende, si sabemos que es la última en renta per cápita, la primera en paro, y la segunda de España en depósitos en metálico en los bancos. Es la ciudad en la que un socio del colectivo de parapléjicos, puede vivir en un décimo sin ascensor, y a todo el mundo le parece normal. Esta es la tierra donde una violinista profesional, pide indemnización por los daños causados durante un ensayo, que tuvo que soportar la voz de la soprano en retaguardia, interpretando la gran aria “verdiana”... Behetoven no era sordo, es que se lo hacía por conveniencia. En Granada todo es posible señores, ¿Hay quién de más?, no se corten, hagan sus apuestas, sólo nos falta como en Cuenca, una funeraria que se llame: La Alegre Agonía. Y quemar en plaza pública, una estatua de Miguel Estrogoff, porque desde que existe el móvil, ese mito ya no tiene sentido.

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